¿Qué onda, banda?

Hoy vamos a hablar de un género en los videojuegos que a casi todos nos gusta y divierte a madres: los Beat ‘em ups.

Hace poco, los gordos terminamos la grabación del guión de una de nuestras reseñas temprano y nos pusimos a jugar Scott Pilgrim vs. the World… Y me vino un sentimiento nostálgico de los grandes. Me acordé de aquellas épocas en las que era un mozalbete rechoncho e iba a las maquinitas locales a jugar los juegos de arcadia de las Tortugas Ninja o Los Simpson… ¡Qué buenos tiempos!

Pero claro, como todo lo bueno, tuvo que llegar a su fin (momentáneo)… aunque no fue precisamente por parte nuestra, sino por parte de las compañías, que se quedaron sin hacer Beat ‘em ups por un buen rato. Y varios de nosotros nos preguntamos, con justa razón, ¡¿qué chingados pasó?!

Bueno, pues antes de responder esa pregunta, un poco de historia y, por supuesto, hay que definir para quién no lo sabe qué es un Beat ‘em up.

Sí, sí, ya sé, ¡pero es importante, carajo!

Ha habido Beat ‘em ups desde 1976, pero del que todos los que ya estamos rucos nos acordamos es Kung Fu Master – o simplemente Kung Fu, para quienes teníamos NES. Quien lo recuerde sabrá que el protagonista tenía bien dominado el toque de la muerte, porque con ponerles un dedo a los enemigos los desgraciaba – excepto a los jefes.

 Pero el juego que realmente inició la era dorada de los Beat ‘em ups fue el mítico Double Dragon, donde los villanos aguantaban más castigo que sólo un madrazo, podías hacer combos y también utilizar técnicas que iban más allá de dar golpes y patadas normales (¡rodillazo a la cara, perra!). Bajo esta categoría también cae el magistral Final Fight, un título que le metía todavía más estilo a la forma en la cual podías desmadrarte a un pobre imbécil y que era protagonizado por Guy, cuya presencia no fue requerida para la versión de SNES del título; Cody, que años después iría a la cárcel porque… sería un giro inesperado, supongo; y, por supuesto, el mejor alcalde en la historia: Mike “Lo haré personalmente” Haggar.

Mike Haggar. Él SÍ cumple sus promesas.

Así que, respondiendo a la pregunta de qué es un Beat ‘em up, pues bien: es un juego en el cual los protagonistas se hacen camino a través de hordas de enemigos rompiéndoles las bolas.

Estos juegos eran divertidos a madres, sobretodo porque desde los Double Dragon fue casi obligatorio que pudieran ser jugados por más de una persona. Es más, muchos de los títulos para las maquinitas podían ser jugados hasta por cuatro – como el súper juego de las Tortugas Ninja o el de los X-Men (y en algunas de sus arcadias podían jugar hasta 6 cabrones) – pero en realidad, no había mucha variedad en el gameplay, ya que todo se resumía a desmadrarte a mil villanos genéricos para luego desgraciarte a un jefe y así hasta terminar el juego. Casos extraños eran los Double Dragon en sus versiones de NES (no puedo hablar de Super Double Dragon, porque nunca nos presentaron), que tenían elementos de plataforma, mismos que iban de ser molestias incómodas al motivo por el cual no podías terminar el juego en dado momento – y claro que estos obstáculos eran horrendos, porque los controles estaban hechos para madrear gente; no para saltar abismos… Ah, y también estaba Battletoads, pero ése desgraciado sí tenía buenas secciones de plataforma, a pesar de ser un verdadero hijo de puta.

 “Pero, ¿por qué hubo una época de sequía tan horrenda de Beat ‘em ups?” es lo que nos preguntamos en primer lugar, ¿no?

 Tres palabras: Street Fighter II.

 Así es: con la llegada de Street Fighter II, la mayoría de nosotros nos olvidamos de los Beat ‘em ups y los Hack n’ Slash (que es básicamente un subgénero del primero – un buen ejemplo de un Hack n’ Slash de antaño es Golden Axe) y nos concentramos en las batallas codo-a-codo contra otro gordo bastardo. Prueba de ello es que incluso varios estandartes del género intentaron incursionar en el ámbito de los juegos de peleas, algunos con títulos bastante decentes (TMNT: Tournament Fighters para el SNES) y otros con entregas las cuales desearías te hubieran arrancado las uñas con una pinza a haberlas jugado (Double Dragon V… El horror).

A falta de verdadera innovación, los Beat ‘em ups prácticamente desaparecieron a mediados de los noventas. Hubo dos que tres por ahí que fueron buenos intentos para revivir el género y llevarlo al mundo de 3D, como el Dynasty Warriors – un Hack n’ Slash muy popular en Japón… quién sabe por qué chingados les sigue gustando, porque van en el 7 y sigue siendo la misma pendejada – pero al que debemos darle crédito por devolvernos el gusto por matar hordas de enemigos es a…

Sí: ya sabemos que el Dante de pelo blanco se jode al nuevo Dante “emo”.

¡En nombre de la humanidad, DEJEN MORIR EL TEMA!

Devil May Cry revivió a los Hack n’ Slash y pavimentó el camino para otros títulos como los nuevos Ninja Gaiden y God of War. Fue un juegazo que quienes extrañábamos destruir batallones de adefesios con tanto estilo recibimos calurosamente.

 Ah, pero eso no quiere decir que los Beat ‘em ups en su formato clásico se hayan perdido para siempre. En primer lugar, tenemos títulos como Viewtiful Joe, que es tan cagado como divertido. Y cómo olvidar Castle Crashers; esos caballeros literalmente revivieron el género en su forma más popular…Y para los ancianos nostálgicos,no sólo regresaron esos legendarios juegos de arcadia en versiones descargables para algunas consolas, sino que además se han hecho otros nuevos títulos, como lo es el ya mencionado Scott Pilgrim vs. the World y – suponemos – la secuela de River City Ransom, misma que esperamos con gran anticipación.

 Así que ya lo saben: la próxima vez que estén destazando monstruos con Kratos, recuerden que todo empezó con un monito que sólo podía dar un golpe y una patada y con eso bastaba para matar a los acólitos del cabrón que secuestró a su novia.

 Fuente… pues, ¿de dónde más? Wikipedia