Casi no se notó que la reseña no salió el viernes, ¿no?

En otro de nuestros usuales episodios de «¿Por qué diablos me hice esto?» volvemos a hablar de cine de terror malo. Malo malísimo que llega a nuestras salas comerciales para fastidiarnos o para complacer a inauditos amantes del género malo. Es la única explicación. En mi única posible defensa diré que si hubiera visto el poster más usual de la película, me lo habría pensado más antes de verla:

llantodia2Quizás la hubiera visto igual. Pero al menos me lo hubiera pensado más.

Y encima de todo se llama «El llanto del diablo», háganme-el-rechingado-favor, ahí sí no hay excusa que valga. Sin duda nuestros traductores de títulos se sintieron poéticos sabiendo que «No queda nada que temer» podría ser tomado como un spoiler a largo plazo.

NLa verdad es que pasé por varios estadios mientras veía la película. Entré convencida de que iba a ser malísima, otra de esas pequeñas producciones de mal terror que tanto abundan actualmente y de las cuales lo mejor que se puede esperar es que tengan algún susto original para comentar después. Entonces comienza, con unos buenos créditos iniciales, una muy buena fotografía, y la llegada de una muy feliz familia a un pequeño pueblo perdido de la mano de dios en Estados Unidos. Que, ya sabrán, siempre están llenos de asesinos en potencia. Trama medio tópico a explotar: un pastor se está mudando junto con su familia al pequeño poblado de Stull para hacerse cargo de la comunidad ante el retiro del anterior pastor. Todo es fantástico: casa enorme, feligreses amables, pastel de bienvenida. Todo pero, ajá, no podemos dejar de notar un par de miradas ominosas y al atractivo joven con las manos ensangrentadas. De sangre de oveja, obviamente.

llantodia4Cosas de todos los días en los pueblos.

En ese punto yo me preguntaba: ¿será una película sobre sectas? ¿sobre posesiones? ¿sobre demonios? ¿sobre fanáticos religiosos que llevan su fe al extremo?

llantodia5¿Sobre horribles problemas dentales?

Para no tener que decidir, el guionista Jonathan W.C. Mills prefirió darnos un poco de todo. A los 15 minutos la hija protagonista tiene su primer sueño demoníaco-revelador y el poco ambiente que se había conseguido construir se va al traste con unos excesivos efectos digitales y un terrible diseño para las cosas demoniacas. Alguien debería decirle al mundo que el maquillaje gótico, las caras chupadas y descascaradas con efectos de computadora y los grititos nada inesperados con plasma ya no le dan miedo a nadie. Y si para entonces queda un poco de fe en lo que pueda ser de ese guión, no se preocupen, no durará demasiado.

llantodia6Ni siquiera sé qué es lo más fuera de lugar en la película. Si la trama romántica absurda metida en chinga con calzador. Si la decisión de ponernos a una protagonista-heroína bastante sosa y un poco tonta (que daba un aire a Irene Azuela de pronto). Si negarle complejidad a cualquier personaje o situación. Si el no aprovechar sus propios temas.

Hacia la mitad (la mitad, para eso ya nos tragamos unos 50 minutos de película) tenemos que aceptar la explicación de los sucesos porque-sí y prepararnos para un nuevo y largo derroche de malos efectos y malas persecuciones que no nos llevan a nada. No hay un gran giro inesperado, no hay una explosiva resolución, no hay una mayor explicación de lo que está pasando. Supongo que lo más cercano es un sentimiento de ‘todo vuelve a empezar’ que ya sabemos propio del cine de terror pero ni siquiera es demasiado convincente. Yo creo que todavía a los 50 minutos pudieron haberse sacado a Cthulhu de la manga y arreglar lo que se pudiera de esa historia. Pero nooo, decidieron optar por nenas malditas.

llantodia7Nenas malditas poco convincentes, además.

Aparentemente la película está basada en la creencia de que en Stull, pueblo real de Kansas, Estados Unidos, que es donde suceden los hechos de la historia, se encuentra una de las siete puertas del infierno. En su cementerio. El cual, por cierto, no sale en absoluto en la película. Al parecer no hay algo así como una leyenda concreta de por qué el pueblo de Stull está maldito sino una suerte de acontecimientos siniestros que sucedieron ahí, así que los productores decidieron que, al diablo, ellos querían una película técnicamente decente (sobre todo para el género de terror, que nunca dan un peso por su fotografía y estética) y totalmente terrible en todo lo demás. Porque eso es lo que le gusta a la gente, ¿no?

llantodia8Exacto.

Quizás habría sido bueno saber que la película fue algo así como el primer experimento de la productora Slasher Films, creada por Slash, ex integrante de Guns n’ Roses. Y no porque dude en particular del señor Slash y su decisión de elegir a un par de novatos como director y guionista, sino porque en pocas ocasiones un músico que haya decidido que éste-es-el-momento de hacer cine ha conseguido la transición de manera convincente. Con la posible excepción de Rob Zombie.

llantodia9Vómitos de ectoplasma. Lo que hace falta en sus vidas.

Esperemos que esto haya sido una valiosa lección para todos y aprendan de mis errores y no le den sus pesos.

llantodia10Sí, a mí también me cuesta creer que algo que involucra ovejas malditas pueda salir mal.

«Nothing left to fear» o «El llanto del diablo» es una película estadounidense del 2013. Dirigida por Anthony Leonardi III (es su ópera prima) y protagonizada por Rebekah Brandes («Midnight movie», «Bellflower», «April apocalypse»), Ethan Peck («In time», «El aprendiz de brujo», «Pasaporte a París»), Jennifer Stone («Secondhand lions», «Los magos de Waverly Place», «Grave secrets»), James Tupper («Me and Orson Wells», «Playing for keeps», «Mr. Popper’s penguins»), Anne Heche («Donnie Brasco», «Six days, seven nights», «Volcano»), Clancy Brown («The shawshank redemption», «Highlander», «Starship troopers») y Carter Cabassa («El vuelo», «The last word», «The good, the bad, and the cooties»). Tiene 4.5 estrellitas en imdb, 3.8 en filmaffinity y 9% en el tomatometro. Lo dicho, aprendan de mis errores. Pero, ya saben, si suena que no se pueden resistir, quizás siga en un cine cercano.