Madoka no puede soportar más la situación con su pareja, Tomio, quien pasa todo el día escondido debajo de las mantas de su futón, incapaz de afrontar una realidad que él dice ver poblada por espíritus oscuros. Cada vez abandona menos su rudimentaria protección y es Madoka quien tiene que hacerse cargo de todo en la casa, al tiempo que trata de convencerlo de que todo está en su cabeza. Pero esto es una historia de Junji Ito, y nosotros ya sabemos que cualquier circunstancia anómala es una puerta a realidades horribles.

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«Futón» fue la primera historia de terror que Ito volvió a escribir tras ocho años de dedicarse a mangas de gatos y cuestiones sociales, y él mismo se pregunta en el texto al final de la compilación de «Fragments of horror» si no habría perdido el toque. Si el horror no habría regresado todavía a él. Su editor no estuvo precisamente encantado y al parecer la historia se transformó por completo antes de llegar a la versión que abre esta antología.

Que Junji Ito es el más reconocido rostro del terror japonés actual es un hecho bastante evidente, pero lo que no siempre se toma en cuenta es que escribe para un diverso grupo de revistas y para diferentes públicos. fragmentshorror3No es lo mismo el delirio funesto de un pueblo que se ve literalmente atrapado en una maldición de espiral que el rostro angelical que esconde una mujer demonio que incita a ser asesinada. Las historias de «Fragments of horror» fueron originalmente publicadas en una revista de género shojo (no para amantes tradicionales del shojo, suponemos) y como tal tienen una revisión más cándida y femenina que la parte más siniestra de su trabajo, aunque eso no las exime de su toque surrealista y su muy particular y orgánico sentido del terror. Sin duda es por eso que las mujeres juegan un papel capital en estas ocho historias: monstruos y testigos, pero nunca víctimas. Sus dos rostros se perfilan exactamente con el trabajado estilo del artista: las mujeres extrañas, de proporciones imposibles, con características fuera de lugar, y las jóvenes con rostros bellos pero repetidos hasta el infinito. Las que parecen destinadas a siempre despertar en la misma pesadilla (algo así sucedería con su antología anterior, «Mimi no kaidan», donde una misma protagonista parece condenada a toparse con una historia de terror en cualquier lugar al que vaya).

Después del hombre que se niega a salir de su futón nos encontramos con una bella casa, declarada patrimonio histórico, fragmentshorror4y una enigmática estudiante de arquitectura que llega a visitar a sus habitantes y confesar su extravagante amor por los edificios viejos, un joven que abandona a su novia por una adivina y que estará pronto a literalmente perder la cabeza por ella, una antigua familia que se niega a dejar ir a los familiares que han fallecido, una joven cuyo mayor deseo es que la diseccionen viva, un chico que sobrevivió a una caída gracias a los cuidados de una enigmática mujer-pájaro, una fan que está por conocer a su escritora favorita para descubrir de dónde saca su inspiración para sus raras historias y, finalmente, una chica que padece una condición mental en que necesita preguntarle a alguien antes de hace cualquier cosa y la mujer que es contratada para tomar todas esas decisiones por ella.

Aunque es frecuente encontrarse con antologías de obras cortas de Ito (ya sean planeadas o a la fuerza) y a veces uno puede llegar a tener la sensación de que su arte se presenta como un fragmentshorror8bloque donde destacan obsesiones específicos cada cierto número de páginas, con «Fragments of horror» se siente especialmente la distancia temporal y ese sentimiento que él señala como estar fuera de forma en el género. Lo que esto provoca es que, si bien las piezas de esta compilación puedan no destacar especialmente en la extensa producción del autor, consiguen un toque distinto, un énfasis en lo absurdo y un rango de proto-terror que nos hace sentir como si estuviéramos presenciando el nacimiento caótico de una idea que no necesariamente se concretará narrativamente pero sin duda alguna lo hará de manera visual: espíritus oscuros que pueblan todo, vísceras, criaturas que se fusionan con objetos. Si algo sabemos es que el terror en Ito es la posibilidad, y en esta serie de viñetas la posibilidad es siempre una puerta abierta. Muchas veces de lo más desconcertante.

Aunque en varios de los casos las historias parecen quedarse incompletas, dependiendo casi por entero de una imagen-cierre lo suficientemente fuerte o incluso rehaciendo una premisa similar (los protagonistas de dos de las historias son Madoka y Tomio y entre ellos se interpone siempre la sombra de la infidelidad), hay muchos elementos que consiguen suficiente fuerza por sí mismos como para sumarse a todo lo que ya nos gusta de este popular autor. Si tuviera que inclinarme por una historia casi seguro que sería por la de la extraña autora que es visitada por su obsesiva fan, una especie de espejo paródico del propio Ito y una demostración de cómo el terror no siempre debe tomarse en serio.

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Así que, incluso con la premisa de ‘no de lo mejor de la obra de Junji Ito’, ¿no nos encanta volver a todas esas vertiginosas imágenes de pesadilla que pueblan sus mundos?

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Puedes comprar «Fragments of horror» (en inglés) en El Péndulo. Que, por cierto, la imagen de la portada no le hace justicia a la preciosa edición.