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Gigantes de Lugton
agosto 12, 2016
2:15 pm
luisoncpp

Sudor Espeso
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Pues para no saturar demasiado el foro (sin hacer un tema demasiado largo y sin hacer demasiados temas), mejor pongo un link donde lo estoy subiendo:

https://docs.google.com/document/d/1yixELeXX9ekllU9k0N0YDHMbvBJMoIDKWlX5Y9sMOxg/edit?usp=sharing

Llevo 23 capítulos hasta ahora con 69 500 palabras en total.

Si les late la historia y quieren apoyarla para que mas gente la conozca, no duden en darme una estrella en WattPad https://www.wattpad.com/story/81345097-gigantes-de-lugton

Responderé este tema cuando suba un capítulo o también para contestar a sus comentarios.

Post original:

Después de hace como un mes que anuncié mis intensiones por convertirme en escritor hobbista, ya tengo un capítulo escrito :D. No es que me haya tardado un mes en escribir el capítulo, mas bien estaba trabajando en el world building, el outline y las voces de los personajes, y al mismo tiempo checaba algunos cursos en línea de escritura.

Tengo que decir que disfruté escribir esté capítulo más que cualquier otra cosa que haya escrito hasta la fecha.

Tal vez cuando lleve más capítulos le de otra pasada a los primeros capítulos, pero por el momento esto es lo que hay. Sin mas preámbulo, aquí va ^^:

 

1

Satake

 

El aplauso fue ensordecedor. Satake miraba desde atrás del telón a un hombre que levantaba los brazos mirando hacia el público mientras un montón de personas yacían a su alrededor en el escenario.

Satake siempre había querido probar esa gloria, pero por más convincente que fuera su actuación, no era capaz de encender las emociones en su público.

Necesitaba ser alguien como Agsaldai, que en ese momento miraba al público con los brazos extendidos mientras el telón se cerraba.

Agsaldai bajó los brazos, sonrió y comenzó a decir unas cuantas palabras mientras la gente a su alrededor se incorporaba, una mujer que recién se incorporaba lo miró y rió.

Satake escuchó más risas cercanas a Agsaldai. No sabía que chiste contó, pero eso no le importaba.

Agsaldai y el resto de los actores en el escenario caminaron hacia el lado opuesto.

¿Llegará alguna vez el día en que pudiera tener un papel estelar y pudiera conmover al público de esa manera?, sin duda Agsaldai era un excelente actor, y lo admiraba por ello, pero al mismo tiempo…

-¿Te quedaste dormido en el golem?- escuchó a una voz de mujer hablar tras de él.
-Niku, ya te he dicho que…- dio media vuelta Satake tratando de ocultar su repentino pesimismo.

Frente a él se encontraba una mujer de cabellos rojos y cara alargada.

-¡Si sigues así te perderás del aplauso final!- dijo mientras caminaba en la dirección a donde habían ido Agsaldai y los otros.

¡Cierto!, aún faltaba la reverencia con todos los actores en la obra. Satake apresuró el paso mientras veía el telón a su derecha y en él las siluetas de los otros actores. Rodeó el telón y se deslumbró por la luz de los cristales que estaban tras el público.

Una vez que sus ojos se acostumbraron a la luz escuchó de nuevo un aplauso ensordecedor y se inclinó hacia adelante, viendo a su público. Giró disimuladamente el cuello hacia la derecha y vio que Agsaldai se encontraba en el centro y Niku se encontraba a su derecha.

La gente dejó de prestar atención al escenario y comenzaron a platicar entre ellos. Satake vio como entre el público a un niño tenía los puños cerrados, los ojos muy abiertos y una amplia sonrisa mientras decía unas palabras a un adulto que lo miraba y asentía.

Vio también a un grupo de tres personas que también sonreían, uno de ellos estaba hablando abriendo muy ampliamente la boca y agitando los brazos mientras los otros dos hablaban calmadamente.

Mientras el público se retiraba, lo invadió la sensación de que algo se le olvidaba… Miró a los otros actores en busca de Niku, luego miró entre los asientos buscando algo de color rojo, y se percató que Niku lo miraba desde allí.

-¿Ya estas listo?- dijo Niku mientras Satake se acercaba tratando de acelerar el paso.
-Con toda la presión de la obra, se me olvidó que teníamos que buscar a Adachi hoy.
-¡No conseguirás tu papel estelar si olvidas esas cosas! – lo miró a los ojos con el ceño fruncido y haciendo un ademán con la mano.
-Lo sé, pero tampoco lo lograré si no me concentro lo suficiente en cada actuación- decía mientras la seguía.

A medida que se alejaban de los cristales que brillaban en las torres del anfiteatro, la oscuridad y el silencio se apoderaban del ambiente mientras recorrían los estrechos callejones.

-No pareces muy emocionado- dijo Niku mientras ambos caminaban.
-¿Debería de estarlo?
-La obra de hoy fue todo un éxito, ¡era increíble la euforia en el ambiente!- cruzaron a través de una nube de vapor que salía de una alcantarilla- y ahora estas a punto de conocer a uno de los productores más importantes. ¡Por fin tendrás un papel estelar!
-Olvidas que ya he intentado conseguir esos papeles muchas veces, pero los auditores siempre me dicen lo mismo: “Tu actuación es convincente, pero no me hace vibrar. Te daré el papel de este personaje secundario que a nadie le importa”- salieron del callejón a una pequeña plaza, las luces de todas las casas estaban apagadas, excepto las de un establecimiento.
-Te faltan 2 cosas: creer en ti mismo y buscar un papel adecuado, uno que haga brillar más tu talento y… ¡Es ahí!- señaló Niku.

El establecimiento tenía un cartel a la entrada con la imagen de una especie de hombre de piedra muy robusto. Se escuchaban muchas voces que venían desde adentro y al también había luces que salían de las ventanas.

-¿El Golem Curtido?, ¿estas segura?, yo esperaba algo más… refinado.
-Completamente. El mismo Adachi Kimura me aseguró que hoy vendería aquí.

¿En serio ya había hablado con él?, no podía ser, si hubiera hablado con él ya habría empezado las negociaciones y…

-No me crees, ¿verdad?
-Me descubriste
-Y tu también me descubriste a mi, la verdad es que no hablé con él, pero escuché que le decía eso mismo a un hombre muy elegante.
-Espera… ¡Lo espiaste!

Niku desvió la mirada, luego suspiró, miró al frente, y levantando el puño dijo:

-¡Sí! ¡¿y qué?!, él estaba en la plaza del centro, no es como si estuviera en un lugar privado. Aquí en Lugton tenemos derecho a transitar las plazas públicas. Yo simplemente me senté cerca de él y casualmente lo escuché decir eso.
-No estoy seguro que eso incluya el derecho a espiar en las plazas públicas, verás…
-¡Bueno!, no lo vuelvo hacer, pero lo hecho – suspiró- hecho está. Así que aprovechemos la situación.

Satake no pudo negar eso último y Niku se adelantó a la puerta, habló con un hombre alto que estaba al lado de la entrada, el hombre arrugó la frente y miró hacia arriba, colocó su mano sobre el mentón, luego dijo unas cuantas palabras, Niku se sobresaltó y el hombre señaló en una dirección fuera de la taberna, luego giró la mano de manera perpendicular.

Niku volvió caminando hacia Satake.

-Así que ya no está en El Golem Curtido, ¿verdad?
-Justo acaba de salir y parece que se fue el centro histórico, está a sólo un par de callejones de distancia- dijo Niku rápidamente mientras jadeaba y miraba hacia la dirección que había señalado el hombre de la puerta.
-Espera… estas sugiriendo que…
-Sí, sí…, ¡vamos a seguirlo!- dijo Niku mientras tiraba a Satake de la manga y comenzaba a caminar.
-¿Qué estas planeando?, ¿presentarnos en un callejón oscuro y esperar que le caigamos bien?, ¡va a creer que lo queremos asaltar!- dijo Satake mientras seguía a Niku
-Es que no sabes como es él- sonrió Niku girando levemente la cabeza, Satake alcanzó a distinguir su sonrisa desde atrás.
-¿A qué te refieres?- dijo Satake, sin estar seguro de qué podía hacer para parar esa locura.
-Se la pasa yendo de taberna en taberna, sólo tenemos que esperar que entre a otra y entonces podremos abordarlo ahí sin que nos tome por unos matones.

Sin duda era un plan interesante, pero realmente no se sentía cómodo siguiendo a aquel productor. Resultaba extraño que Niku conociera los hábitos de Adachi; un momento…

-¿Y eso como lo sabes?… ¡Por Derus!, ¡Lo has estado siguiendo por varios días!.
-¡Mira!, ¡se fue por aquella calle!- señaló Niku al otro lado de la acera.

Un par de hombres gigantes y robustos hechos de roca caminaban por aquella acera cargando una barra de metal gigantesca, uno en cada extremo. Sobre sus cabezas cada uno tenía un cristal muy grande que desprendía un brillo azul y de las hendiduras entre sus extremidades salía vapor.

Satake se detuvo.

-No hay tiempo para esperar a que pasen los golems, ¡no te detengas!- Niku corrió y pasó agachada por debajo de la gran barra de acero, mientras que los golems seguían caminando sin inmutarse.

Satake la siguió, no estaba seguro si debía continuar, pero no había tiempo de quedarse parado a analizar la situación. Así que se agachó e hizo lo posible por avanzar rápido.

Escuchó las fuertes pisadas de los golems mientras pasaba por debajo de la barra que llevaban cargando y sintió como el suelo vibraba alrededor de él.

Ante todo debía de recordar que ellos no se detendrían como lo habría hecho una persona, los golems no pensaban, sólo se movían de acuerdo a las instrucciones con las cuales los construyeron.

Se incorporó y vio a Niku frente a él entrando por la esquina del callejón mientras atravesaba otra nube de vapor que salía del suelo.

La siguió. ¿Acaso era buena idea todo eso?, si Adachi se daba cuenta que los seguían los podía acusar con los alguaciles y estarían en serios problemas.

Niku se había estado mostrando muy entusiasmada con eso de presentarse con Adachi, pero hasta el momento no había dicho razones de por qué mostrare mas entusiasmada con ese productor que con los otros.

No es que el entusiasmo estuviera mal, pero ¿seguirlo?, ¿espiarlo?, esas cosas eran delito y la carrera de ambos podía quedar en la ruina si los descubrían, bien podían seguir presentándose a otros productores sin hacer nada ilegal.

-¡Mala suerte!, ahí donde entró no es un bar sino una fiesta privada. Trepa hasta allá y tírame esta cuerda- señaló Niku hacia arriba mientras le tendía una cuerda con la otra mano a Satake.
-Niku…
-Ya sé lo que me vas a decir. Me vas a decir que me estoy excediendo, que es sólo un productor más, pero tienes qué confiar en mi – su voz se hizo mas suave- esto es importante, sólo que no puedo explicar por qué.

Satake tomó la cuerda, dio un pequeño salto y se agarró con la mano derecha a una de las hendiduras de la desgastada pared, apoyó su pie izquierdo flexionado en otra hendidura, y luego se impulsó con ese pie para agarrar otra hendidura con la mano izquierda.

Mientras trepaba escuchaba las voces de la fiesta, se daba cuenta que había mucha gente hablando unos cuantos riendo, pero no distinguía una sola palabra.

Al fin puso su pie sobre el tejado y estaba a punto de incorporarse, pero mejor se mantuvo agachado. Ató un extremo de la cuerda a una chimenea y lanzó el otro extremo hacia abajo.

Niku subía por la pared utilizando la cuerda, y al mismo tiempo Satake vio que un hombre salía al jardín, era un hombre viejo, canoso y con un parche en el ojo izquierdo, sacó un cigarro con su mano derecha, se lo puso en la boca y luego con su mano izquierda sacó un recipiente pequeño con un cristal en la punta, su mano se tensó, el cristal empezó a brillar y luego el cigarro se encendió.

-¡Oh Derus!, ¡Es él!- exclamó Niku intentando disimular el volumen de su voz.
-No me di cuenta, desde que terminó la obra he estado simplemente haciendo lo mismo que tu y no logré si quiera distinguir a quien seguíamos.
-Podríamos bajar y hablar con él.
-¿Hablas en serio?, ¡nos tomaría por unos asaltantes!.
-Seguro que no sabe la lista de todos los invitados, bien podríamos fingir haber sido invitados a la fiesta, al fin y al cabo tu actuación es muy convincente, ¿verdad?

Niku tenía razón, aún cuando no iban vestidos de acuerdo a la etiqueta de aquella fiesta, la actuación podía ser tan convincente como para que creyera que simplemente eran un par de invitados rebeldes contra las reglas de la etiqueta.

-Está bien -dijo Satake mientras miraba a Niku directamente a los ojos-, pero esperaremos a que vuelva a entrar en la fiesta para bajar.

Guardaron silencio.

-¿Por qué te enfocas tanto en Adachi?- preguntó Satake- dices que quieres conseguirme un papel estelar, que me lo merezco, pero, ¿no sería lo mismo que hablar con otro productor?.
-Adachi es diferente, él puede ver en artistas el talento que otros no. He visto como otros productores te desprecian, pero eso es porque no tienen buen ojo para el talento. Tu no crees en ti mismo, así que te presentas como si no fueras el adecuado para el papel, y aunque tu actuación sea buena, la impresión que causas antes de la audición los sesga.
-¿Preparaste todo ese discurso para mi?
-¡No cambies de tema!, ellos se dejan llevar por la actitud con la que el actor se presenta, pero no saben distinguir si es bueno o no. Adachi realmente puede distinguirlo.
-Suena que lo has estado siguiendo demasiado, ¿o acaso ya lo conocías de otro lado?

Niku guardó silencio y desvió la mirada. Era claro que Niku no quería contestar esa pregunta y era mejor dar el tema por zanjado en ese momento.

Guardaron más silencio, Adachi había sacado una libreta, estaba volteando varias páginas y de vez en cuando escribía algo. No parecía haber nadie más en el jardín.

A pesar de que Niku era su amiga de más confianza, había muchas cosas de ella que no sabía. Tal vez Niku había tenido un pasado trágico que quería dejar atrás. Fuera como fuera, estaba claro que Niku era una buena persona y siempre se apoyarían mutuamente. No era necesario resucitar a los fantasmas del pasado.

-¡Que Siebahr nos lleve!- exclamó Niku- no vi salir de la casa a ese otro que está en el jardín, ¡hay una puerta trasera!, pudimos haber entrado por ahí desde hace horas.
-O tal vez se coló como estamos intentado nosotros- sonrió Satake.
-Nadie más está tan loco- devolvió la sonrisa Niku-, además si alguien más hubiera subido al techo lo habríamos visto.

El hombre que recién había entrado al jardín entró a la casa donde estaba el resto de la fiesta.

-¿Entonces bajamos y entramos por la puerta trasera?.
-Creo que sí, pero sería bueno asegurarnos primero de que no esté tan vigilada como la puerta frontal.

Satake se arrastró a través del tejado, la superficie era muy áspera, a final de cuentas no estaba hecha para arrastrarse sobre ella.

Debía de hacer todo lo posible por mantenerse oculto, así que no le debería preocupar maltratar la ropa o acabar con algún raspón.

Llegó hasta la esquina del tejado y miró hacia abajo, no había nadie cuidando la puerta trasera.

Sintió el impulso de gritarle a Niku que podían bajar, pero debía de volver a donde estaba ella para decirle, no podía estar gritando en el tejado así nada más.

Empezó a arrastrarse de regreso, mientras se sentía aliviado de que por fin podrían bajar, entrar por aquella puerta y hacerse pasar por un par de invitados excéntricos. Pero escuchó un grito que venía desde el jardín:
-¡Alto en nombre de la ley!- era un alguacil.

¡Me lleva Siebahr!, nos descubrieron ¿A cuál de los dos habían visto?, ¿habrá sido Niku?

Miró al otro lado del tejado para ver hacia el jardín y habían dos alguaciles en el jardín rodeando a Adachi, uno de ellos le estaba colocando una esposas en las manos y el otro le apuntaba con un guante de acero con un cristal en la palma de la mano ¡habían arrestado a Adachi!.

Satake se siguió arrastrando hacia Niku, alcanzó a ver que ella miraba atentamente hacia el jardín, se estaba cubriendo la boca con la palma de la mano extendida y su brazo contraído, y temblaba lévemente.

-¡Niku!- exclamó Satake ya cuando estaba suficientemente cerca de Niku.
-No puede ser, Satake- lo miró, sus ojos estaban irritados.
-¿Escuchaste algo?.
-Dijeron que estaba arrestado por el asesinato de Jasra Zakaria.

Satake estuvo tentado a preguntarle que por qué se ponía así sólo por un productor más, pero se contuvo de preguntar.

-Estoy segura que Jasra asistió a nuestra obra, estaba en primera fila, ¡estaba viva hace algunas horas!
-Entonces, eso quiere decir que…
-Lo inculparon, lo hemos estado siguiendo desde entonces, ¡sabemos que es inocente!.

Parecía un tanto extraño que Niku pudiera reconocer tan fácilmente a una persona que iba a ser asesinada. Tal vez eso se debía a que era un noble… pensándolo bien Adachi pertenecía a una de las 2 casas de la nobleza aunque nunca se involucrara en el gobierno.

-Entonces sólo tenemos que presentarnos como testigos.
-¡No!- exclamó Niku mientras extendía la mano
-¡Shh!, controla el volumen de tu voz, aún estamos aquí arriba.
-Perdón…, no podemos ir con los alguaciles, tendríamos que admitir que lo estuvimos siguiendo, nos meteríamos en problemas.
-Podemos decir que éramos sus guardaespaldas, estoy seguro que él nos seguiría el juego si eso le ayuda a salir de la cárcel. Incluso puede que nos perdone por haberlo seguido.
-¿Y crees que nos van a creer a nosotros?, no tenemos prueba alguna de que estuvimos haciendo todo esto, podemos ser vistos como sólo un par de actores pagados para mentir y no ayuda el hecho de que somos actores de verdad y sabemos mentir.
-Vamos a bajar de aquí, no es un buen lugar para hablar de todo esto.

Niku asintió y lentamente se dirigió a la chimenea, tiró el extremo de la cuerda que no estaba atado y comenzó a bajar. Al llegar a una altura prudente se soltó y flexionó las rodillas al caer de pie.

Satake desató el otro extremo de la cuerda y comenzó a bajar tomando un extremo con cada mano y apoyando las piernas sobre la pared.

Al tocar el suelo soltó uno de los extremos y tiró de la cuerda hasta bajarla completamente sin dejar rastro de que estuvo alguna vez amarrada a la chimenea.

-Satake-dijo Niku suavemente, se escuchaba triste pero ya estaba más calmada- vamos a investigar este asesinato, encontraremos al verdadero culpable y así demostraremos la inocencia de Adachi.
-No somos detectives, Niku- colocó su brazo en el hombro de Niku- dejemos que los alguaciles se encarguen de esto.
-No… para ellos el caso ya está cerrado. Además ya viste que somos muy buenos husmeando, podemos buscar información así.

Satake agachó la cabeza, sabía que esos argumentos no eran muy buenos, pero también sabía que a Niku le importaba Adachi por algo más que de lo que quería decir, y estaba seguro que Niku tenía buenos motivos para no desconfiar de los alguaciles.

Sin importar cuales fueran los verdaderos motivos de Niku, ella era su amiga y la apoyaría en cualquier cosa que le resultara así de importante. Sí, se iba a meter en líos, pero ahora estaba seguro que era necesario hacerlo.

-Hagámoslo- dijo Satake más animado mientras levantaba la mirada- Vamos a probar que Adachi es inocente.

agosto 13, 2016
2:36 am
DeloArias

Terror del Pollo Frito
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Esta interesante, aunque el inicio me dejo un poco confundido porque no comprendo cual es el rumbo de la historia, (tal vez me hace falta releerlo), siento que Niku no fue presentada y me confundió pero algo me hace creer que no tienes una estructura normal y estas usando alguna especie de flashback o equivalentes para comenzar tu historia, estas dudas (estoy seguro) serán disipadas al momento de leer capítulos posteriores. Además no logro imaginar al mundo de una forma clara ya que mencionas a unos hombres gigantes con un cristal brillante sobre su cabeza, eso me ha sacado de los bocetos mentales que tenía, pero suena interesante.

¿Los nombres tienen alguna relación con la historia o algún significado?

En esta parte «-¿El Golem Curtido?, ¿estas segura?, yo esperaba algo más… refinado.

-Completamente. El mismo Adachi Kimura me aseguró que hoy vendería aquí.» ¿La palabra es vendería o vendría? Me confundí un poco al leerlo en esa parte, ya que pensaba en cosas relacionadas en el teatro y luego hablan sobre una venta, eso y se ve confirmado por el dialogo siguiente (la parte de las negociaciones), pero igual podrían estar hablando sobre el teatro.(actuación)

Me gustaría preguntarte más sobre el mundo pero esperare a ver los siguientes capítulos para ver como lo describes :D

agosto 13, 2016
3:24 am
luisoncpp

Sudor Espeso
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DeloArias said
Esta interesante, aunque el inicio me dejo un poco confundido porque no comprendo cual es el rumbo de la historia, (tal vez me hace falta releerlo), siento que Niku no fue presentada y me confundió pero algo me hace creer que no tienes una estructura normal y estas usando alguna especie de flashback o equivalentes para comenzar tu historia, estas dudas (estoy seguro) serán disipadas al momento de leer capítulos posteriores. Además no logro imaginar al mundo de una forma clara ya que mencionas a unos hombres gigantes con un cristal brillante sobre su cabeza, eso me ha sacado de los bocetos mentales que tenía, pero suena interesante.

¿Los nombres tienen alguna relación con la historia o algún significado?

En esta parte «-¿El Golem Curtido?, ¿estas segura?, yo esperaba algo más… refinado.

-Completamente. El mismo Adachi Kimura me aseguró que hoy vendería aquí.» ¿La palabra es vendería o vendría? Me confundí un poco al leerlo en esa parte, ya que pensaba en cosas relacionadas en el teatro y luego hablan sobre una venta, eso y se ve confirmado por el dialogo siguiente (la parte de las negociaciones), pero igual podrían estar hablando sobre el teatro.(actuación)

Me gustaría preguntarte más sobre el mundo pero esperare a ver los siguientes capítulos para ver como lo describes :D

  1. Por lo que dices me hace falta pulir más la narrativa, no es intencional que sea confuso ni es una especie de flashback. Es el tipo de narrador que le llaman «tercera persona limitada», donde narra todo desde el punto de vista de un personaje pero en tercera persona.
    Este tipo de narrador se ha vuelto el mas común en los últimos años. Harry Potter y Game of Thrones lo usan.
    La intensión es empezar directamente la historia a través de los ojos del personaje, sin empezar con un narrador que corte el ritmo. La presentación de Niku es esta:
    -¿Te quedaste dormido en el golem?- escuchó a una voz de mujer hablar tras de él.
    -Niku, ya te he dicho que…- dio media vuelta Satake tratando de ocultar su repentino pesimismo.
    Frente a él se encontraba una mujer de cabellos rojos y cara alargada.
    Seguiré escribiendo mas capítulos y cuando mejore lo suficiente mi estilo me regresaré a mejorar las descripciones.
  2. Los golems se supone que son así, pero el cristal en la cabeza en lugar del pecho:
    http://vignette3.wikia.nocooki…..0617191141
    Y también con vapor saliéndoles entre las hendiduras de las piedras
  3. Los nombres son nombres reales tomados de varias culturas, en ese continente las personas tienen nombres de Japón de la era Edo, de Mongolia y de Malasia. Los de otros continentes tienen nombres de otros lugares. No quiero relacionar las culturas de mi mundo con las de la vida real, simplemente lo hice así para que no tuvieran nombres iguales en todo el mundo.
  4. La palabra correcta es «vendría»
agosto 13, 2016
4:36 pm
DeloArias

Terror del Pollo Frito
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luisoncpp said

    1. Por lo que dices me hace falta pulir más la narrativa, no es intencional que sea confuso ni es una especie de flashback. Es el tipo de narrador que le llaman «tercera persona limitada», donde narra todo desde el punto de vista de un personaje pero en tercera persona.
      Este tipo de narrador se ha vuelto el mas común en los últimos años. Harry Potter y Game of Thrones lo usan.
      La intensión es empezar directamente la historia a través de los ojos del personaje, sin empezar con un narrador que corte el ritmo. La presentación de Niku es esta:
      -¿Te quedaste dormido en el golem?- escuchó a una voz de mujer hablar tras de él.
      -Niku, ya te he dicho que…- dio media vuelta Satake tratando de ocultar su repentino pesimismo.
      Frente a él se encontraba una mujer de cabellos rojos y cara alargada.
      Seguiré escribiendo mas capítulos y cuando mejore lo suficiente mi estilo me regresaré a mejorar las descripciones.
  • Habiéndolo releído puedo ver ciertos errores que tuve al leerlo, pero también siento que te falta pulir un poco ciertos detalles. En la parte inicial «El aplauso fue ensordecedor. Satake miraba desde atrás del telón a un hombre que levantaba los brazos mirando hacia el público mientras un montón de personas yacían a su alrededor en el escenario.» la primera vez que lo leí lo interprete como si Satake formase parte del publico, en la segunda lectura se me hizo más sencillo captar que él era un actor, mirando tras bambalinas a su compañero.
     
  • La presentación de Niku me parecio muy rapida, siento que no te da tiempo de captar su presencia ya que en el siguiente dialogo la atención se enfoca en algo diferente. Creo que deberías hacer una descripción un poco más larga. Eso y también me perdí por el movimiento de Niku, en una dialogo esta con el personaje y en el otro aparece abajo del escenario, así sentí su movimiento.
  • Aun así, siento que es un buen comienzo, suena muy llamativa la idea de los gigantes y de los cristales, espero que los cristales sean de color azul xD.
agosto 31, 2016
12:38 am
luisoncpp

Sudor Espeso
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septiembre 5, 2016
7:00 pm
luisoncpp

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septiembre 16, 2016
2:25 am
luisoncpp

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Ya está el capítulo 7, mismo link.

Esta vez le varié el tipo de narrador, a ver qué les parece.

EDIT: Ahora estoy empezando a sentir este post como si fuera Spam >.<, así que mejor sí voy a postear los capítulos en este tema, pero cada que postee el siguiente borraré los anteriores para que no crezca demasiado. Si alguien quiere ponerse al corriente siempre puede leer desde el link que puse hasta arriba.

septiembre 29, 2016
8:45 pm
luisoncpp

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Ya escribí el capítulo 8 ^^.

Si quieren leer los anteriores, chequen el link que puse hasta arriba. No lo pongo todo aquí para evitar que el tema crezca infinitamente.

octubre 14, 2016
2:22 pm
luisoncpp

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Va el capítulo 9, como siempre, los capítulos anteriores los pueden encontrar en el link, de hasta arriba del post

octubre 15, 2016
2:24 pm
Firoy

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Vamos leyendo, a ver de que talento me he perdido de la comunidad, hay que ponerse al corriente. Saludos. :)

octubre 19, 2016
9:39 pm
luisoncpp

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Ahí va el capítulo 10 ^^

noviembre 9, 2016
10:34 am
luisoncpp

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Me tardé mucho :'(, pero aquí está el capítulo 11. A ver si puedo recuperar el ritmo de un capítulo semanal.

Espero que les guste, ya se acerca el final del primer arco :)

Personalmente considero especial este capítulo porque ya superé el conteo de palabras de una novela que empecé en mi adolescencia y que dejé inconclusa. En cierta manera eso me hace sentir que ya llegué mas lejos que antes.

noviembre 21, 2016
5:30 pm
luisoncpp

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No logré sacarlo en una semana, pero al menos no me tardé tanto como la vez pasada

diciembre 5, 2016
9:57 pm
luisoncpp

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Aquí va el capítulo 13, ya termina el primer arco de historia :D. A ver cómo me va con el arco de Ritang.

Se me había olvidado decirles, pero si alguien quiere apoyarme podría darme una estrella(o varias, en teoría pueden dar una por capítulo :P) en Wattpad https://www.wattpad.com/story/81345097-gigantes-de-lugton

enero 11, 2017
4:09 pm
luisoncpp

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Va el capítulo 14, inicia el arco de Ritang :D

enero 18, 2017
3:47 pm
luisoncpp

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Ay va el 15 ^^

enero 25, 2017
12:03 am
luisoncpp

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Aquí va el 16, se acerca el climax del arco de Ritang

 

 

abril 27, 2017
1:58 am
luisoncpp

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Ouch, se me pasó poner el 17 :S, pero bueno, eso significa que tienen dos capítulos ahora :D

mayo 9, 2017
12:04 am
luisoncpp

Sudor Espeso
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Va el capítulo 19 en pleno climax del segundo arco ^^, creo que ya voy retomando el ritmo.

julio 22, 2017
11:25 pm
luisoncpp

Sudor Espeso
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¡Ay güey!, se me olvidó actualizar este post :P

Acabo de ver que el último que había subido era el 19, y acabo de terminar el 23. Así que quienes no habían leído Gigantes de Lugton, desde entonces, aquí van los 4 capítulos que faltan :P.

 

20
Temur

– Hay algo que aún tenemos que hacer – Temur se agachó – si no atamos a estos asesinos, se levantarán en pocos minutos.

El humo se estaba dispersando.

– … pero ¡el incendio! – Satake abrió los brazos y miró a Temur.

– No hay ningún incendio – Temur encontró un trozo de vestuario en el suelo y se dispuso a cortarlo – fueron bombas de humo y una lámpara modificada.

– ¿Lámpara modificada? – Satake frunció el entrecejo – ¿Pueden producir tanta luz y del color del fuego con una lámpara de cristal?

– Estas lámparas anaranjadas de aquí imitan la iluminación de las velas, por eso toman el color del fuego – Temur terminó de hacer el nudo – y los cristales pueden brillar mucho si les aplicas un quince por ciento de tu éter, pero las lámparas suelen estar modificadas para que sólo les puedas aplicar entre un uno y un tres por ciento.

– ¿Cómo supiste que estábamos en peligro? – preguntó Futsume mientras terminaba de amarrar al otro asesino.

– Sabía que se estaban reuniendo en el cuarto de los actores, que Satake acababa de espiar una reunión peligrosa, y de pronto hay un incendio falso… era bastante obvio que ustedes estaban en problemas.

«De hecho Morokha intentó persuadirme de salir del edificio, pero yo no le hice caso… tal vez me esté buscando en este momento.»

Temur tomó la espada que el asesino había dejado caer.

– Será mejor que no dejemos armas cerca de ellos.

– Buena idea – Futsume tomó la otra espada – ¿sabes usar eso?

Temur suspiró y recordó.

Temur se encontraba en un gran salón sin muebles y con suelo de madera, Morokha estaba frente a él a una distancia de unos cinco metros. Nunca se habría imaginado que un lugar así podía estar dentro del taller de Morokha.

– ¿Ya sabes algo de esgrima? – preguntó Morokha.

– Nunca he usado una espada – suspiró Temur – pero alguna vez Futsume me dio una serie de consejos.

– ¿Qué clase de consejos? – Morokha alzó la ceja.

– Golpear fuerte la espada del oponente y luego lanzar un corte – Temur continuó hablando, Morokha bajó la mirada y negó con la cabeza – dejarme caer con la espada hacia el frente… y también me habló de un movimiento muy elegante que consiste en detener la espada del oponente, dar un giro para estar mas cerca, y tirar una estocada.

Futsume también le había sugerido aventar tierra a los ojos del oponente, pero no se atrevió a mencionarlo delante de Morokha.

– No quiero decepcionarte, pero … – Morokha se rascó la cabeza con su brazo izquierdo – esas técnicas las usan los ladrones vulgares y son inútiles contra un oponente real.

– … pero si la vieras pelear…

– Me has dicho que pelea con los puños.

– Sí – admitió Temur – ¿entonces qué sugieres?.

Morokha colocó sus pies en forma de L, con el pié derecho apuntando hacia adelante, y luego extendió el brazo derecho con la espada hacia el frente.

– Intenta la primera técnica – Morokha habló rápidamente.

– ¡Oh! – Temur se sobresaltó.

– La de golpear la espada y luego tirar un corte – contestó Morokha al instante

– … pero… – Temur no se sentía seguro de todo eso.

– No temas por mí – Morokha sonrió – sé exactamente lo que va a pasar.

Temur caminó hacia Morokha, siguió un consejo de Futsume manteniendo la espada por delante, y caminando con las piernas flexionadas y sin cruzarlas.

Su espada ya estaba a una distancia lo suficientemente cercana como para golpear la espada de Morokha. Temur se dispuso a golpearla, pero tan pronto como movió hacia atrás su espada para tomar vuelo, Morokha dio un paso adelante y colocó su espada casi tocando el hombro de Temur.

Temur se quedó sobresaltó y se quedó petrificado, ¡había perdido el combate antes de siquiera terminar de lanzar el primer golpe!.

– ¿Viste? – rió Morokha – al intentar golpear mi espada me diste una apertura.

Temur no respondió, seguía sorprendido reflexionando lo que había pasado.

– Mejor probemos algo diferente – Morokha se alejó varios pasos de Temur – ¿qué tal si ahora tú te defiendes?.

Morokha recorrió a Temur con la mirada, mientras volvía a colocar sus pies en la posición en L.

– Haha, no tengas miedo – Morokha abandonó su postura – no saldrás lastimado.

Temur tragó saliva y adoptó la postura que le había sugerido Futsume.

– Si quieres defenderte bien – Morokha miró el brazo de Temur – tienes que extender tu brazo lo más que puedas para abarcar un mayor volumen.

«Recuerda que lo único que te interesa es sobrevivir, así que tu prioridad es la defensa. Esa postura en la que tienes tus piernas aunque te permita avanzar y retroceder, no te permite moverte lateralmente con facilidad, así que mejor coloca tu pies en forma de L.»

Temur extendió el brazo y colocó sus pies en forma de L. Sentía algo tensa y poco natural esa postura… pero los argumentos de Morokha eran convincentes.

Morokha se movió lentamente hacia Temur, siempre con la espada al frente. Tiró una estocada hacia el hombro bastante fácil de bloquear.

Temur movió su espada y bloqueó la estocada de Morokha, desviando su espada. Por un momento creyó que había logrado defenderse. Morokha dio un paso hacia adelante mientras su espada se deslizaba bajo la espada de Temur, misma que parecía comenzar a obedecer la voluntad de Morokha. ¡¿Cómo era posible que Morokha, con ese cuerpo tan pequeño, tuviera tanta fuerza?!

De pronto Morokha estaba sujetando el mango de la espada de Temur, que ahora apuntaba hacia abajo y el extremo de la espada de Morokha estaba a escasa distancia del abdomen de Temur.

Instintivamente, Temur soltó su espada y se alejó un paso, Morokha ahora empuñaba las dos espadas, una en cada mano.

– Aunque en una estocada la punta de la espada puede ser mortal – Morokha señaló la punta de una de las espadas usando la otra – en un duelo de espada contra espada, la punta es la parte más débil, mientras que la parte cercana al mango es la parte más fuerte de la hoja.

«En el momento que deslicé mi hoja pude colocar la parte fuerte bajo la parte débil, y en ese momento tu hoja se volvió fácil de empujar para mi. »

– … ¿y cómo debería de defenderme si me atacan así? – preguntó Temur.

– Si estás en una posición ventajosa, desvía su espada como lo hice yo y quitásela de las manos.

– ¿Y si no? – Temur arrugó la frente.

– Continúa bloqueando mientras das un paso lateral – Morokha hizo una pausa – y si se acerca mucho, no dudes en retroceder.

– ¿Y bien? – preguntó Futsume – ¿sabes usarla?, los concejos que te dí no cuentan si no tienes práctica.

– No realmente – Temur suspiró – … pero he aprendido unas cuantas nociones.

Frente a ellos se encontraba el telón, cerrado. Temur lo levantó mientras pasaban Futsume y Satake.

– Oh… – Satake sonó nervioso – aún estamos en problemas.

Temur se agachó, cruzó el telón y al incorporarse vio que tras el montón de sillas y mesas (muchas de ellas caídas) había un par de asesinos custodiando la puerta con espada en mano.

– No sabemos cómo lo lograron – uno de los asesinos caminó hacia ellos – pero ya creíamos que era demasiado pedirle a cuatro de nosotros un trabajo tan simple.

Satake retrocedió y volvió a entrar bajo el telón.

– No necesitan prolongar esto – dijo el asesino que caminaba – mi compañero está cuidando la única salida, no importa lo que hagan. Van a morir.

Claramente estaba ignorando el hecho de que el edificio tenía ventanas, y que los asesinos no tenían todo el tiempo del mundo. Tan pronto como más gente se diera cuenta que estaban ahí, llamarían la atención de inmediato y se tendrían que retirar. Sin embargo, ¿realmente podían aguantar todo ese tiempo?.

Temur suspiró, colocó sus pies en posición de L y extendió su brazo derecho apuntando hacia el asesino que se acercaba. Luego comenzó a dar pasos laterales para postergar lo más posible el enfrentamiento. Un paso lateral lo mantenía tan alejado del enemigo como un paso hacia atrás.

Futsume, por su parte, se agachó, y comenzó a caminar bajo las mesas.

Llegó el momento en que Temur no podía dar más pasos laterales sin darle la espalda ni acercarse al asesino que estaba vigilando la puerta, así que decidió caminar hacia su oponente, para poder tener algo de espacio atrás para retroceder cuando fuera necesario.

Cuando tomó su pequeña lección con Morokha nunca imaginó que tendría que librar un combate de verdad antes de la próxima lección.

La postura de las piernas de su oponente era más parecida a la que Futsume le había sugerido. Así que probablemente su oponente no tenía la misma maestría que Morokha.

El asesino lanzó una estocada, Temur la logró desviar, comenzó a dar un paso para adelante mientras su espada se deslizaba bajo la hoja del asesino, pero la hoja del asesino se movió en otra dirección y Temur prefirió mantener su posición.

El asesino dio un paso hacia adelante, nuevamente lanzando una estocada, Temur la desvió pero instintivamente retrocedió.

Quizá debía de aplicar las técnicas que le sugirió Futsume, no funcionaban con Morokha, pero tal vez con aquel oponente podrían funcionar… el oponente movió la hoja ¡una apertura!. Temur tiró una estocada pero fue muy lento y el asesino logró desviarla.

Las espadas aún no se separaban cuando el asesino dio un paso para adelante. Si bien Morokha le había enseñado cómo mover su espada para poder dominar a su adversario en aquel momento, el instinto de Temur lo llevó a dar otro paso hacia atrás.

Temur notó su brazo que sujetaba la espada temblaba, y seguramente su adversario también lo notaba ¡hasta el momento no había hecho nada más que retroceder!.

El asesino dio dos pasos hacia atrás mientras esquivaba una esfera de vidrio anaranjada del tamaño de un melón, misma que se rompió al caer al suelo.

– ¡Me lleva Siebahr! – gritó Futsume, que se encontraba a unos cinco metros del duelo – ¡parece que tienes ojos detrás de la cabeza!, ¡la próxima vez acertaré!.

Futsume se acercó a otra mesa, arrancó otra de las lámparas, y movió su brazo hacia atrás preparándose para lanzar.

Temur aprovechó que su oponente estaba mirando a Futsume para lanzar un corte. El asesino apenas logró bloquearlo y luego retrocedió cuatro pasos, esquivando la segunda lámpara que Futsume acababa de lanzar.

El asesino que vigilaba la puerta comenzó a moverse rápidamente hacia Futsume, parece que Temur ya no contaría con la ayuda de Futsume. Quizá debería de aplicar alguno de los trucos que Futsume le sugirió. Tal vez el de lanzar tierra a los ojos, pero no había tierra en ese salón…

Temur notó que estaba parado sobre los pedazos de una de las lámparas rotas, y entre ellos había un cristal de iluminación. ¡Eso era aún mejor que tierra en los ojos!.

Temur se agachó y tomó el cristal lo más rápido que pudo, mientras tanto el asesino se acercó varios pasos.

– ¡Si serás estúpido! – dijo el asesino – no vas a poder herirme lanzándome un montón de vidrios, ¡perdiste la ventaja que tu amiguita te dio!.

Temur sujetaba el cristal de iluminación con su mano izquierda metida en su bolsillo, se concentró en el cristal sin dejar de mirar a su oponente. Era más complicado activar el cristal con los ojos abiertos y sin mirarlo, pero los años de práctica construyendo golems le permitieron hacerlo.

Una vez que se sintió conectado con el cristal, probó variar el flujo de éter entre su cuerpo y el cristal, podía hacerlo con bastante agilidad siempre y cuando no rompiera la conexión. Sacó el cristal del bolsillo, dejó un poco de éter en el cristal para mantener activa la conexión, pero en aquel momento el cristal apenas brillaba.

– Sí – rió el asesino – parece que sí pretendes herirme con un pedazo de vidrio.

Temur tragó saliva, dio un paso hacia adelante tirando una estocada y al mismo tiempo imbuyó una cantidad enorme de éter en el cristal, incluso más de la que solía utilizar para activar un golem.

Todo lo que tenía en frente de él se iluminó de un color blanco muy intenso, su oponente, que estaba empezando a desviar la estocada, dio varios pasos hacia atrás.

Temur disminuyó el flujo de éter, y el cristal dejó de brillar. Dio varios pasos para adelante, su oponente seguía desorientado, pero antes de que Temur lo alcanzara volvió a ponerse en guardia.

Temur jadeaba, gastar tanto éter en activar un cristal lo había dejado agotado, pero parece que la única salida que tenía era volverlo a hacer. Dio otro paso hacia adelante lanzando una estocada y activando el cristal al mismo tiempo.

El asesino nuevamente comenzó a retroceder, pero Temur esta vez no se detuvo y caminó hacia él mientras su espada se deslizaba e hizo contacto con la empuñadura. Agarró la empuñadura de la espada de su adversario con la mano izquierda, mientras que con la derecha mantenía su espada en una posición dominante.

Temur intentó arrebatarle la espada pero el asesino no la soltó.

– Suéltala – dijo Temur – perdiste, mi espada está rozando tu pecho.

El asesino se rió.

– ¿Qué sucede? – Temur se sobresaltó – ¿no te das cuenta de la situación?.

– Tu espada tiembla – el asesino sonreía – sé que no tienes las agallas de hundir tu espada en mi pecho.

Temur de pronto no supo qué hacer. Empezó a considerar matar a su adversario, luego intentó pensar en qué otra cosa podía hacer para persuadirlo de que se rindiera. Mientras pensaba todo eso, Temur aflojó su mano izquierda y el asesino logró dar un paso hacia atrás recuperando su arma mientras que el cristal de iluminación cayó al suelo.

– ¡Esa fue bastante sucio! – gritó Temur enojado y desesperado al mismo tiempo. Ya no tenía el cristal de iluminación y Futsume probablemente estaba muy ocupada escapando del otro asesino.

– … ¿y usar esa clase de brujería para encandilarme fue limpio?.

Temur estuvo a punto de gritarle que no era brujería, pero eso no cambiaba los hechos.

– ¡Deténgase ahora mismo! – se escuchó la voz de Morokha a través de uno de los pasillos.

El oponente de Temur se sobresaltó, luego miró hacia el pasillo desde donde entraba Morokha.

– ¡Oh!, ¡eres sólo un niño! – dijo el asesino – mejor retírate porque los adultos estamos haciendo cosas peligrosas.

– Temur – dijo Morokha – hazte a un lado, deja que me encargue yo.

Temur todavía no lograba asimilar lo que estaba pasando, ¡habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo!, retrocedió varios pasos y miró hacia Morokha sin abandonar su postura de guardia.

– No te lo tomes a mal – sonrió Morokha – seguramente hiciste un trabajo excelente aguantando este duelo, pero lo mejor sería que…

Temur corrió hacia Morokha, se le empezaron a salir las lágrimas. No pudo contener todas las emociones por las que acababa de pasar. Le cedió su espada a Morokha.

– ¿Ahora vas a dejar que un niño pelee por ti? – rió el asesino.

– No soy un niño – el tono de voz de Morokha cambió.

El asesino se sobresaltó.

– ¡No estoy ciego!.

El asesino tragó saliva y se aproximó lo más rápido que pudo a Morokha lanzando un corte.

Morokha bloqueó el corte y dio un paso lateral, el asesino lanzó otro corte, el cual nuevamente fue bloqueado.

Temur no logró captar todo lo que estaba pasando, pero si algo podía distinguir es que los pasos del asesino eran pocos, inseguros y toscos, mientras que los de Morokha eran muchos pasos cortos que parecían muy bien calculados.

La espada del asesino parecía girar alrededor del mango en cada golpe, sin embargo, la espada de Morokha cambiaba constantemente de eje de giro, y el codo de Morokha también se movía mucho más.

Hubo un momento en que el asesino intentó dar un giro (de manera similar al movimiento que Futsume le explicó), pero Morokha giró con él, lo dominó por el brazo y le arrebató su arma.

Todo pasó tan rápido, que el otro asesino apenas estaba llegando cuando Morokha ya empuñaba ambas espadas.

Este nuevo adversario lanzó una estocada, Morokha la detuvo con la espada en su brazo derecho, y antes de que las espadas se separaran tocó la espada de su adversario con la otra espada. Mantuvo la espada izquierda deteniendo el arma de su adversario y con su espada derecha lanzó una estocada hacia el frente.

Tocó el cuello de su oponente, pero se detuvo ahí.

– Suelta el arma – el tono de voz de Morokha sonaba bastante imperativo, y era obvio que esperaba que se le obedeciera.

El oponente se sobresaltó y soltó el arma.

– ¡Temur! – se acercó Futsume – ya encontré cuerdas para atar a estos asesinos.

Morokha miró a sus oponentes recién derrotados.

– No se muevan – dijo otra vez con ese tono imperativo – o se arrepentirán.

Luego dio media vuelta y miró a Temur.

– ¿Estas bien?, ¿cómo te sientes? – la voz de Morokha nuevamente adquirió la faceta amigable por la que Temur mejor lo recordaba.

– Siento muchas cosas – Temur se apoyó sobre la pared y resbaló hasta quedar sentado en el piso, trató de apartar la mirada para disimular las lágrimas.

– Perdón por tardarme tanto – dijo Morokha – te estaba buscando en los corredores, pero luego escuché ruido en el salón y…

– Gracias – Temur se rindió en su intento de ocultar las lágrimas – si no hubiera sido por ti … yo sólo no habría podido…

– No te culpes – dijo Morokha – tu tienes poco entrenamiento en esgrima y además tu trabajo no tiene nada que ver con esto. El tiempo que lograste resistir fue algo excepcional para tí.

– Siento interrumpirlos en un momento emotivo – Futsume terminaba de atar al segundo asesino – , pero hay algo que tenemos que hacer. ¿No es cierto?, Temur.

– ¡Sí! – Temur se incorporó rápidamente mientras recordaba el lío en que estaban metidos – tenemos que avisar a Mochiharu Kimura… ¿que pasó con Satake?.

– ¿Había alguien más con ustedes? – Morokha abrió los ojos.

– Sí – Futsume se rascó la cabeza – pero él es muy bueno trepando, probablemente escapó por la ventana.

Al salir del edificio se percataron que unos cuantos alguaciles se acercaban hacia el edificio. Pero con excepción de ellos. El resto de la calle estaba vacío.

– Ya no hay manera de que alcancemos a Mochiharu – dijo Futsume.

– Tienes razón – Temur bajó la mirada – fallamos…

– Quiero pensar que Satake logró alcanzar a Mochiharu – dijo Futsume.

21
Vania

Vania caminaba bajo la sombra de un edificio en el oscuro centro de Ritang, sosteniendo a Mochiharu del brazo para evitar que perdiera el equilibrio y cayera. La oscuridad de la noche de Ritang aún le parecía inquietante, ya se había acostumbrado a Lugton, donde no es raro ver algunas luces encendidas en la noche. También extrañaba las nubes de vapor de las calles de Lugton, se habrían podido esconder en ellas para perder a cualquier posible perseguidor.

Estaban a punto de llegar a la esquina del edificio. Desde que inició la noche ya había sospechado que Mochiharu corría peligro, pero no se imaginaba que los asesinos fueran capaces de iniciar un incendio en el edificio para lograrlo. Afortunadamente la confusión del incendio jugó a su favor y lograron salir del edificio sin ser atacados.

– ¿Qué tal si… carruaje… caminar… difícil? – preguntó Mochiharu, todavía borracho, parecía empezar a perder la conciencia en cada pausa.

– Ya te lo dije – continuó Vania – no podemos confiar en los carruajes, podrían ser una trampa.

– ¿… y caminar… seguro?.

¡Tenía razón!, ¡hasta borracho podía darse cuenta de algo que Vania había dejado pasar debido a su paranoia!: caminar tampoco era seguro, podía haber alguien siguiéndolos. Además, definitivamente era más fácil de seguir a un par de peatones que a un carruaje.

– No – dijo Vania mientras miraba a su alrededor tratando de distinguir si alguien los seguía – pero ya es demasiado tarde, no encontraremos carruajes en este lugar a esta hora.

Escuchó pasos a su izquierda, se recargó en la pared del edificio, se deslizó sobre la roca del muro, se asomó a través de la esquina y pudo ver que no muy lejos una silueta corría hacia ellos.

– ¡Corre! – gritó Vania a Mochiharu – ¡nos encontraron!.

Vania tomó a Mochiharu del brazo y comenzó a correr. Sintió que Mochiharu se movía mas lento que ella, aunque se esforzaba por seguirle el ritmo.

– ¡Vaania!… – dijo Mochiharu – ¡no puedo más!, ¡el suelo se mueve!.

En pocos pasos el brazo de Mochiharu que Vania sujetaba resbaló, y Mochiharu cayó al suelo.

Vania dio media vuelta, se agachó, volvió a tomar a Mochiharu del brazo. Vania comenzó a incorporarse, cargando parte del peso de Mochiharu, alzó la vista y dos siluetas que corrían hacia ella comenzaron a ser iluminadas por la luz de la Luna.

– ¡Satake! – exclamó Vania al descubrir la identidad de una de las siluetas.

– … ¿esperabas a alguien más? – Satake arqueó la ceja.

– ¡Oh!, ¡por Derus! – Vania alzó los puños y frunció el ceño, Mochiharu estuvo a punto de caer pero logró mantenerse equilibrado – Mochiharu está en peligro, alguien incendia el edificio, luego alguien nos sigue en la noche ¡¿… qué no es obvio que estaba temiendo lo peor?!.

– Oh… – Satake se tocó la barbilla – perdón, estaba demasiado centrado en mis propias preocupaciones que olvidé las tuyas. Niku y yo les traemos un mensaje importante.

La otra silueta dio un paso al frente, y la luz de la Luna reveló a la actriz pelirroja.

– ¡Nakashi! – Mochiharu miró a Niku – ¿… puedes explicarme qué está pasando?.

– … creo que está tan borracho que me confunde con alguien más – Niku golpeó su propia cara con la palma de su mano.

– … espié la reunión de la Liga Reformadora – dijo Satake.

Vania se estremeció. Satake continuó hablando.

– Quieren matar a Mochiharu cuando salga de la posada mañana. Quieren testigos y quieren escándalo… y creo que ya sabes para qué. Quieren provocar una guerra entre las casas Zakaria y Kimura.

– ¿Entonces qué fue ese incendio? – Vania dio un paso al frente.

– Intentaron matarme a mi para que no te trajera la información – Satake suspiró – y simularon un incendio para evitar que alguien pudiera ayudarme.

– ¿Cómo lograste escapar? – preguntó Vania.

– Me ayudaron Futsume y Temur… – Satake bajó la mirada – dejaron fuera de combate a dos asesinos, otros dos asesinos los atacaron pero yo escapé por la ventana.

Vania se estremeció. Eso significaba que probablemente Temur estaba muerto… no, no debía de preocuparse de eso en ese momento, había cosas mas urgentes en las que enfocarse.

– ¿Cómo nos encontraste?, tal vez alguien más nos siguió.

– Yo esperé a Satake afuera del edificio – dijo Niku – y también observé la dirección en la que se fueron ustedes… es difícil ignorar a una mujer mayor cuidando a un viejo borracho.

– ¿¡Mujer mayor!? – Vania apretó los puños.

– Niku tiene talento para seguir rastros y también tiene un oído excepcional – dijo Satake – pero prefiere fingir que las cosas que capta son obvias.

Vania se relajó, tal vez el juicio de Mochiharu no era de lo más confiable, pero la confianza que mostró en cierta manera sirvió para calmarla.

– Relájate, Vania – interrumpió Mochiharu – confío en ella – dijo mirando a Niku.

– ¿Qué proponen para mantenerlo a salvo? – preguntó Vania – ¿sólo tenemos que buscar otra posada?.

Satake tomó aire y abrió la boca para hablar, pero Niku lo interrumpió.

– Nos siguen. Tenemos que perderlos primero.

– ¿Quiénes? – Satake se estremeció.

– Espías – Niku señaló hacia el techo del edificio que acababan de pasar, y luego señaló el techo del edificio de al lado.

Vania miró hacia donde Niku señalaba, sobre el borde recto de la silueta del edificio, pudo distinguir una protuberancia. A pesar de estar cuatro pisos arriba, era claro que estaba ahí. Así que después de todo, sí había alguien con malas intensiones siguiéndolos.

– ¡Que Siebahr se apodere de mi alma! – exclamó Satake – ¿cómo se supone que vamos a perderlos?, sobretodo con él en ese estado.

Satake señaló a Mochiharu.

– Ya me las arreglaré – sonrió Niku – sólo síganme.

Niku comenzó a caminar en dirección opuesta a la que llevaban originalmente.

Llevaban caminando ya mucho tiempo, tal vez una hora. Niku caminaba por delante, seguida de Satake y detrás caminaban Vania y Mochiharu. No habían dicho una sola palabra desde que empezaron a seguir a Niku.

Niku se detuvo frente a una posada. Vania leyó:

“MADRIGUERA DE LA CABRA ENOJADA”

– No es exactamente el lugar que esperaba – Vania arrugó la frente, un nombre peculiar… considerando que las cabras no construyen madrigueras.

– ¿Ya no nos siguen? – preguntó Vania.

– No te preocupes – Niku miró a Vania y sonrió – todo va a estar bien.

– No lo sé, ¿en serio ya dejaron de…? – Vania nuevamente empezó a dudar.

– Hazle caso – interrumpió Mochiharu.

Niku golpeó dos veces la puerta esperó unos segundos y luego golpeó tres veces.

– ¿De dónde provienen las hojas? – dijo la voz de una anciana tras la puerta.

– Del árbol de la villa – contestó Niku.

La puerta se abrió, y entraron. El interior estaba completamente oscuro, la puerta se cerró tras ellos.

Vania estaba a punto de protestar, pero un cristal blanco sobre un escritorio comenzó a brillar alumbrando la habitación. En la habitación había un escritorio, escalones hacia una planta superior, y una puerta abierta hacia lo que parecía ser un comedor.

– ¿A qué se debe tu visita? – una anciana dio un par de pasos hacia Niku – será que vienes por otro… favor.

– Espías nos siguen, y necesitamos perderles el rastro – contestó Niku, desviando su mirada

– Ya veo – rió la anciana.

La anciana les dio la espalda y comenzó a caminar. Abrió una puerta que se encontraba a un lado de los escalones y que Vania no había notado que estaba ahí. Parecía como si hubieran tratado de ocultarla intencionalmente.

– ¿Algo más? – preguntó la anciana.

– Te informo que Arunkumar Zakaria contrató asesinos con la intención de matar a Mochiharu – dijo Niku.

– ¡¿Matar?! – Mochiharu se sobresaltó – creí que… raptar…

– … pero que quede claro algo: Arunkumar está siendo manipulado por una organización más grande llamada la Liga Reformadora.

– ¡Qué interesante! – exclamó la anciana – si eso es cierto, tu deuda con nosotros disminuirá en lugar de aumentar debido a este favor.

– Lo que ella te dijo es verdad – interrumpió Satake – soy testigo de ello.

– ¿… y él quién es? – la anciana arrugó la frente.

– Lo mismo podría preguntar yo – contestó Satake.

– Luego les explicaré a ambos qué está pasando – dijo Niku – por el momento no hay tiempo que perder, síganme.

Niku cruzó la puerta que recién había abierto la anciana, el resto la siguieron un tanto dudosos.

– Cuidado con los escalones – dijo Niku.

Tras la puerta había múltiples escalones hacia abajo.

La puerta se cerró tras de ellos. Todo estaba oscuro.

Un ligero resplandor blanco salió del puño de Niku, no era una luz muy fuerte, pero era suficiente para ver por donde caminaban. Seguramente cargaba un cristal de iluminación.

Siguieron a Niku a través de unos escalones de piedra en espiral.

– ¿Ahora sí puedes explicarnos a donde nos llevas? – preguntó Vania.

– Vamos a movernos unas cuantas cuadras por debajo de la ciudad – por fin reveló Niku – lo suficiente como para estar seguros que no habrá espías cerca. Por aquí abajo no podrán seguirnos.

Después de las escaleras continuaron siguiendo a Niku a través de los oscuros túneles de piedra. Vania había leído que el centro de la ciudad de Ritang fue construido sobre una antigua mina y durante el periodo en que Ritang fue la capital de Igan la familia real mandó remodelar los túneles para tener una ruta de escape.

Mientras caminaban, Vania comenzó a recordar todo lo que había pasado durante la noche. Entonces recordó a Temur y dijo:

– Entonces, Temur está…

– No lo sé – suspiró Satake – Futsume es muy hábil peleando, pero no sé si habrá podido manejar la situación con oponentes armados.

Dieron unos cuantos pasos más sin hablar.

– Soy un cobarde – dijo Satake sin mirar a Vania.

– ¡No! – dijo Vania, se acercó un poco a Satake– te atreviste a espiar a la Liga Reformadora… y algo me dice que no fue la primera vez que hacías algo así.

– … pero abandoné a Temur y a Futsume, ¡Futsume me ha salvado la vida dos veces!.

– … pero a cambio de eso estas salvando a Mochiharu y tal vez evitarás una guerra civil.

– Yo sólo quería probar la inocencia de Adachi Kimura – continuó Satake con la mirada al frente, dándole la espalda a Vania – … y ahora estoy en medio de un lío político del cual ni siquiera sé a qué bando estoy apoyando ¡acabé sacrificando a unos amigos a quienes les debo la vida por una causa que ni siquiera entiendo!.

– Satake … yo… – Vania ya no sabía qué decir.

¿Qué se supone que le debía decir en aquel momento?, ¿que era mejor evitar cualquier revuelta para continuar con un estatus quo que ni siquiera a ella le agradaba?. Ciertamente, a ella no le parecía que matar a Mochiharu fuera lo correcto, pero… ¿valía la pena sacrificar dos vidas por él?.

– Perdona… – Satake frotó su cara con su brazo y luego miró a Vania – seguro te importa Mochiharu y yo acabo de menospreciarlo con este comentario.

– Gracias – dijo Vania a falta de algo mejor que decir, entonces le salieron las palabras – probablemente no habrías podido ayudarles a pelear, y hasta pudieron haberte tomado de rehén haciendo las cosas aún mas difíciles para tus amigos. Quizá lo mejor para ellos era que no estuvieras ahí.

– Gracias por decirlo – Satake suspiró y sonrió – me estaba repitiendo esas mismas palabras desde que salí del edificio, pero no dejaba de sentirlas como excusas torpes para mi cobardía. Escucharlas de ti me quita un gran peso de encima.

– Me pregunto si… – continuó Vania – alguien más habrá notado que había asesinos adentro.

Después de unos pasos Satake contestó.

– Se lo dije a varios nobles antes de que Niku me encontrara para guiarme hasta ustedes. Creo que fueron a llamar a los alguaciles, pero no creo que alcanzaran a llegar durante el enfrentamiento.

Continuaron su viaje a través de los túneles.

Cuando por fin salieron, Niku miró hacia los alrededores.

– No hay espías cerca.

– Muy bien, pero … – dijo Vania – ¿donde estamos?

– Estamos enfrente de la Posada del Gran Valle.

Vania dio media vuelta y entonces reconoció la fachada de la posada. ¡Estaban a salvo!, de pronto Vania sintió una gran vergüenza.

– Perdóname por haber dudado tanto – Vania bajó la mirada – dada la situación es muy difícil confiar en alguien… y gracias por habernos ayudado.

– No te molestes en dar las gracias – Niku sonrió – tu has hecho un gran trabajo cuidando de Mochiharu.

Por un momento Vania se sintió mejor; pero Niku continuó hablando.

– No nos estamos haciendo favores, mas bien somos un equipo que trabaja por la misma causa. Piénsalo así.

Eso le recordó a lo mismo que le dijeron en la Liga Reformadora, ¿para qué causa estaba trabajando?, ¿detener la guerra o proteger el estatus quo?, de pronto le pareció como si ambos bandos fueran intercambiables.

¡Pero eso era falso! ¿verdad?, no le gustaba la idea de la guerra, ni de inculpar a gente por crímenes que no cometieron o asesinar a personas sólo para afectar la opinión pública… pero tampoco le agradaba el gobierno actual. Vania fingió una sonrisa.

Niku claramente trataba de animarla, pero sus palabras traían a ella más dudas que ánimos.

Unas horas más tarde Vania despertó en una de las habitaciones que reservaron en Posada del Gran Valle, alguien golpeaba la puerta de su habitación.

– ¡Vania! – escuchó la voz de Mochiharu – ¡¿puedes explicarme qué está pasando?!.

– En un momento voy – contestó.

Se vistió lo mas rápido que pudo y salió para encontrarse con Mochiharu en el pasillo.

– Por fin te dejas ver – gruñó Mochiharu – ¿puedes explicarme qué está pasando?, ¿por qué no estamos en Casa Rubí?

– Pasaron muchas cosas – Vania suspiró – primero te pusiste borracho y…

– ¿Dije algo mientras estaba borracho? – Mochiharu arrugó la frente.

– Muchas cosas… cosas sobre tu familia y cómo veían tu trabajo.

– ¡Oh!… ¡no!… – Mochiharu se cubrió la cara con las manos.

– De hecho quedamos en buenos términos – dijo Vania – acordamos que tu te encargarías de escuchar y entender los problemas de la Academia, y también de comunicárselos a los nobles y nosotros te dejaríamos de detestar.

– … pero … – Mochiharu estaba a punto de poner una objeción.

– No te culparemos si tu familia te obliga a tomar una decisión, pero al menos necesitamos que sepan el punto de vista de La Academia antes de decidir qué hacer con nosotros.

– Está bien – Mochiharu se relajó y se recargó sobre la pared – podemos intentar eso… pero aún no me explicas por qué estamos aquí.

– No he llegado a la peor parte y no sé cómo explicarla…

– Ve directo al grano – contestó Mochiharu – tenemos asuntos qué atender.

– Está bien – Vania suspiró nuevamente – en resumen: alguien simuló un incendio en el edificio, después de salir un par de actores nos alcanzaron y aseguraron que descubrieron un plan para matarte hoy cuando salieras de Casa Rubí con el objetivo de provocar una guerra entre los nobles.

– ¡Espera!… ¡Espera! … – Mochiharu extendió la mano, y continuó hablando – ¿Me estas diciendo que confiaste ciegamente en la palabra de un par de actores?.

– Uno de ellos era conocido de un conocido… – Vania se dio cuenta de que no era tan fácil ocultar los detalles y justificarse. De pronto encontró la excusa perfecta:

– La otra era una actriz pelirroja en la que tu insististe en confiar… ella insistía en que su nombre era Niku, pero tu la llamaste… ¿Nakeji?

– ¡Oh! ¡Nakashi! – Mochiharu abrió los ojos y alzó la vista – si realmente era ella entonces estuvo bien que escucháramos sus advertencias. Si no lo era… mejor no tentar a la suerte.

– ¿Que opinas si voy por nuestro equipaje a Casa Rubí y luego regresamos a Lugton?.

– ¿Bromeas? – dijo Mochiharu – tenemos que asistir a la reunión del Senado, si no voy es posible que propaguen el rumor de que estoy muerto.

– Pero… – dijo Vania – es peligroso…

– Tal vez lo sea un poco, pero no estoy dispuesto a poner a Oscana en un peligro mayor que el que corro yo.

Vania sintió una pizca de admiración y respeto por Mochiharu, cosa que hasta ese momento no había sentido por él.

Unas horas más tarde, entraron en el salón del Senado. El salón tenía toda la pinta de un teatro, con dos niveles de gradas, asientos marrones bastante lujosos, sin embargo en lugar del escenario había un estrado, rodeado de cinco asientos y no había telón tras de él.

Todo en el edificio se veía bastante desgastado. Los asientos tenían manchas y el cuero que los cubría tenía agujeros. Las tablas de madera que cubrían el suelo se habían doblado y rechinaban cada que alguien caminaba sobre ellas. Las cortinas ubicadas tras los asientos presentaban una mezcla de polvo, manchas y algunas rasgaduras.

Vania sabía que ese lugar había sido el teatro privado de la nobleza cuando Ritang era la capital del Imperio Igan, pero sólo pudo verlo por dentro desde que se convirtió en el edificio del Senado de Oscana.

Vania y Mochiharu se sentaron en una de las gradas del nivel más alto. La sesión todavía no había empezado, pero voces inundaban todo el salón. No era fácil distinguir enunciados completos, pero se escuchaban mucho las palabras “guerra”, “Zakaria”, “Kimura” y “asesinatos”.

Vania buscó con la vista donde estaban sentados los que asistían de parte de los comerciantes. Reconoció a Morokha, ¡… y a su lado estaba Temur!, ¡estaba vivo!.

Temur parecía preocupado, igual que todos los demás, mirando en muchas direcciones y haciendo preguntas, mientras que Morokha simplemente estaba recargado y con las piernas estiradas, siempre tomándoselo todo con calma.

De pronto se escuchó una voz que resaltó sobre todas las demás:

– Damos inicio a la sesión – la voz provenía del estrado, donde hablaba un hombre viejo con una corona de hierro sobre la cabeza. Se trataba del rey.

Las voces que inundaban el salón se fueron apagando conforme el rey seguía hablando.

– Les recuerdo que nos reunimos ahora con el fin de discutir las siguientes cuestiones – el rey continuó hablando – muchos de aquí piensan que nuestras recientes regulaciones en el comercio con Gemedia necesitan una revisión; intentaremos uniformar algunas legislaciones locales; vamos a discutir la repartición de presupuesto; hay algunos que creen que nuestra legislación para las áreas rurales necesita una revisión.

El rey suspiró y continuó hablando.

– … esto no lo deberíamos discutir aquí, pero debido a la insistencia de ambas casas, al final de la sesión llegaremos a un acuerdo final sobre Adachi Kimura.

Nuevamente las voces inundaron el salón, y esta vez con un volumen mayor. Uno de los hombres sentados al lado izquierdo del estrado alzó la mano.

– ¿Quiere compartir algo con nosotros? – el rey le dirigió la mirada, el hombre asintió, y el rey volvió a decir – tiene la palabra el caballero Harum Zakaria, representante de la casa Zakaria.

– Primero deberíamos de abordar la cuestión más importante – alzó el puño y continuó – ¡la casa Kimura tiene que aceptar castigar al responsable de aquella gran afrenta a nuestra casa!.

Inmediatamente después, un hombre sentado al lado derecho del estrado se levantó sin pedir permiso y exclamó:

– ¡¿Te atreves a llamar afrenta a los crímenes por los cuales inculparon a nuestro camarada Adachi?! – dio un paso hacia adelante y señaló a Harum – por si no lo sabes… esta mañana los alguaciles detuvieron a Arunkumar Zakaria ¡por conspiración!.. ¡y por intento de asesinato a tres de nuestros camaradas!, el primero iba a suceder esta misma mañana.

El tumulto creció.

– ¡Orden! – exclamó el rey, el tumulto disminuyó, y el hombre que se acababa de levantar bajó el brazo, bajo la mirada, pero cerró los puños.

– Debe pedir primero permiso para hablar, caballero Morosuke – el rey suspiró – en vista de que parecen indispuestos a discutir primero las cuestiones de importancia para el pueblo, acepto la petición de empezar con estas discusiones… con la condición de que esta sea una discusión civilizada.

– Gracias, su excelencia – contestó Harum con una reverencia, y continuó – … y con respecto a estas tergiversaciones que el señor Kimura nos acaba de hacer, tengo que recordarle que los alguaciles en Ritang, los mismos que detuvieron a Arunkumar, están bajo la legislación Zakaria.

«Mientras que los alguaciles de Lugton, que permitieron que Adachi – elevó el volumen de su voz – asesinara a tres camaradas nuestros – su voz volvió a la normalidad – estaban bajo la jurisdicción de ustedes. Es claro que nosotros no fuimos cómplices de Arunkumar… pero ustedes tienen toda la pinta de ser cómplices de Adachi. ¿Cuál es tu respuesta?, ¿cómo podemos saber que ustedes están de nuestro lado si se niegan a castigar al culpable?».

¡Ese parásito estaba presumiendo la captura de Arunkumar y el hecho de que evitaron el asesinato de Mochiharu como un logro de su gobierno!.

– ¡Eres un miserable impostor!, – contestó Morosuke – tan miserable como aquellos que realizaron el pacto con Siebahr. Fue nuestra red de espías la que detuvo a Arunkumar. Los alguaciles sólo realizaron el arresto una vez que Arunkumar ya había sido detenido.

¿Red de espías?, Vania recordó a aquella anciana con la que Niku habló.

«… además tenemos razones para creer que Adachi puede ser inocente. Deberíamos de esperar a que se esclarezcan las cosas antes de imponerle una condena irreversible.»

– ¿Escucharon eso? – Harum señaló a Morosuke y se rió – ¡él aún cree que Adachi Kimura puede ser inocente!, no sé cómo se atreve a decir en frente de todos semejantes idioteces.

– El jefe de los alguaciles nos reveló detalles de la investigación – dijo Morosuke – … y salvo por la prueba del éter, todo lo demás parece muy cuestionable.

– … y sin embargo – Harum abrió los brazos y elevó su voz mirando repasando las gradas con la mirada – esta prueba se consideraría incuestionable con cualquier otra persona. ¿Por qué Adachi Kimura puede ser la excepción?.

– Nuestros espías han encontrado una indicios de una conspiración que… – Morosuke no alcanzó a terminar.

– ¿Ahora vas a inventar teorías de conspiración? – dijo Harum – con teorías de conspiración podrías sustentar cualquier idea, por más ridícula que fuera.

Eso le dolió a Vania, pero Harum tenía razón en ese punto aún cuando ella supiera que existía una conspiración de verdad.

– No estamos pidiendo el perdón de Adachi – Morosuke bajó la mirada, como si toda su determinación hubiera sido rota – sólo queremos que nos den más tiempo, y les aseguro que demostraremos que Adachi es inocente.

– ¿De cuánto tiempo estas hablando? – Harum alzó la ceja – recuerda que el asesinato ocurrió hace ya dos meses, un asesino normal con esta evidencia en su contra ya habría sido ejecutado para este momento.

– Tres meses.

– No sé cómo tienes el valor de traer estas exigencias hasta nosotros – dijo Harum – la casa Zakaria no tolerará más insolencias, en lugar de eso deberíamos…

– ¿Lo sometemos a votación? – el rey interrumpió.

– Con todo respeto, su excelencia – Harum hizo una reverencia y continuó hablando – los asuntos de justicia no se deben de llevar a votación en una asamblea como esta. No se trata de dictar la sentencia de Adachi Kimura.

Harum elevó la voz.

– Se trata de exigir a ese corrupto sistema de justicia de Lugton que deje de tener favoritismos – volvió a su tono de voz normal – la casa Zakaria no aceptará una conducta así. Les confiamos el gobierno local de Lugton… ¡y miren lo que han hecho con él!.

Harum recibió múltiples abucheos por parte de la tribuna. Morosuke alzó la mirada.

– Hemos convertido a Lugton en la mayor fuerza comercial de Oscana…

Vania cerró el puño. Nuevamente los políticos estaban adjudicándose méritos de otras personas. El trabajo lo habían hecho la Academia, los artesanos, los ingenieros e incluso los comerciantes… ¿por qué tiene que ser el gobierno el que se lleve el mérito?.

– … han cobrado comisiones a la mayor fuerza comercial de Oscana – corrigió Harum.

Vania no pudo evitar sonreír. Ese maldito Harum era muy bueno argumentando.

– Nos estamos desviando del tema – dijo el rey – veo que hablas en nombre de todos los Zakaria. ¿Por qué no dejamos que deliberen unos momentos para ver si aceptan la propuesta de los tres meses o nos traen una contra propuesta?.

Harum asintió y se retiró temporalmente del estrado.

El tumulto se hizo mayor y así permaneció durante casi una hora. Vania no alcanzaba a distinguir lo que estaban discutiendo los Zakaria, pero alcanzaba a verlos desde lejos. Realizaban constantemente ademanes bastante pronunciados y en muchas ocasiones varios hablaban a la vez mientras discutían.

Harum volvió a acercarse al estrado. Iba cargando un papel, alzó la mano tendiéndole el papel al rey. El rey tomó el papel con ambas manos, los espectadores guardaron silencio y el rey comenzó a leer.

– La casa Zakaria valora la cooperación mutua que ha tenido la casa Kimura así como sus grandes aportaciones a Oscana. Es por esto que aceptamos el aplazamiento de la ejecución del criminal Adachi Kimura – el rey tomó aire – siempre y cuando no sea por un plazo mayor a 30 días a partir del día presente.

La agitación volvió al salón, esta vez la mayor parte de las voces provenían del lugar donde estaban sentados los Kimura.

– ¿Quieres traernos su respuesta? – el rey miró a Morosuke.

Morosuke asintió y se retiró del estrado.

Unos minutos después volvió cabizbajo, cargando un papel. Le tendió el papel al rey, pero su mirada siguió baja. El rey tomó el papel con ambas manos, y en cuanto su mirada se posó en el papel, tensó las manos.

– La casa Kimura … – tragó saliva – ha aceptado las condiciones de la casa Zakaria.

Harum sonrió, pero el rey continuó hablando.

– … sin embargo – elevó el volumen de su voz y arrugó la frente – fue una votación muy cerrada. ¿Seguros que no quieren reconsiderar su propuesta?

El rey miró hacia las gradas, donde estaban los representantes de los Zakaria.

Algunos gritaron que no, otros abuchearon, y otros gritaron cosas que resultaron ininteligibles para Vania, pero con un tono que denotaba desprecio.

– Bien – el rey se acarició la barba – la decisión ya está tomada.

Alguien se acercaba caminando hacia el estrado, tenía los puños cerrados y la mirada en alto.

– No tienes permiso de estar aquí – el rey le dedicó una mirada dura y habló con autoridad.

– Finges ser neutral … – dijo la persona que se acercaba, tenía un tono de voz alto – pero todos sabemos que no lo eres… ¡Naseema Zakaria!.

– Llamen a los guardias – el rey elevó la voz – parece que este hombre no está en su sano juicio.

– No será necesario – contestó – sólo vine aquí para que todos escucharan la verdad: ¡…y la verdad es que la casa Kimura no se va a doblegar frente a unos ineptos y traicioneros como ustedes!.

Dijo eso mientras miraba al rey y luego giró la cabeza hacia las gradas donde estaban los Zakaria. Hubo unos segundos de silencio, y posteriormente dio media vuelta y se marchó.

– ¿Lo conoces? – Vania le preguntó a Mochiharu.

– Sí – contestó – es otro Kimura, su nombre es Mitsuhiro… creo que es primo de Adachi.

El resto de la reunión del Senado transcurrió sin incidentes.

Al día siguiente Vania y Mochiharu tomaron el tren de regreso a Lugton. Cuando el tren empezó a moverse y fueron alejándose poco a poco de Ritang, Vania comenzó a sonreír sin darse cuenta. Sentía que había superado una gran prueba.

– Te veo muy feliz – dijo Mochiharu – ¿tanto te alegra volver a Lugton?.

– ¡Oh! – Vania se sobresaltó – me alegra más que no ocurrió ningún desastre.

– Yo no estaría tan seguro – Mochiharu la miró muy seriamente – la tensión ahora es mas fuerte que nunca, y temó que Mitsuhiro vaya a cometer una estupidez cuando llegue el momento de la ejecución de Adachi. Mitsuhiro es muy impulsivo.

– No esperaba ese “cuando llegue el momento” de ti – dijo Vania – creí que estabas de parte de tu familia. Pensé que dirías algo así como “si no logran probar la inocencia de Adachi”.

– Lo que creo es que no vale la pena tener falsas esperanzas – contestó Mochiharu – hasta el momento la prueba del residuo de éter nunca ha sido refutada. Eso no va a cambiar con Adachi.

«Muchos de mi familia no lo ven así, ellos ven la ejecución como algo muy lejano, que nunca le podría pasar a alguien de la familia y son demasiado orgullosos como para contemplarlo como una posibilidad real.»

Eso le dio algo en qué pensar a Vania durante el resto del viaje.

Cuando el tren se detuvo en las afueras de Lugton, los esperaba un carruaje a la salida del tren.

– ¡En tan pocos días ya extrañaba tanto los golems! – dijo Vania mientras se subía al carruaje.

– ¿Qué no se supone que el tren en el fondo también es un golem? – Mochiharu subió al carruaje después.

– Sólo uno de los vagones – contestó Vania – y la compañía ferroviaria trata de ocultarlo.

El carruaje comenzó a moverse.

Mientras el carruaje rodeaba una colina, Vania ya anhelaba ver los edificios de Academia tras esa colina. Quería ver el auditorio de juntas, la biblioteca, los jardines e incluso las alas de investigación.

22
Satake

Satake vestía de cuero y llevaba puesto el paliacate que usaba cuando se disfrazaba de bandido. Esta vez no se había pintado una cicatriz, pero en lugar de ello llevaba puesta una barba falsa que improvisó utilizando cabello recién cortado y algo de pegamento.

Subía las escaleras de la posada El Viajero, aún escuchaba el ruido del comedor de la planta baja, pero aún así resaltaba el rechinido de la madera en cada peldaño que subía.

Cuando terminó de subir caminó hasta el fondo del corredor, afortunadamente la luz blanca de un cristal de iluminación en el techo, sobre las escaleras, le permitía ver con claridad todo el corredor.

Giró hacia la derecha y continuó caminando. Ahora el corredor no estaba tan bien iluminado, alcanzaba a llegar algo de luz del cristal de iluminación, y también la luz de la Luna que entraba por la ventana de algo servía, pero aún así tenía que forzar sus ojos para distinguir los números sobre las puertas.

Encontró por fin la puerta número 74. Golpeó dos veces. Escuchó tres golpes en respuesta. Luego golpeó cinco veces. La puerta se abrió, y dejó escapar el resplandor de otro cristal de iluminación en el interior.

Los ojos de Satake se acostumbraron a la luz, y entonces se dio cuenta que no era tan intensa como le pareció al principio. La figura de Khal nuevamente parecía imponente, no sólo por lo corpulento que era, sino porque nuevamente vestía una gabardina. No era la gabardina de cuero de la vez anterior, sino que esta vez era una gabardina negra más holgada.

Junto a Khal había otras cuatro personas, todas llevaban ropas oscuras muy holgadas, un par de ellos llevaban un sombrero puesto que cubría sus rostros, y dos más tenían un sombrero en la mano.

– ¿Satake? – Khal arqueó la ceja.

– En persona – Satake sonrió mientras daba un paso hacia adelante.

– ¡Alto! – Khal puso por enfrente la palma de su mano – Satake tiene una cicatriz.

Satake no lo pudo soportar más y se echó a reír.

– Ustedes sí que son unos novatos en esto de esconderse – Satake cubrió su estómago con su brazo izquierdo y empezó a señalar a los otros con su brazo derecho – ¿realmente creen que esa ropa oscura y olgada va a pasar desapercibida?, cualquiera que los vea sabrá que algo traman.

– Es para ocultar nuestra identidad… – dijo una voz tras de Khal.

– Si quieres ocultarte debes verte como las personas que hay a tu alrededor – respondió Satake – con esa clase de atuendo sólo lograrán llamar la atención.

– Pero, verían nuestros rostros…

– Siempre pueden hacer algo para que el rostro parezca diferente – Satake señaló su propio rostro – como dibujar una cicatriz, o improvisar una barba falsa, y por favor ¡peínense diferente!.

– Sí – suspiró Khal – definitivamente es Satake, déjenlo pasar.

Satake entró y cerró la puerta sin dejar de mirar al frente mientras escuchaba un grave rechinido.

La habitación no era muy grande, incluso la sintió muy pequeña para las seis personas que ya se encontraban adentro. La habitación contaba con una silla, y una mesa de madera que se encontraban al frente de la puerta y también contaba con una cama a la izquierda de la puerta. Las paredes estaban formadas a partir de tablas horizontales de madera que ya habían pasado sus mejores días.

– ¿Hoy no vino tu amiga?… ¿la pelirroja? – dijo Khal mientras se sentaba sobre una silla.

Un par de los otros sujetos se recargaron sobre la pared y otro se sentó en el borde de la cama. La cobertura del colchón ya tenía unos cuantos agujeros por donde estaba a punto de salirse el heno.

– No – Satake desvió la vista – ella siempre se muestra muy distante cuando los menciono a ustedes, creo que no le agradan.

– Qué pena que no le agraden tus amigotes – rió Khal.

Satake miró a su alrededor, la verdad es que ninguno de ellos le inspiraba confianza, ni siquiera un poco.

– No es por ofender – Satake se rascó la cabeza – pero aunque somos aliados, yo apenas te conozco y no tengo idea quiénes son los demás.

– ¡Oh!, perdona mis modales, a mi no me educó la alta burguesía – dijo Khal.

Satake estuvo a punto de decir “a mi tampoco”, pero Khal siguió hablando.

– Ella es Dagasi – señaló a una mujer de cabello ceniciento que estaba recargada en la pared derecha– ella siempre ha hecho un excelente trabajo traficando armas para Los Cuervos de la Flama.

Dagasi suspiró y miró hacia otro lado.

– … y es alguien de pocas palabras – dijo Khal.

Khal señaló a un hombre recargado en la pared posterior con los brazos cruzados, tenía complexión delgada, cabello muy oscuro y llevaba puestos unos anteojos.

– … él es Nilam.

– Yo formo parte de la red de comunicación entre Los Cuervos de la Flama y La Academia – Nilam ladeó la cabeza y sus lentes reflejaron la luz blanca del cristal de iluminación.

Satake sintió un escalofrío ¡los Cuervos de la Flama incluso tenían influencia de La Academia!.

– … él es Melur – Khal señaló a un hombre que seguía de pie y con el sombrero puesto.

– No es es necesario seguir escondiendo tu rostro – dijo Khal – ahora estamos en confianza.

– Sólo quiero evitarle el horror de ver el rostro de la muerte – dijo Melur manteniendo un tono calmado, grave y alargando las vocales.

– Haha, ¡tiene un gran sentido del humor! – dijo Khal – él es bueno inventando números intimidantes para cobrar las cuotas.

¿Otro actor? Quizá alguien con quien Satake ya había trabajado, sin embargo, el nombre Melur no le sonaba conocido.

– … y él es Siban – Khal señaló a un hombre delgado que estaba sentado sobre la cama con las piernas cruzadas – él es…

– ¡No es necesario que lo digas! – Siban se inclinó hacia adelante colocando sus manos sobre las rodillas – no quiero escucharte decir que sólo soy un ladrón de poca monta.

– ¡Siempre tan humilde! – exclamó Khal – Siban es bastante bueno coordinando atracos.

De pronto Satake se sintió algo sucio por estar tratando de manera amigable con esa clase de personas… tal vez Niku tenía razón. No. Necesitaban esa clase de aliados para detener a Los Cuervos de la Flama, no era suficiente un par de actores jugando a los detectives.

– A ver si entendí… – continuó Satake – ¿ustedes son todos los que dejaron a Los Cuervos de la Flama?.

– Aún seguimos dentro – Khal hizo una pausa – y no somos todos, por decirlo de una manera, nosotros somos los líderes de la nueva facción que estamos formando.

«Poco a poco estamos encontrando simpatizantes dentro de Los Cuervos de la Flama. Te garantizo que en menos de un mes iniciaremos la nueva facción con al menos 50 miembros.»

– ¿50? – Satake arqueó la ceja – ¿… no son muy pocos?, ¡los Cuervos de la Flama tienen miles!.

– La mayoría son ladrones sin honor – Khal cerró el puño y lo alzó – 50 miembros serán mas que suficientes para iniciar. En el momento de la revolución ¡el poder del pueblo estará con nosotros!.

Siban comenzó a alzar el puño imitando a Khal, pero al percatarse de que nadie más lo alzó se detuvo e intentó enmascarar su movimiento rascándose la nuca.

– Así que planean iniciar con pocos, pero planean encontrar al resto de la milicia entre la gente normal y no entre los criminales.

– Ese es el plan – dijo Khal.

– Suena un plan razonable – Satake se tocó el mentón – pero falta menos de un mes para la ejecución de Adachi ¡no es suficiente tiempo para derrotar a Los Cuervos de la Flama!.

– Por mí que se muera ese Adachi – Khal movió la palma de su mano hacia la derecha y miró a la izquierda.

– ¡Oh! – Khal miró a Satake – veo que no te hizo gracia. Pero nosotros queremos quitar a los nobles del poder, no salvarles la vida. Recuérdalo.

Hubo unos segundos de silencio, Satake mantuvo la mirada fija en Khal.

– Está bien – suspiró Khal – Nilam ¿puedes robar alguna prueba de que Adachi fue inculpado?.

– Podría exponernos y pone en peligro nuestra revolución – Nilam se ajustó los lentes.

– ¡No importa! – dijo Khal firmemente mientras daba un paso hacia Nilam – nos conviene tener a Satake de nuestro lado y Los Cuervos de la Flama de una u otra forma estarán en nuestra contra pronto.

– Está bien – Nilam desvió la mirada – pero luego no me culpes si nos descubren antes de lo esperado.

– Ahora, Satake – continuó Khal – ¿… por qué no nos cuentas de todo lo que te enteraste en Ritang?

Satake les contó su encuentro con Vania, la reunión que espió, los asesinos, su huida y que escoltaron a Vania y a Mochiharu a una posada diferente, pero prefirió no contarles lo de los túneles ni de la misteriosa anciana, ya que sentía que esos secretos pertenecían a Niku.

– ¿Ayudaste a detener un asesinato político para detener una guerra civil? – dijo Siban, aún con las manos sobre las rodillas – ¡me decepcionas!.

– Piénsalo con más cuidado – Nilam dio un paso al frente y se ajustó los anteojos – nuestra revolución no podría triunfar si Umock subiera al poder. Satake nos hizo un favor a todos al evitarlo.

– Umock… – Khal se tocó el mentón –, esa persona que escuchaste que parecía ser la líder de la Liga Reformadora, definitivamente no era Umock… pero ese lugar y fecha, y esos métodos ¡todo suena a Los Cuervos de la Flama!, es imposible que esa “Liga Reformadora” sea algo completamente distinto.

– Yo he escuchado a Umock mencionar a “la Liga” en un par de ocasiones – Dagasi al fin habló – ambas veces lo dijo entre líneas, así que no sé gran cosa, pero al menos sabemos qué…

– ¡Hay alguien espiándonos tras la puerta! – exclamó Nilam.

Khal y Dagasa se pusieron en guardia y Siban se preparó para incorporarse.

– ¡Satake! – se escuchó la voz de Futsume tras la puerta – ¡soy yo!.

– ¿La conoces? – Khal volvió a su postura normal y miró a Satake.

– ¡Sí! – exclamó Satake – ¡es Futsume!, ¡está viva!.

Satake miró la puerta y tiró del cerrojo. Escuchó el sonido de la madera deslizarse.

– ¡Espera!, ¡Satake! – escuchó la voz de Khal – ¡puede ser una trampa!.

La puerta se abrió de golpe, emujando a Satake un par de pasos hacia atrás. Tuvo que apoyarse en la pared para evitar tropezar. Miró al frente y vio entrar a Futsume.

Khal mantenía los puños a la altura del mentón y tenía las rodillas ligeramente flexionadas. Dagasa ya no estaba recargada sobre la pared, sino que estaba ligeramente encorvada, con la pierna derecha atrás y la mano derecha tocando su muslo derecho lateralmente.

– ¿Sí es quien dice ser? – Khal miró a Satake.

Satake se incorporó y corrió hacia donde estaba Futsume.

– ¡Ya les dije que sí es ella! – gritó Satake mientras se interponía en medio de todos.

Khal y Dagasa se relajaron. Khal volvió a sentarse y Dagasa volvió a recargarse sobre la pared.

Satake no sabía qué decirle a Futsume en un momento así. Cualquier cumplido o disculpa sonaría bastante incómoda.

– ¿Cómo me descubriste? – Futsume se inclinó hacia a la izquierda para mirar a Nilam, ya que Satake obstruía su vista.

– Vi tu sombra bajo la puerta, al principio no la vi porque esa parte del corredor estaba oscura, pero luego la luz de la Luna te reveló.

– Vaya – Futsume abrió los ojos – tienes buena vista.

– Satake – Nilam lo miró – deberías de tener más cuidado, esta vez te siguió Futsume, pero cualquier otro día te podría seguir algún enemigo.

– No seguí a Satake – dijo Futsume – vi a un tipo con ropa negra holgada y un gran sombrero y entonces lo seguí porque seguro tramaba algo.

Todos en el cuarto, excepto Satake y Futsume, bajaron la vista. Futsume continuó hablando.

– De hecho un par de Cuervos de la Flama intentaron espiar esta reunión – golpeó su mano izquierda con su puño derecho – ¡pero recibieron su merecido!.

– Allá en Ritang, ¿Qué pasó después de que escapé? – preguntó Satake – ¿cómo se salvaron?

Futsume les contó su pelea contra los asesinos y cómo los salvó Morokha.

– Es raro que te pregunte esto, pero… – dijo Satake dando un paso hacia atrás – ¿No me vas a recriminar por haber escapado?.

– Estaba planeando darte unos cuántos golpes – Futsume miró hacia arriba – pero cuando escuché tus lloriqueos cuando les contaste la historia, me conmoviste y decidí no hacerlo.

Satake se arrepintió por haberle preguntado eso.

– Mas importante que eso – interrumpió Khal – tengan cuidado con ese niño que Futsume dice que los salvó. Especial tú – miró a Futsume – , que convives mucho con Temur.

– Morokha no es un niño … – Futsume empezó a decir – , él en realidad es…

– Es un demonio – dijo Melur aún con su voz grave.

– ¿… y tu eres la parca? – rió Futsume – un montón de bandidos diciendo que me cuide de malas compañías ¡qué irónico!.

Siban se levantó y extendió los brazos.

– He escuchado a muchos Cuervos de la Flama hablar de él, ¡se trata de Hesperos en persona!, escapó de Gázdordon y llegó hasta Lugton para comerse las almas de los incautos, Umock lo domó y ahora lo utiliza para desaparecer a sus enemigos y castigar a sus secuaces si no son lo suficientemente leales.

– ¡No seas ridículo! – exclamó Nilam y luego miró a Futsume – por favor perdonalos, a Melur le gusta contar historias de terror y Siban es muy supersticioso.

– … ¿y qué hay de ti? , ¿Khal? – Satake arrugó la frente.

– Quizá también me excedí – se rascó la cabeza – es que sonó muy similar a esa leyenda urbana que tenemos Los Cuervos de la Flama, sólo tengan cuidado. Pero Futsume tiene razón, nosotros somos mala compañía, no deberíamos estar juzgando así.

23
Temur

El Sol ya se había puesto, pero aún no había oscurecido del todo. Temur subía por un empinado y estrecho callejón, mientras se recargaba sobre la pared de piedra. Cruzó a través de una nube de vapor y se encontró de nuevo en aquella pequeña plaza del barrio de los artesanos.

Miró una de las bancas que estaban alrededor de la plaza y al instante sintió los pies cansados. Ya habían quedado atrás los días en los que tenía que trabajar de pié la mayor parte del tiempo, pero parecía ser que su cuerpo aún esperaba que se tumbara sobre aquellas bancas cada que las veía.

«¿Por qué no?, después de todo es agradable estar aquí» se dijo a sí mismo. Se acercó a la banca y se dejó caer sobre ella. En el centro de la plaza había una jardinera con un árbol y unos cuantos niños se perseguían unos a otros, mientras que alrededor de la plaza mucha gente pasaba de largo a paso apresurado sin siquiera mirarla.

Miró a su izquierda, y nuevamente apreció cómo el taller de Morokha sobresalía de entre el resto de los edificios como si fuera un castillo.

– ¡Temur! – escuchó la voz de Futsume.

Intentó divisarla a lo lejos, toda esa gente tenía ropas demasiado bien cuidadas para ser Futsume. No logró divisarla. Entonces sintió una mano en su hombro. Se sobresaltó, se incorporó y miró hacia atrás. Futsume ahora se encontraba frente a él.

– No te asustes, tonto. Ya me habías escuchado.

– … yo… no me estaba asustando – contestó Temur.

– Tienes los puños cerrados – rió Futsume – no creas que no me dí cuenta.

Temur no se había dado cuenta de que cerró los puños por reflejo.

– Perdón – Temur se rascó la cabeza – desde aquel incidente estoy algo paranoico, y creí que tu voz llegaba de otro lado. No esperaba encontrarte detrás.

– ¡No vas a creer de lo que me enteré! – Futsume miró hacia arriba cerró los puños y los alzó.

– Presiento que sí te voy a creer – dijo Temur – pero esta vez me gustaría que no fuera algo relacionado con “ya sabes qué”.

– ¡Los Cuervos de la Flama se fragmentan! – Futsume se inclinó hacia adelante mientras sonreía, a Temur le pareció que le brillaron los ojos con entusiasmo.

¡Futsume no debía de hablar de eso en un lugar público!, claro, ella era lo suficientemente fuerte como para no tenerles miedo, pero él… de pronto Temur sintió angustia, tenía que decirle su reciente decisión, sin embargo no era algo que realmente le quisiera decir.

– ¿Qué te pasa? – Futsume arrugó la frente y su sonrisa se borró – pensaba que eso te iba a dar gusto, pero ahora pareces… triste.

Temur miraba hacia abajo, no tenía el valor de mirarla directamente en aquel momento.

– Futsume – suspiró Temur – ya no puedo seguir con esto.

– ¿Qué quieres decir? – Futsume sonaba triste… o enojada … o tal vez ambas.

– Cuando pelee contra aquel asesino – Temur se sentía impulsado a decir que no fue nada y dejar de hablar, pero continuó – me di cuenta que no estoy hecho para esto. No soy un héroe, tengo miedo de lo que me podría pasar y en una pelea a muerte tampoco fui capaz de asestar el golpe final.

– ¡No seas llorica y mírame! – le replicó Futsume.

– ¡No estoy llorando! – Temur alzó la mirada hacia Futsume.

– ¡Ja!, caíste en la trampa – Futsume rió – no me gusta que estés mirando al suelo mientras me hablas.

Futsume se estiró y tomó aire. Parecía que iba a decir algo, pero no decía nada. Temur empezó a prestar mas atención al ruido de la gente caminando de un lado hacia otro, y el de algunos engranes moviéndose a lo lejos.

– Tienes un pésimo sentido del humor – Futsume rompió el silencio – y también eres demasiado tonto para darte cuenta de todo lo que has logrado.

– ¿Lo que he logrado? – Temur no estaba seguro de qué decir.

– ¡Evitamos una guerra civil! ¿vas a decirme que no valió la pena?.

Temur aún no se sentía cómodo de mirar a Futsume al contarle todo eso, así que decidió mirar hacia su izquierda, hacia el taller de Morokha rodeado por el resto de los edificios de piedra con tubos de acero del barrio de los artesanos.

– Satake fue quien espió la reunión y quien avisó a Vania. Nosotros realmente no hicimos nada.

– … pero tú le indicaste a Satake quien era Norinaga… y además, fue en tu viaje en el tren en el cual pude enterarme que la reunión se iba a llevar a cabo.

– Vania ya se había enterado de la reunión por otro medio y además tu no necesitabas de mí para colarte en el tren.

– Hmm… me la pones difícil – Futsume se tocó el mentón y miró hacia arriba.

Ya casi había terminado de oscurecer, y la cantidad de gente pasando alrededor de la plaza había disminuido. Futsume caminó unos pocos pasos sin dejar de mirar hacia arriba, dio media vuelta y volvió sobre sus pasos. Se detuvo, sonrió, miró a Temur y dijo:

– ¿Recuerdas la vez que salvamos a Satake de ser golpeado hasta la muerte por los Cuervos de la Flama?.

– Querrás decir, la vez en la que salvaste a Satake – contestó Temur.

– ¿Pero qué clase de héroe sería yo sin mi fiel asistente? – rió Futsume.

– Yo no dí ni un sólo golpe en esa pelea.

– Ah, ¿no? – Futsume alzó la ceja – ¿cómo fue que pude luchar yo sola contra tantos?.

– Noqueaste a dos de ellos, y luego te empezaste a torturar a uno de los caídos y eso intimidó a los demás.

– ¿Torturar yo? – Futsume se señaló a sí misma – esa es una palabra muy fea… yo simplemente le dí unos cuantos golpes persuasivos… ¡Ah!, ¡ya recuerdo qué hiciste!, tú representante el papel del alguacil bueno y yo el del alguacil malo, ¡el interrogatorio fue un éxito gracias a ti!.

– No me siento orgulloso de haber participado en esa clase de interrogatorio – suspiró Temur.

– ¿… y qué hay de la vez en que noqueaste aquel asesino en Ritang?.

– Tengo que admitir que aquello sí fue útil – dijo Temur.

Futsume sonrió y le tendió la mano y le dijo:

– ¿Entonces admites que ha valido la pena?.

Temur no aceptó la mano y sin dejar de mirar a otro lado contestó:

– Aunque los libró de una dificultad, tu lo estabas llevando muy bien, seguramente podrías haber salido de ese apuro sin mi.

– ¡Cómo eres necio! – contestó Futsume, sonaba triste – yo no habría hecho nada de eso si no hubiera sido por ti, tu fuiste quien me dijo que los Cuervos de la Flama tramaban algo, tú fuiste quien descubrió qué le hacían a los secuestrados… y tu eres también la persona a la que más confianza le tengo.

– Yo sólo te dí la idea de empezar – Temur al fin se atrevió a mirar a Futsume, sus ojos temblaban – tu fuiste quien tomó la decisión. Confía en Satake, él es alguien mucho más capaz que yo.

Al día siguiente Temur se encontraba en un laboratorio del taller frente a una mesa con muchos papeles esparcidos sobre ella. No había nadie más en el resto de las mesas, pero podía escuchar el sonido de los martillos y los engranes de la sala de ensamblaje que se encontraba en la planta baja.

Llevaba ya un par de horas tratando de entender los apuntes de Morokha con respecto al funcionamiento de los cristales remotos. La primera vez que Morokha explicó cómo funcionaban, todo parecía tan sencillo, pero ahora que planeaban usar cientos de ellos en un mismo espacio, la cantidad de detalles que había que tomar en cuenta era abrumadora.

No había entendido completamente la última página que leyó. Volvió a empezar a leerla, pero mas despacio y prestando más atención a los detalles.

“Temur… ¿Estas bien?” Temur se sobresaltó al escuchar inesperadamente la voz de Morokha.

Alzó la mirada y ahí estaba, sentado en el lado opuesto de la mesa, recargando los brazos en la mesa, misma que le llegaba a la altura de los hombros.

– Si… no te vi entrar.

– Estas concentrado y eso es bueno – sonrió Morokha – pero al mismo tiempo te veo decaído. ¿Pasó algo malo?.

No le había contado a Morokha acerca su investigación de Los Cuervos de la Flama. Tras el incidente en Ritang esperaba que le preguntara, pero nunca lo hizo.

– No sé por donde empezar – supiró Temur.

– Tómate tu tiempo – dijo Morokha – no te quiero presionar.

Temur recordó todos los incidentes y los empezó a organizar: cuando Vania y Jenab contaron sus sospechas, la vez que salvaron a Satake e interrogaron a aquel bandido, el cristal que le robaron y el uso que le descubrieron, el incidente en el tren y el incidente en la fiesta.

– ¿Recuerdas cuando vinieron Vania y Jenab a platicar sobre sus sospechas?.

– Sí – dijo Morokha – lamento si eso te preocupó o…

– Le conté eso a Futsume – dijo Temur.

– ¿Futsume? – Morokha movió sus ojos hacia arriba – el nombre me suena … ¿es tu amiga que peleó junto a ti contra esos asesinos?.

– Ella misma – Temur continuó – no quería meterme en líos, pero ella sabía unas cuantas cosas de los Cuervos de la Flama y le pregunté si se había enterado de algo.

– ¿Y qué sucedió después?, ¿ella sabía algo?.

Temur tomó aire y se recargó sobre la mesa.

– No sabía nada de eso, pero insistió en investigar, y antes de que pudiera darme cuenta ya estábamos involucrados en algo más grande. No fue hasta Ritang que por primera vez sentí que mi vida corría peligro. Entonces decidí detenerme y replantearme las cosas.

– ¿… y a qué conclusión llegaste? – hasta el momento el tono de Morokha sólo había denotado curiosidad, Temur creía que lo iba a reprender cuando se enterara.

– … a que no estoy hecho para esto. No soy un héroe, simplemente soy un chico que se asusta fácilmente. Ayer se lo conté a Futsume y… no le gustó.

Morokha se inclinó y rió. Temur no esperaba eso.

– ¡Ay Temur!… entender tu papel en el mundo no es algo sencillo, y me da gusto que te hayas dado cuenta que tu papel no es investigar conspiraciones. Pero hay algo que aún te hace falta entender.

– ¿De qué se trata?.

– Que sí puedes ser un héroe – Morokha le mostró el puño y luego movió el dedo índice señalando cada uno de los lugares del laboratorio – ¿que no ves todo esto?, nosotros estamos cambiando el mundo, por por otros medios. Date cuenta de lo importante que es nuestro trabajo aquí y no menosprecies tu papel en ello.

Temur animó al escuchar todo eso. Minutos antes se había sentido como un cobarde inútil, pero las palabras de Morokha nunca fallaban en animarlo, en gran parte por la admiración que le tenía. Casi había olvidado que estaba viviendo su sueño.

– Gracias, Morokha – Temur lo miró – no sé como me olvidé algo tan importante… pero aún así, me siento mal por lo que pasó con Futsume.

– Dale tiempo, ella lo entenderá – dijo Morokha – tomaste una decisión muy racional, y una vez que se asienten las emociones, ella se dará cuenta de que hiciste lo correcto.

– Espero que tengas razón… – suspiró Temur, luego notó algo raro en toda esa conversación – me extraña que no me hayas preguntado más detalles sobre todo lo que me enteré.

– Escucha Temur – suspiró Morokha – yo he tenido que tratar con políticos y gente poderosa y estoy metido más de lo que me gustaría en ese asunto. Creeme que puedo deducir qué pasó en Ritang al final de aquella fiesta, no necesito que me digas más.

Temur sintió algo de curiosidad sobre exactamente qué era lo que Morokha sabía. Decidió no preguntar. Había renunciado a seguir investigando el misterio, así que no necesitaba saber más.

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