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Un beso poderoso revivió los ánimos de aquel joven que prácticamente ya estaba muerto, difícil decisión ya que Eva debía morir para que el, pueda vivir…Para los amantes, un beso es dar la vida, y negarlo es quitarla o por lo menos era lo que los antiguos creyentes decían acerca del amor.

Al sintió como su corazón latía con gran fuerza, su alma y  de Eva se fusionaban en un acto que jamás se volvería a repetir, Al no sospechaba que tal acto condenaría a su amor.

Es ahí donde despierta, sudando y confundido, el sueño fue tan real que realmente su vida por un instante es escapaba de su cuerpo, pero algo más terrible que su posible muerte paso como un rayo por su mente. Al darse cuenta el joven Al, toma aquel collar que ya estaba roto sin duda una señal de la catástrofe que se avecinaba.

Al corrió como nunca en su vida, aunque en su cuerpo aun fluía por sus venas aquel veneno  mortal de “Mamba negra”, no dejo jamás su tarea, para él, llevarle la cura a Eva era lo único, no le importaba el viaje, ni la fama ni siquiera la posibilidad de encontrar su verdadero origen, solo Eva…

Cuando casi vislumbraba aquella luz verde que señalaba el camino a casa, recordó casi como acto divino aquellas palabras de la Eva de sus sueños… “Donde una despedida quema tu corazón ten en cuenta mi querido Al, que como fénix tienes resurgir con la esperanza de un reencuentro en aquella eternidad de los recuerdo de Dios. Sabes que te ame… y sabrás que lo seguiré haciendo desde lejos… gracias por tratar de salvarme, pero como siempre yo termine salvándote a ti, te estaré esperando al final de tu vida, solo vive feliz.”

Al siguió avanzando hasta que la verdad de Eva lo hiso caer, al ver a la hermosa mujer yacida en una cama junto a su querido tío y su hermano, fría, pálida y sin expresión alguna, su cabello castaño claro ondulado quedo sin más brillo, su rostro de tez blanca y sus facciones eran ya de mármol, ojos cerrados, labios secos, su vida ya hace un par de horas se había extinguido de este plano.

Al se acerco con ojos lloros y la cura en la mano, se arrodillo, su garganta estaba seca, sus ojos  retenían las lagrimas pero su expresión lo decía todo, ese día no solo murió Eva sino a la vez un parte de Al,  despues de  tocar su rostro y culparse rememoro aquellas palabras de sus sueño.

Se levanto toco el rostro de la difunta con la ternura que lo hacía cuando estaba viva y se marcho, poco después regreso con margaritas las flores favoritas de Eva, las coloco en su regazo junto con la medicina y se despido con un tibio beso en la frente y se marcho.

Al no volvió a mirar a tras, siguió su travesía para averiguar el destino que el Clan de los Mano de plomo le había impuesto, con la promesa de que algún día volvería a ver a aquella niña que tanto quería y aquella mujer que amo y jamás dejo de ser una niña.

El siguiente destino, es volver a la ciudad de las torres curvas así es como Eva lo hubiera querido…
con paso firme Al avanza hacia el sol naciente donde su sombra se pierde y se funde con la estrella.