A veces las preguntas más sencillas de plantear son las más difíciles de responder. Recientemente, a mí me hicieron la siguiente interrogante: ¿qué es lo que buscas en un juego? La pregunta me agarró con la guardia baja y tuve que aplicar la respuesta que nos enseñaron a dar en la carrera para ganar tiempo cuando no sabes exactamente qué decir: «déjeme ver».

Existen tantas cosas que yo busco en un videojuego que es difícil condensar una respuesta en una oración. Cosa curiosa, dado que la palabra «juego» se puede asociar inmediatamente con «divertido». Lógicamente, uno creería que la respuesta a esta cuestión podría resumirse a tres palabras: «que sea divertido». Y sanseacabó. Es un argumento completamente válido y hay varios juegos que cumplen con este requisito mínimo. Angry Birds y Jewels Saga ciertamente son títulos sumamente divertidos. Resulta increíble ver cómo podemos gastar horas de nuestro tiempo en algo tan simple como lanzar avechuchos en un tiro parabólico en contra de marranos verdes.

Angry_Birds_Star_Wars

Especialmente cuando el villano a vencer es Cerdo Vader.

Para muchas personas, con esto basta para que un juego cumpla su cometido. Pero para otros tantos, es sólo un aspecto de varios. Hace poco les pregunté por Twitter qué era lo que había hecho que ustedes recordaran ciertos juegos más que otros. Curiosamente, no fueron tantos los que le dieron prioridad a la diversión, puesto que se enfocan más en buscar otros aspectos, como una buena historia, personajes memorables, ambientación, etc. Quizá esto se deba al hecho de que, por un lado, damos por sentado que un juego bueno tiene que ser divertido. Sin embargo, yo tengo mis dudas respecto a esto.

Pongo de ejemplo a Journey–

Picard_Double_Facepalm

Lo sé, lo sé, pero me sirve para probar mi punto. Paciencia…

Lo he repetido hasta el cansancio y seguro les consta: Journey es uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos. Puedo usar cientos de adjetivos para describirlo. No obstante, «divertido» no es uno que me viene a la mente. Yo no juego Journey para divertirme: lo hago para embarcarme en un viaje emotivo. Si lo que quiero hacer es divertirme y botarme de la risa con mis cuates, prefiero mil veces jugar un título como Mario Kart 8.

Y como Journey, hay muchos juegos que no son exactamente divertidos, pero que de todas maneras considero experiencias bastante recomendables por otras razones. Silent Hill 2 y Fatal Frame 2, por ejemplo, son títulos que me son muy memorables no por las horas de diversión que me trajeron, sino por los mundos en los que me sumergieron y las historias que me contaron. Reitero, el título de Konami me parece un fascinante viaje dentro de la psicología del protagonista que puede dar lugar a un análisis muy interesante.

Hay ocasiones en las que no estamos buscando una experiencia inmersiva o una historia que se compare a la que nos narran los grandes autores. Hay veces en las que podemos conformarnos con algo que puede resultar menos ambicioso: un personaje carismático. Por supuesto, un protagonista no nos va a agradar a todos forzosamente, pero con que a nosotros nos caiga bien, puede ser el único pretexto que necesitamos para quedarnos enganchados con cierto título.

¿Saben a mí con qué genero de juegos me ocurre esto? Con el que más me entretiene: con los de peleas. Así es: para mí no todo se reduce a que un juego tenga buenas mecánicas y esté bien balanceado. Los personajes tienen que llamarme la atención. Desde algo tan básico como el diseño debo de sentir curiosidad por elegirlos y romperle la madre a mis oponentes. King of Fighters, por ejemplo, no es de mis series favoritas justamente por esto. Lo considero un juego de peleas muy competente, pero los diseños de los combatientes no terminan de convencerme. Justo lo contrario ocurre con títulos como Guilty Gear y BlazBlue. Ustedes ya saben mi opinión de la historia de este último, pero eso no quita el hecho de que me encantan sus personajes y la interacción que hay entre ellos (cuando la hay). Por esto mismo es que me he vuelto fan del trío conformado por Makoto, Noel y Tsubaki. Seré pésimo jugando con ellas, pero me fascina la relación que tienen entre sí, por más cursi que pueda llegar a ser.

Noel_Makoto_Tsubaki_Ragna

Adorable.

Entrando un poco en el tema de los juegos de peleas, obviamente también los juego por diversión. Sin embargo, si sólo se tratara de eso, me la pasaría metidote en títulos como Smash Brothers o Mortal Kombat, cuyas mecánicas ciertamente tienen su chiste, pero no son lo que a mí me llama la atención. Busco un tipo de competencia que sólo me pueden dar títulos como los de Ark System Works y los de Capcom. Sería muy hipócrita de mi parte decir que me divierto todas las veces que juego Ultra Street Fighter IV y no gano ni un encuentro, pero de todos modos lo hago porque es una actividad en la cual quiero mejorar, porque me atrae aquella sensación de victoria que obtengo cuando sí logro sobreponerme a un oponente.

De aquí podemos saltar, por supuesto, a otra de las razones por las que jugamos: porque queremos un reto. Si tú eres de los que ha jugado alguno de los títulos de Dark Souls, sabes muy bien que hay momentos en los que no te la pasaste bomba. Me niego a creer que exista alguien allá afuera que no haya perdido los estribos en alguna ocasión después de haberse muerto unas cien veces tratando de vencer a Smough y Ornstein, y si tal persona es real, entonces es la reencarnación de Buda o, más probablemente, un completo masoquista. Sí, las primeras veces que te aplastan como a un sapo con un martillo que tiene el tamaño de una casa resulta jocoso, pero después de que este par te anda dando de nalgadas por más de una hora, empiezas a perder la paciencia. ¡¡En especial cuando al fin matas a uno y el otro aprovecha para recuperar toda su energía absorbiendo el poder del animalazo muerto!!

Ornstein&Smough

No hay un dedo medio lo suficientemente grande como para expresar el odio

que siento por ustedes dos. VÁYANSE. AL. CARAJO.

…¿En qué iba? Ah, sí. Dark Souls no es divertido. Maldito desgraciado.

Dicho esto, volvemos a lo mismo: lo jugamos porque esa sensación de conquistarlo vale la pena cada segundo de frustración que nos hace pasar. Ganarle al título bajo sus propias reglas da un gusto tremendo. Y si esto no fuera suficiente para capturar nuestro interés, Dark Souls cuenta con una historia enigmática que tú debes averiguar, así como locaciones fantásticas y fascinantes.

Para no hacer esto más largo de lo que ya es, vamos a acabar. Supongo que toda esta perorata viene a ser una reflexión de lo mucho que han progresado los juegos como un medio de entretenimiento. Ya no buscamos un título sólo para que nos entretenga, sino para que nos brinde una experiencia. Esperamos que un juego tenga una historia bien narrada y argumentada, con personajes memorables y entornos que nos sumerjan en un mundo diferente. La diversión ya dejó de ser suficiente. Desde hace rato no basta, por lo menos para alguien asiduo a los videojuegos.

Entonces, ¿qué es lo que busco en un juego? Pues ahí está la respuesta larga, pero esta mismo puedo resumirla en una contestación sumamente corta y sumamente ambigua: «depende».

¿Están de acuerdo? ¿Cuáles son los aspectos que ustedes necesitan que un juego tenga para que sea verdaderamente memorable? ¡No olviden dejar sus comentarios! ¡Saludos, banda!