Muy original el título, ¿no? Al parecer el proyecto al inicio implicaba llamar a la novela «Joker: The Dark Knight» (la misma estrategia que Azzarello y Bermejo habían utilizado con anterioridad para «Lex Luthor: Man of Steel») pero todos temieron que se estableciera una relación involuntaria entre la próxima a estrenarse película de Batman que tenía (parcialmente) el mismo título y cuyo protagonista indiscutible era el Joker.

joker2Lo de la sonrisa seguro nadie lo notaría.

Como suele suceder con Batman mucho más que con otras super figuras de su universo (u otros), la historia no es precisamente una trama de superhéroes sino un descenso abismal en la locura, como siempre maravillosamente encarnada por este gran antagonista. Desde los inicios, aunque intuimos la sombra que se cierne sobre los sucesos, no nos encontramos con un simple versus, una lucha destinada a justificar los hechos. Aquí nos cerramos al espacio cotidiano de la locura que el Joker convierte en su reino cada que sale de Arkham Asylum.

joker3La historia abre con la poderosa premisa de que el Joker sale de Arkham por su propio pie, porque algún terapeuta al parecer ha decidido declararlo mentalmente capacitado para ello. Y bueno, enfatizado por los perturbadores trazos de Lee Bermejo, sólo hace falta verlo para saber que la posibilidad de que esté cuerdo es todavía más inquietante que saberlo totalmente desquiciado. «I’m not crazy, I’m just mad», será alguna de sus enigmáticas declaraciones a Jonny Frost, un mafioso de poca monta lo suficientemente desesperado por ser alguien en la vida como para jugársela junto al Joker, y que será también el narrador desde cuya perspectiva nos adentramos en este mundo.

El Joker ha salido y quiere de vuelta lo que es suyo. Lo que en un principio parece ser algo así como el pedazo del pastel que son los bajos mundos de Gotham, y que lo llevan a encontrarse con toda clase de criminales, desde los pequeños peces hasta los sospechosos usuales. Por el cómic desfilan rostros conocidos como el Pingüino, Croc, Dos Caras, Acertijo. Pero no se necesita asomarse demasiado tiempo en ese abismo para comprender, como Jonny Frost comprenderá quizás demasiado tarde, que lo que el Joker quiere de vuelta es el caos. Su caos.

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Todo sucede a un ritmo vertiginoso a lo largo de apenas 120 páginas, como suponemos debe suceder todo en la vida del Joker porque tampoco es que suela tener demasiado tiempo para acomodarse a sus anchas antes de regresar a su morada usual. Más que una historia de superhéroes «Joker» parece configurarse como una breve novela negra cuya fuerza recae principalmente en exagerar las posibilidades del realismo dentro de un mundo desquiciado. Una eterna sonrisa que es en realidad una cara mutilada, un ‘cuerpo de reptil’ que es una suerte de masa muscular tatuada. Harley Quinn una bailarina exótica, Dos Caras con un rostro más cercano a alguien víctima de quemaduras graves que la caricaturizada cara morada. Cada personaje, por breve que sea su aparición, parece sostenerse en un ‘¿qué tal si…?’. ¿Qué tal si una mente criminal desequilibrada decidiera dejar acertijos? ¿Qué tal si un importante hombre de negocios ilegales tuviera la complexión de un pingüino? Los personajes resultan estremecedores en su posible realismo porque consiguen acentuar precisamente el acercamiento a un mundo donde el Joker no sería un ‘supervillano’ sino un criminal totalmente desequilibrado pero posible.

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Este retrato profundo del caos, generalmente bastante abreviado en cualquier otra aparición del Joker vs Batman, conlleva algunos problemas inherentes que no demeritan el retrato en sí pero rompen un poco con la pretensión de ‘realismo’ que se busca en algunos momentos, llevándonos a caer en el pensamiento de que finalmente es un cómic y cada cómic requiere su propia lógica. Una lógica que, en este caso, hace imposible que el Joker cuente su propia historia y por lo cual se requiere meter a un tercero en la trama, Jonny Frost. Un personaje que no es que sea particularmente malo, incluso da pie a un par de excelentes escenas, pero que no es lo suficientemente fuerte como para formar parte del particular equilibrio de la trama ni tampoco opta por desaparecer en pos de su condición de mero observador. En algunos momentos parece que no termina de definirse si es realmente un protagonista o si tan sólo está destinado a tratar de poner voz (y orden) a los caóticos pensamientos del Joker.

joker6Pero sobre todo la lógica de este cómic requiere que para poder sumergirnos tan profundamente en el Joker, como personaje, como psique y como criminal, es necesario dejar un poco de lado a Batman. Y es imposible dejar de lado a Batman. El propio Joker lo sabe cuando habla de Él y todos sabemos quién es Él. Pero este Batman-sombra está destinado a equilibrar en un solo y contundente punto, justificando esa eterna lucha y regresando a esa eterna reflexión de qué tanto se necesitan mutuamente (o qué tanto los necesita Gotham a los dos). Y para eso es necesario dejar que pase primero un prolongado baño de sangre que si bien oscurece todavía más el asunto de ‘novela negra’ (y nos recuerda que, contrario a lo que esas cintas de superhéroes B15 nos quieren hacer creer, los villanos arrastran consigo muchas víctimas), en muchos momentos hace necesario que nos preguntemos (nosotros y, me imagino, muchos familiares de las víctimas, aunque esas partes no aparezcan en el cómic): ¿Dónde estaba Batman?

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Y es que «Joker» no está para responder esas preguntas, precisamente por ser un retrato caótico de una personalidad caótica, que es donde reside su encanto y su fuerza. Pero que hace un poco exagerado afirmar, como han hecho otros, que es equiparable a una pieza del calibre de «The killing joke».

joker8La historia está enmarcada por ese magnífico arte de portada que les dejo aquí enorme por si les quedaba algún recelo para adentrarse en esta excelente novela gráfica. Y respecto a las posibles similitudes con la encarnación de Heath Ledger del mismo personaje (que van de la característica cicatriz facial hasta un poco del tono en ambas producciones), se dice mayormente que son cuestión del azar y que se trabajaron por separado sin que ningún equipo tuviera consciencia del otro (tanto el cómic como la película se estrenaron en el 2008). Sin embargo también se dice que años antes Lee Bermejo había publicado en alguna página web su particular versión del personaje y que ya luego no sabemos. Chismes del mundo del cómic.

Y ya saben: Brian Azzarello, en México, en marzo.

joker9¿Suficientes sonrisas en esta entrada?