Cine 119: La Cumbre Escarlata

No sé si en algún momento Hollywod se va a dar cuenta que generar larguísimas expectativas también puede jugar en contra. Es decir, tienes a Guillermo del Toro, Tom Hiddleston, Mia Wasikowska y Jessica Chastain vestidos para la mejor fiesta de fantasmas de esta temporada: no es necesario que nos provoquen durante meses con lo que está por venir. Del mismo modo en que tendrás miles de fans desesperados por verla, quizás puedan caer fácilmente en el juego de ‘ya lo he visto todo’ o ‘esto no es exactamente lo que me prometió el trailer’. Yo, claro está, caía fácilmente entre los desesperados por ver a Hiddleston con ese toque de barón lúgubre cuasi tributo a Vincent Price.

Ahora, en retrospectiva, me encantaría tener el cabello de Wasikowska.

Con la aparente facilidad que tiene Del Toro para que no se concreten sus proyectos, bien valdría no emocionarnos, pero «La Cumbre Escarlata» prometía un maravilloso regreso al cine de fantasmas después de que nos encandilara por completo con ese derroche de pasión por los monstruos/robots gigantes que fue «Pacific Rim». ¿Qué podía salir mal?

Edith Cushing es una joven que sueña con ser la próxima Mary Shelley (aunque parece un poco lejos de conseguirlo) y que vive fantaseando románticamente con la idea de los fantasmas, desde que su madre se le apareciera después de su muerte. Viviendo únicamente con su padre, parece entregada a su pasión de escritora hasta que conoce al barón Thomas Sharpe, quien ha llegado desde Inglaterra con su hermana Lucille en espera de conseguir apoyo económico para el negocio que planea empezar en sus tierras. No tiene tanta suerte con el Sr. Cushing, a cuya empresa acude como parte de su búsqueda, como con la pequeña Edith, quien se rinde fácilmente ante su atípico encanto europeo.

¿Y cómo culparla?

De las cosas que una pasa por alto por amor, las mansiones semi-derruidas y pobladas de fantasmas no deberían ser una de ellas.

Como todos podemos imaginar, no pasará demasiado tiempo antes que Edith llegue a una remota y fría sola inglesa, para convertirse en la baronesa de una mansión en ruinas y donde la única compañía será la de su esquivo nuevo esposo y su más que extravagante hermana. El sueño de toda recién casada. Especialmente a partir de este momento, la película se moverá en la larga tradición del terror clásico romántico y gótico, con visos al cine antiguo, a las más oscuras historias de cuentos de hadas, a esas mansiones embrujadas que Vincent Price podía convertir en las pasiones de Edgar Allan Poe. Espacios poblados de fantasmas, y es que Del Toro parece querer advertirnos desde los primeros momentos, en boca de Edith, que ésta no es solamente ‘una película de fantasmas’. Y resulta difícil creerle cuando los tenemos arrastrándose en cada rincón.

Tan CGI-mente arrastrándose en cada rincón.

¿Del Toro toma decisiones como autor o como fan? Y es que tras todo lo que prometía «Crimson Peak» me encontré con decisiones narrativas y artísticas que me fascinaron, junto con otras que me parecieron increíblemente mal logradas. Por una parte tenemos un planteamiento que sin ser original funciona bastante bien, sobre todo en las perspectivas más realistas que se le dan a sus protagonistas (una chica con aires de intelectual que no deja de ser una niña poco preparada para el mundo, un hombre encantador que resulta poco convincente y que deja ver enseguida sus rasgos de patán, y una acompañante histérica y controladora que sin embargo dista de ser precisamente una gran mente maestra) y la increíble estética con la que se toman hasta las decisiones más pequeñas: el vestuario, la recreación histórica, los cabellos, el diseño artístico, esa fantástica mansión en decadencia. El contraste entre ‘lo bello y lo mundano’ conjugan un mundo que ya desde un inicio tiene algo de tenebroso, sin necesidad de que empecemos inmediatamente a sospechar que esos mensajes de ultratumba sólo podía presagiar algo terrible (por cierto: muy mala estrategia, madre-fantasma).

Si ya desde el inicio habían algunos detalles que no me terminaban de convencer, como que muchos aspectos de la trama los ves venir a kilómetros, o cierta necesidad de sobre-explicar muchos momentos (cosa que sólo irá empeorando), la verdadera gran decepción fueron los fantasmas. No sólo no tienen precisamente un diseño que me guste, sino que sus retoques digitales los hacen ver todavía peor, y como aparecen a cada rato y les hacen acercamientos cada que pueden, ni siquiera queda el consuelo de un poco de misticismo o medias-tomas para disimularlos. Me resulta además una decisión difícil de entender, cuando el propio director comentó que se trataba mayormente de prostéticos sólo retocados digitalmente, y cuando hemos visto lo que ha sido capaz de hacer en otras películas. Los fantasmas, también, sólo irán empeorando conforme la trama avance. Para la escena final ya les has perdido el respeto por completo y no entiendes por qué te siguen haciendo esto.

También, el desarrollo narrativo no me pareció el más apropiado y creo que contribuye que hacia el final ya no te creas más la historia. Una larga introducción que trata de poner a todos los personajes en su lugar pero que al mismo tiempo hace que intuyas mucho de lo que va a suceder, y tras la llegada a la Cumbre Escarlata los sucesos se precipitan vertiginosamente haciendo que no te creas del todo el modo en que se dan las cosas. Por no decir que no te crees tampoco las motivaciones de los personajes y muchas de sus decisiones.

Lo cual, en conjunto, parece aplicarse a toda la película: por cada decisión que tuvo que tomarse (narrativa, artística, técnica), una salió increíblemente bien mientras la siguiente salió bastante mal. Y con todo y su gran puesta en escena, para el final yo sólo pensaba ‘por favor, que se acabe ya, que no salga ningún maldito fantasma más’. Y no es difícil adivinar que nadie, que tuviera mínima decisión artística, escuchó mis ruegos.

Después de tener una experiencia similar con Del Toro en el tema vampírico con «The strain», no puedo sino quedarme con la impresión de que no entiendo lo que hace. ¿Por qué hay películas suyas que me encantan y otras en las que no apruebo sus elecciones artísticas? (lo mismo me sucede cuando ‘presenta’ cintas de otros y terminan cosas como «El orfanato») ¿Por qué lo consideraría una autoridad para hablar de kaijus en el cine moderno pero no para hablar de vampiros (tema que además parece encantarle especialmente) y ahora fantasmas? ¿Por qué no [*spoiler*] sólo hizo una película de «Barba Azul», ya que sin duda todo ese aspecto de la trama parecía apuntar a un mejor desenlace? [*fin del spoiler*].

No obtendré respuesta. Igual supongo que me seguirá encantando Del Toro y Hiddleston, el cabello de Wasikowska, la fantástica mansión, todos los vestidos y algunas metáforas con insectos muertos. De resto, parece claro que no será la película del año, ni mucho menos.

A la malvada Jessica Chastain mi opinión no le importa.

«Crimson Peak» o «La Cumbre Escarlata» (o «TERROR EN LA CUMBRE ESCARLATA», como seguro le querían poner inicialmente los traductores) es una co-producción entre Estados Unidos y Canadá, del 2015. Dirigida por Guillermo del Toro («El laberinto del fauno», «Pacific Rim», «El espinazo del diablo») y protagonizada por Mia Wasikowska («Stoker», «Alicia en el País de las Maravillas», «Jane Eyre»), Tom Hiddleston («Avengers», «Only lovers left alive», «Thor»), Jessica Chastain («Zero dark thirty», «The martian», «Mama») y Charlie Hunnam («Pacific Rim», «Children of men», «Hooligans»). Tiene 7 estrellitas en imdb, 6.3 en filmaffinity y 68% en el tomatometro. Que tampoco son grandes puntajes, y creo que yo incluso le daría un poquito menos. Pero bueno, ya saben, está en cines.