Cómics 73: Primates

Ya en otras ocasiones hemos comentado que, alejándonos de los superhéroes, los cómics pueden llevarnos a cualquier parte. Y nos ha tocado hablar de biografías y viajes pero no de ciencia. Pese a su título completo, «Primates: La intrépida ciencia de Jane Goodall, Dian Fossey y Biruté Galdikas», también es cierto que no se trata del mejor ejemplo en este ámbito, pero es un hecho que su autor, Jim Ottaviani, se ha dedicado a acercar a los lectores a la ciencia mediante toda clase de historias personales. El propio Ottaviani es, btw, ingeniero nuclear. Cualquier cosa.

Cieeeeeeeeencia.

Como quizás les sonará el nombre, del título o de las protagonistas, este breve cómic es un acercamiento a la vida y obra de las tres más conocidas e importantes primatólogas. Sus historias se van sucediendo, entrelazándose, profundizando y acercándonos a ese amor tan particular que sentían por los animales y particularmente por sus ‘objetos de estudio’.

Jane Goodall, una mujer que llegó a Kenia para ser secretaria y que terminó haciendo realidad su amor infantil por Tarzán al dedicar su vida al estudio de los chimpancés, redefiniendo el concepto que teníamos hasta entonces de lo ‘humano’. Dian Fossey, terapeuta ocupacional que se endeudó por viajar a África y se convirtió en la más aguerrida defensora de los gorilas en Ruanda, hasta las últimas consecuencias. Biruté Galdikas, una joven que buscaba a toda costa estudiar a los orangutanes y que construyó su vida junto a ellos en Borneo. Y Louis Leakey, el arqueólogo que hizo posible todos esos sueños en su obsesión por demostrar que en efecto los primates eran la clave de la historia humana, un hombre que confió en que la pasión de tres mujeres era más poderosa que cualquier título académico y que las empujó hasta los más remotos rincones en busca de lo que amaban.

«Primates» es una historia que invita a otras historias, que nos da una visión general de lo que fueron los puntos importantes de varias vidas y sus consecuencias, pero no deja de ser un recorrido de 150 páginas que se queda sólo en momentos: Goodall aprendiendo de sí misma a través del comportamiento de los chimpancés, la imagen romántica y trágica de Fossey emulando la ruidosa llamada de los gorilas, Galdikas cortando su vida a la mitad al elegir una selva.

Una cuestión interesante que el cómic insinúa aunque no ahonde en ello, es la relación entre cada investigadora y su primate. Más allá de su amor por los animales y la libre elección de tema de estudio, hay ciertos detalles que construyen esa relación a modo de reflejo. La cualidad social y la acción desbordante de los chimpancés y la multifacética carrera de Goodall, quien se ha convertido en una de las voces más populares de la conservación animal y ambiental en el mundo. La fuerza pasiva de los gorilas y su capacidad de luchar hasta la muerte en las terribles condiciones en las que vivían, reflejo más que preciso de la trágica historia de Fossey (que muchos seguro conocerán por la adaptación cinematográfica de su vida, «Gorilas en la niebla»), una mujer reservada pero increíblemente fuerte. Y la capacidad de los orangutanes de permanecer, esa quietud que ha sido también una adaptación completa a su medio, tal como parece ser en general la labor de observación y en particular la voluntad de seguir de Galdikas.

El estilo de ilustración de Maris Wicks, casi infantil y sin duda muy poco naturalista, sirve perfecto para esta bella intención didáctica que hace que el libro sea todavía más fácil (y rápido de leer) sin sacrificar los detalles necesarios, particularmente en la recreación del ambiente y los animales. Y aunque hay partes, lógicamente, en las que la trama pasa un poco por encima o momentos a los que se da importancia por encima de otros, eso no le resta sus méritos y probablemente consiga una de las intenciones originales del autor: que quieras saber más sobre estas fascinantes mujeres.

Así que todo parece indicar que estoy por entrar en una faceta Dian Fossey.

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