Generalmente cuando se habla del cómic americano (y aquí uso el término libremente porque los autores de los que hablaré son chicanos), uno sigue deteniéndose sobre todo en las historias de superhéroes u otras tramas alternativas que siguen enfocándose bastante en la fantasía. No es por demeritar, porque es bastante claro que muchas de esas historias son perfectas cual fueron concebidas, sino de ampliar un panorama en el que, al igual que sucede en mayor escala con el manga, el cómic puede ser usado para contar otras historias. Historias más cotidianas que no por eso pierden el encanto ficticio con el que fueron concebidas.

hoppers2«Love & Rockets» es un curioso universo de papel en el que trabajan tres autores hermanos: Gilberto, Mario y Jaime Hernandez. Aunque los tres participan de la serie y hay una especie de comunión entre sus mundos, sus historias de conforman de manera independiente y tiene sus propias búsquedas. Todo ello desde los años 80, donde fue de las primeras series en participar del movimiento de cómics independientes. Desde 1981 sus historias se han recopilado en 28 pequeñas novelas, de las cuales son enfocaremos en la 22, «Ghost of Hoppers», como seguramente podríamos habernos enfocado en cualquier otra.

El núcleo en el que suele enfocarse Jaime Hernandez, autor único en esta pieza, se conforma de una serie de personajes, mayormente chicanos, provenientes de un pueblo llamado Hoppers (inspirado en el propio pueblo natal de los hermanos: Oxnard, California). Si en los inicios de la serie nos encontramos con un grupo de protagonistas adolescentes metidos en el ambiente punk de aquellos años, estos mismos personajes han ido creciendo al pasar de los años y los encontramos ahora muchos años después, siendo ya adultos e incluso habiéndose alejado de su ciudad.

Tampoco es necesario que sepamos todo esto para dar inicio a la lectura. Quien desconozca los otros números de la serie se encontrará de entrada con Maggie, una mujer que trabaja como encargada de una serie de departamentos, y que por ciertas circunstancias se vuelve a encontrar con algunas personas de su pasado. Algunas han cambiado radicalmente y otras parecen que siguen aferradas a lo que eran hace años, lo que de alguna manera pone en balanza las cosas que han cambiado y no en la vida de la propia Maggie.

hoppers3Sí, esa mujer deprimida es la ‘pelirroja’ de la primera ilustración. Así es la vida.

La situación podría parecer banal: una vieja (y extraña) amistad que viene a instalarse a la casa, un recuento de los viejos amores y aquel que nunca lo ha sido del todo, la aparición de una mujer que juega con la bisexualidad de Maggie. Todo ello que podría sonar sencillamente a ‘es difícil crecer’ en realidad es apenas una parte de la puesta en escena. Porque si bien la premisa y el estilo es mayormente realista, tiene un toque de oscuridad y de fantasía que algunos han señalados mucho más cercanos al realismo mágico latinoamericano que a las manifestaciones del género en otras publicaciones estadounidenses. Izzy, esa extraña amistad del pasado, se ha vuelto algo así como ‘la bruja del pueblo’ (Hoppers, aquel que Maggie ya abandonó) y mantiene una lucha interna que fuerzas extrañas que configuran el pasado de todos los involucrados como algo más oscuro y confuso de lo que uno podría pensar.

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Porque siempre es difícil volver al pueblo de donde uno ha salido, pero seguro que lo es especialmente si hay ciertas cosas oscuras que se han quedado allá.

hoppers5«Ghost of Hoppers» conjuga a la perfección una historia que podríamos ver como ‘slice of life’ con un toque muy sutilmente fantástico que nos deja una sensación de historia de terror siempre a punto de suceder. Las preocupaciones ‘adultas’ de Maggie en ocasiones se transforman en visiones que oscilan entre el recuerdo, la premonición y la capacidad de ver un mundo más allá del inmediato. Y ello resulta tan fantástico como a la vez una representación de esa ‘vida adulta’ (suena un poco dramático cuando en realidad es más bien una sensación de ‘ya no somos adolescentes’) a la que no se puede dar orden. Y el modo en que ello también puede resultar tan tenebroso como esa posible historia de terror que nunca termina de explotar.

En apenas unas 120 páginas uno experimenta la vida de varios personajes desde distintas perspectivas, y en gran medida en ello radica la fuerza de la historia: que pese a tratar temas cotidianos y tener una trama limitada, no termina por agotarse. Y uno puede leer en ello la relación que las personas mantienen con el sitio donde crecieron, las frustraciones que tienen algunos cambios en la vida, la búsqueda del amor, las pesadillas infantiles cuando regresan años después, y una serie de situaciones fantásticas que no dejan de ser parte de la vida inmediata.

hoppers7Ex-amantes con parches piratas. Cosas así de cotidianas.

Curiosamente, siendo una historia que se conforma casi en su totalidad por personajes femeninos (al menos los que son protagónicos), no da en ningún momento la sensación de ser una historia ‘para mujeres’, ya que si bien las circunstancias giran en torno a este grupo de féminas, no son situaciones ajenas para las personas, y el toque de misterio y surrealismo nos transmite la sensación de que hay muchas más cosas ocultas detrás de lo que estamos viendo.

Y ese abanico de posibilidades es lo que también consigue a gran escala «Love & Rockets», una serie amplia que ha ido transformándose con el tiempo y abarcando distintos sitios, personajes y edades, posicionándose como un fenómeno bastante particular dentro del mundo de los cómics y del que bien valdrá la pena hablar en otro momento desde alguna otra de sus posiciones, como lo que conforma el mundo de Gilberto Hernandez y su Palomar. Espérenlo en algún próximo episodio.

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