El siniestro | Forum

Todo empezó en una clase normal de una escuela normal, tres chicos habían conseguido un libro misterioso, al leerlo se dieron cuenta que había algo en él, algo malévolo.

Era un día lluvioso, con el cielo dando una luz de comienzo de día, aun siendo tarde; todo estaba tranquilo en el salón 318, el maestro había dejado una actividad, todos estaba concentrados haciéndola hasta que uno de los chicos comenzó a convulsionarse violentamente, su amigo (uno de los involucrados con el libro) se levantó e intentó ayudarlo pero una fuerza invisible lo aventó de espaldas contra el pizarrón dejándolo inconsciente, el tercero también quiso ayudar pero no podía pararse debido a lo pesadas que sentía las piernas, resignado, se sentó para ver a su amigo retorcerse, de repente, sintió un gran zumbido en la cabeza que parecía provenir de algún lado, se puso las manos en las sienes empezó a buscar por todos lados, al parecer, él era el único que lo sentía, vio su mochila supo que era el libro lo que le provocaba el dolor lo agarró, desesperado, arranco una hoja que se deshizo en su mano dejó de sentir el peso en las piernas así que hecho a correr, quería deshacerse del libro, bajo las escaleras dirigiéndose al laboratorio. Al entrar observo que no había nadie, sin entretenerse ni un segundo más dejo el libro en una mesa y empezó a buscar un mechero, de los grandes de los chicos o importaba, al encontrarlos puso uno en la mesa donde estaba el libro por suerte ahí también estaban las mangueras para conectarlo a la salida del gas, al prepararlo todo recordó que para encenderlo necesitaba cerillos, empezó a buscarlos desesperadamente aventando las cosas violentamente por todo el laboratorio cuando los encontró la maestra encargada de cuidar el laboratorio entro y enojada dijo:

-¿qué esta pasando?, ¿por qué estas rompiendo todo?-

El chico estaba tan concentrado en lo que hacía que no la escucho, abrió la llave del gas e intento prender el mechero pero no funcionaba

-¡¿POR QUÉ NO PRENDE?!-  grito violentamente hacia la maestra

Volvió a gritar lo mismo esta vez golpeando con su puño la mesa, la maestra asustada le señalo la llave principal del gas, si esa no se abre las demás no sirven, el muchacho corrió a abrirla pisando los pedazos de los materiales que rompió al tirarlos, ya abierta el mechero prendió sin problemas, agarro el libro y lo puso al fuego directamente aún sintiendo como el calor le envolvía la mano lastimándolo, hasta que el libro se consumió por completo dejando solamente cenizas.

Al día siguiente salió en el periódico que un chico se suicido tirándose del techo de su casa, otro quedo en estado vegetal después de recibir un fuerte golpe en la cabeza, que provoco que su cerebro no recibiera suficiente oxígeno por mucho tiempo, un tercer muchacho se quedó bajo observación en el hospital.

Desde ese día muchos veían y sentían cosas raras en al escuela: escalofríos, depresiones de ánimo, los vigilantes que se quedaban durante la noche habían observado una sombra de la estatura de un niño acercándose a ellos, sin cara y con cuerpo robusto, cuando pasaba por debajo de una luz desaparecía mientras lanzaba una risa grave que se escuchaba por todo el complejo.

Todo se calmo cuando el chico que había sido hospitalizado fue encontrado muerto sentado en un rincón del baño; en la pared estaba escrito con sangre:

“Ellos jugaron

 pero no lo soportaron

 por ahora me calmare

 pero nunca me iré”

-El siniestro-