Hay pocas razones por las que yo vería una película de animación sobre fútbol. De hecho justo ahora sólo se me ocurre una: Juan José Campanella. Uno de los directores argentinos (y latinoamericanos) más importantes de los últimos años va y se gana un Óscar con la maravilla monumental que es «El secreto de sus ojos» y decide que lo siguiente que necesita en su vida y en su carrera es una película animada con jugadores de futbolito.

metegol2¿Cómo no lo vi venir?

Y como si las ganas de darle un empujón *de autor* al cine de animación argentino, que la verdad no sé muy bien cómo esté, no fueran suficiente excusa, Campanella se cuelga de otro grande y se basa en un relato de Roberto Fontanarrosa. De quien ya hemos hablado, redoble de tambores, como el creador de Boogie el Aceitoso.

metegol3Por si ya se les olvidó.

¿Pero todo esto qué tiene que ver con una película para niños? Un paso a la vez.

metegol4Yo, que lo más cerca a sentir ‘la pasión del fútbol’ (y aprovechando las metáforas argentinas) son los comerciales de Quilmes, la verdad es que no podía estar demasiado emocionada por un inicio que es bastante infantil y conveniente. Un chico que es raro porque está obsesionado con algo en específico y un malo que es malo porque sí. Malísimo porque sí. Una nena medio ruda pero que desde el inicio canta que está del lado del obseso y un complot exagerado para que la cosa tome el rumbo fantástico deseado. Los contrastes son muy grandes.

Por una parte parece claro que el asunto de la animación no es el fuerte del cine latinoamericano y si aquí la producción se mantiene por encima del promedio, hay ciertos detalles que hacen notar finalmente las condiciones con las que se trabaja. Pero a esto se contrapone un diseño de personajes monumental en la gran mayoría de los casos (justo los dos protagonistas no son los mejores ejemplos, porque el uno es bastante simplón y la otra parece haber sido diseñada sin amor), sobre todo con un cuidado fantástico en los jugadores miniatura que son una delicia visual. Y luego está la habilidad de Campanella que maneja una fotografía, planos, secuencias, muy inusuales en el cine de animación (casi podemos imaginar a su versión animada llevando la cámara detrás de los personajes) que atrapan al espectador y que le dan una solemnidad perfecta a muchos momentos. ¿Recuerdan la escena de «El secreto de sus ojos» en el estadio? Está visto que este hombre es un gran fanático de este deporte.

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Cuando los pequeños personajes entran a escena se roban por completo la pantalla y ya lo que menos importa es la trama-excusa de fondo y uno se sumerge en ese reducido universo del fútbol, consiguiendo un retrato tan delirante como posiblemente puntual de las pasiones tan dramáticas que este deporte despierta. Uno puede pasar de reírse viéndolos como el estereotipo bruto de los fanáticos, a emocionarse por completo cuando están en la cancha. Aunque el humor se mantiene muchas veces dentro de un límite muy correcto, probablemente por aquello de inclinarse hacia el público infantil, no faltarán los momentos en que las risas sean compartidas por todas las fracciones del público.

metegol6El resultado es una película que sin ser redonda ni buscar una trama trascendente y seria, puede ser increíblemente divertida. Y sobre todo destacando dentro de un panorama tan problemático como es el cine de animación fuera de las cinematografías que ya han sentado escuela al respecto. Aunque es claro que el fútbol es un tema importante para Argentina, la película no se clava con los nacionalismos y es perfectamente traducible a otros contextos. Cosa en la que muchas veces se peca en ese esfuerzo por ‘regresar a lo nacional’ (en México tenemos aquello de querer hacer animación muy mexicana).

Mientras que las estrategias de cámara (por decirlo de algún modo) fueron bastante apropiadas para que la película se luciera en 3D y no quedara como el típico ‘¡y ahora acerco mi manooooo!’, no estoy del todo segura sobre las decisiones del doblaje, donde el registro quedó un poco simple. Sólo se destacan las voces que tienen algún acento. Y yo no seeeeeeeeé por qué no pusieron como voz de comentarista a Christian Martinoli que es una de las pocas razones por las que alguna vez veo algún partido.

Es una película sencilla pero encantadora. Yo saliendo de la función fui a comprarme mi vaso enorme. Y esta canción suena en mi cabeza.

«Metegol» (que agradezco un poco no hayan traducido por «Futbolito», como en España que le pusieron «Futbolín») es una co-producción entre Argentina y España, del 2013. Dirigida por Juan José Campanella («El secreto de sus ojos», «El hijo de la novia», «Luna de avellaneda») y que es protagonizada por muchos pequeñitos jugadores de fútbol. En imdb tiene 7.9 estrellitas y se las merece. La acaban de poner en cartelera así que están a tiempo de buscarla.