¿Creían que nos quedaríamos sin el viernes de no-cartelera de julio? Ni las remodelaciones de 3GB pueden detenernos. Y parece éste el momento perfecto para recordar que todos los surcoreanos (y probablemente norcoreanos también) llevan la venganza en la sangre.

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Y en todos lados.

Muchas de las películas de Park Chan-Wook, seguramente el principal responsable del arrollador impulso internacional de la cinematografía surcoreana hasta nuestros días, empiezan con un enigma. ¿Cómo llegamos a este punto? El verdadero conflicto nunca es evidente. Y es quizás por eso que decide cerrar su trilogía de venganza con lo que parecería el retrato de una santa, que todos sabemos claramente que no lo es.

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Oh, madres surcoreanas de hoy en día.

Lee Geum-ja sale de la cárcel tras haber pasado ahí los últimos trece años por el secuestro y asesinato de un niño. Esa mujer que sale en pleno invierno con su antiguo vestido de colores, sus ojos pintados de rosa, y los años que han caído sobre ella, se encuentra con quien fuera uno de los principales responsables de su conversión al cristianismo en prisión, quien la espera para darle la bienvenida a ese nuevo ciclo de su vida. Pero Lee Geum-ja no quiere perdón ni redención. Su conversión en santa, o en bruja, durante su estancia en la cárcel ha encaminado su vida en la única dirección posible. La venganza.

vengeance4Lo que todos los coreanos quieren.

Si algo nos ha enseñado Park Chan-Wook es que la búsqueda de la venganza transforma a los individuos y condiciona sus destinos. Si en las dos anteriores partes de la película nos habíamos encontrado con una lucha de fuerzas ante un evento mal planeado, o un cruel misterio con un corto plazo para resolverse, Geum-ja es ciertamente una santa en tanto ha asumido su destino desde el inicio. Es una mujer que ha pasado la parte más importante de su vida en prisión sabiendo a consciencia lo que hizo, pero también lo que tendrá que hacer para terminar de tejer el destino de sangre que le tocó. Su búsqueda la ha transformado, bajo engaños, ante los ojos de los demás y ante ella misma. Una chica abandonada que años después tiene que cumplir un elaborado plan del que no puede escapar y en el que involucrará a todas las personas que sea necesario. La herida es imposible de reparar, y si algo nos han enseñado «Señor Venganza», «Oldboy» y de manera muy especial «Sympathy for Lady Vengeance» (no puedo evitar nombrarla por su título internacional, es hermoso), es que nadie busca reparar nada con la venganza. La venganza es un camino y un fin en sí misma.

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En contraste con la dura y oscura historia, y después del golpe brutal de emociones que representó «Oldboy» unos años antes, sorprende la maestría con la que Park Chan-Wook cierra su trilogía no sólo con un personaje femenino sino con la más femenina de sus películas. Basta una luminosa y fantástica secuencia de créditos en que, literalmente, anticipan la delicia cinematográfica que está por venir. Desde un inicio construimos a esa Señorita Venganza no sólo por sus propios méritos y su propia historia, sino incluso a través de los colores, de sus creaciones, de sus facetas de luz y sombra que van aflorando conforme se va desgranando caóticamente su historia. ¿Un ángel o una bruja? Nada parece querer responder la cuestión. No es lo importante.

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«Sympathy for Lady Vengeance» es una delicada orquesta que no teme a sus notas más angelicales ni a las más crueles. Hay espacio para todos esos sentimientos en esta historia, porque la venganza nunca es un camino que se recorra fácil ni que se recorra solo. Y es difícil hablar de cómo la compleja construcción de sus personajes, un guión perfectamente trazado, las dosis justas de alegría y sangre, hacen de esta una pieza magistral, puesto que tampoco es algo atípico en la carrera del director y de algún modo parece el único modo en que pueda cerrarse ese camino que inició también con un «Señor Venganza». Si yo destacaría justamente a esta producción por encima de las otras de la trilogía, o incluso en general dentro de la filmografía de Park Chan-Wook, es porque condensa los límites. La máxima belleza y la máxima tortura. La grandilocuente búsqueda de redención en un abismal salto al vacío. La metamorfosis completa en un personaje increíblemente poderoso que, contra lo que nos trata de advertir, no necesita nuestra simpatía.

¿Qué más se puede decir que una película que necesita vivirse?

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«Chinjeolhan geumjassi» o «Sympathy for Lady Vengeance» o «Señora Venganza» es una película surcoreana del 2005. Dirigida por Park Chan-Wook («Oldboy», «Joint Security Area», «I’m a cyborg but that’s ok») y protagonizada por Yeong-ae Lee («Joint Security Area», «Una joya en el palacio», «One fine spring day»), Min-sik Choi («Oldboy», «I saw the devil», «New world»), Shi-hoo Kim («My way», «Love rain», «Sunny») y Yea-young Kwon. Tiene 7.7 estrellitas en imdb, 7.3 en filmaffinity y 74% en el tomatometro. Pero en mi corazón tiene 10. Pueden rentarla/comprarla online en Filmin, Itunes y Vudu. Y no debería ser difícil conseguirla físicamente.