El domingo pasado me di una vuelta por el Teatro Metropolitano con mis cuates para escuchar el concierto de Videogames Live y quiero compartirles mi experiencia.

Varios de nosotros en la comunidad del gordeo somos fans acérrimos de la música de los videojuegos, por lo que un concierto dedicado a la música de los videojuegos es un evento bastante jugoso para nosotros y yo, en lo personal, siempre he querido asistir a un espectáculo del estilo. Así que, cuando supimos del concierto, sabíamos que había que comprar los boletos… Lástima que Eze y Adrián no pudieron asistir, debido a que tenían que trabajar en algunos otros asuntos; pero fue buena oportunidad para que jugaran el Beta de Gears of War 3 con la banda.

En fin, volviendo al tema: nos sentamos casi hasta arriba (la patria anda pobre como para costearse un asiento más adelante) y esperamos a que la función comenzara. Luego de un video con una de las tantas canciones del genio Brentalfloss (Super Mario World, en este caso), pasaron un pequeño video en el que iban mostrando unos cuantos de los juegos más viejos que existen, empezando por Pong y es aquí cuando la orquesta comenzó a tocar, primero simulando los efectos de sonido y luego interpretando rolas como la de Donkey Kong, Frogger, Punch-Out!! y el legendario tema de Ghosts n’ Goblins.

Una vez que terminaron de tocar, el anfitrión del evento, Tommy Tallarico (el compositor de la música de Earthworm Jim y Prince of Persia, entre muchos otros), nos dio la bienvenida. Nos comentó que, al pedir recomendaciones para ver qué tocarían, le habían llovido peticiones de música de juegos viejos…

Hasta este entonces me había mantenido bastante sereno con el fanboy histérico dentro de mí bastante contenido. Y entonces, el señor Tallarico dijo: “Así pues, aquí tienen la música de Megaman.”

Creo que más o menos me puse así.

¡A huevo que sí! Y no sólo fue música de Megaman, sino que fueron las rolas que, siento yo, son las más representativas del Blue Bomber, o sea, las intros de Megaman II y Megaman III y la famosísima tonada de Dr. Wily Stage A. Ya las cosas iban por buen camino y debo decir que fue una muy buena sorpresa.

Siguieron con un medleyde Metal Gear Solid muy bien interpretado. Luego, pasaron a 2 personas del público al frente y los pusieron a jugar Frogger mientras la orquesta iba improvisando dependiendo de lo que ocurría. Fue algo bastante coqueto. Después, tocaron el tema principal de Samus de la saga de Metroid; bastante bien, como todo.

Entonces nos presentaron a un chavo que al parecer se había hecho famoso en YouTube por subir un video de sí mismo tocando el tema de Mario en piano con los ojos vendados. El cuate se aventó – impecablemente – un medley bastante largo de varios temas de la saga de Final Fantasy. En verdad me quito el sombrero ante ese sujeto.

Y justo después, nos dieron otra muy agradable sorpresa. La pantalla mostró un águila y algunos de mis amigos y yo dijimos: “Esa águila la he visto antes… ¿dónde? ¿Dón—? ¡¡SHADOW OF THE COLOSSUS!!” Y luego de la tranquila introducción, la orquesta estalló en la interpretación de The Opened Way – mi rola favorita (y de varios) de ese juegazo.

Esto, damas y caballeros, es ARTE.

Y finalmente, para rematar con la primera parte del concierto, tocaron el inmortal tema principal de Zelda, que nunca me canso de escuchar. Fue un cierre perfecto para la primera mitad.

Después del intermedio, durante el cual pasaron un video de una colección inmensa de juegos viejos – y con el cual mis amigos y yo nos dimos cuenta de lo chochos que estamos, puesto que los reconocimos casi todos – la orquesta regresó con otra presentación obligatoria: la música de Warcraft. Así es: esta segunda mitad fue cuando se presentó la música mamona, con todo y coro (ojo: mamona no quiere decir que fuera para nada mala). Y aprovechando que era la hora de Blizzard, luego de echarse las rolas de Warcraft, se aventaron el tema principal del Starcraft II. De nuevo, súper bien interpretadas – aunque en lo personal, hubiera preferido una de las melodías del Starcraft original, que eran más estúpidas y menos mamonas… Pero no me quejo para nada de la música. Está buena.

A continuación, Tommy Tallarico hizo la siguiente pregunta: “¿Cuántos aquí son fans de Disney?” Si acaso, una cuarta parte del público alzó la mano. “¿Cuántos aquí son fans de los juegos de SquareEnix?”, cuestionó. Yo me cubrí el rostro con un poco de vergüenza, debo admitir, al descubrir que las fans femeninas y yo éramos las más emocionadas cuando nos dimos cuenta de a dónde iba con esas preguntas… Bueno, pues, ¿y qué? Tocaron Kingdom Hearts y estuvo poca madre; y en vez de gameplay o escenas del juego, hicieron un montaje de fragmentos de las películas de Disney y les quedó bastante bien sincronizado con la música.

Entonces, llegó el momento que todos sabíamos iba a llegar: Mario. Luego de que la orquesta interpretara un pequeño medley de los temas más icónicos del fontanero, el pianista regresó y repitió la proeza que realizó en su video de YouTube, es decir, tocar el tema principal con los ojos vendados; y si alguien no quedó satisfecho, el chavo procedió a tocar otro medley bastante largo con varios de los temas de Mario, desde su primera aparición en el NES hasta Super Mario World.

Después de la grandeza que es Mario, nos cayeron dos sorpresotas: en primer lugar, el señor Tallarico comentó que esta sería la primera vez que, por demanda popular, interpretarían la música de Chrono Trigger en concierto. Así pues, inmediatamente comenzaron a tocar el tema principal de dicho juego, seguido por el de Chrono Cross. Debo confesar que yo nunca jugué esos juegos – soy un hereje y traidor al credo de los RPGs, lo sé – pero ya conocía la música y escucharla en vivo fue bastante abrumador: en verdad son melodías bellísimas. Fue algo que agradó sobre todo a nuestro buen amigo Roberto, quién justo durante el intermedio me había comentado que, a pesar de que estaba disfrutando mucho el concierto, dudaba que tocaran la música de estos juegos. Y entonces, como diría Adrián, KAPOW! Quedó muy contento.

Y luego la sorpresa fue más que nada para mí: ¡¡STREET FIGHTER II!! Con un enfoque de música de rock, la orquesta se aventó el tema de Guile, seguido por una versión más tranquila del de Ryu y finalizó con el de Ken. Fue algo que no me esperaba ni remotamente y me dio mucho gusto, sobretodo porque, salvo por el tema de Chun-Li, siento que seleccionaron las melodías más representativas del juego… Ya ven que el tema de Guile va con todo.

Ryu, Ken y Guile. Y a la chingada con los otros putos.

Lamentablemente, todo lo bueno tiene que llegar a su fin. La orquesta tocó una última melodía: el tema principal de Halo 3… Quizá muchos fans de Halo están esperando que empiece a mentar madres por haber sido esta la última interpretación de la orquesta, pero no: honestamente, el tema en sí me parece muy bueno y creo que fue una buena forma de cerrar el concierto. El único problema que tengo es que, me parece a mí, es demasiada mamonería para un FPS… Pero sacándola de contexto, la música es grande.

Uno esperaría, como se acostumbra en los conciertos, que la orquesta repitiera alguna melodía. Sin embargo, pese al estruendo que ocasionamos y los gritos interminables de: “¡Otra! ¡Otra!”, los músicos permanecían en silencio. Y cuando se apagaron las luces y la pantalla del escenario mostró el temible color azul, sabíamos que algo iba rematadamente mal. Tommy Tallarico finalmente aceptó lo inevitable y anunció, a todo pulmón: “El sistema fallo. Lo sentimos, pero ya se acabó el espectáculo.”

Y bueno… ¿Qué se imaginan pasó?

¡HIJO DE PUTA! QUIERO MÁ— órale…

Ese señor sí que tiene una bocaza.

Obviamente los abucheos no se hicieron esperar y el público comenzó a salirse, decepcionado y mentando madres, agraciando a la orquesta con unos pocos aplausos que se perdieron entre las protestas.

De una vez les pido perdón, pero tengo que entrar en mi modo de reproche.

Banda, como suelen decir nuestros vecinos del norte, shit happens. Este fue un incidente que se les salió de las manos y que no podían resolverlo de forma lo suficientemente rápida como para continuar. No nos perdimos de nada: el concierto ya había terminado. El señor Tallarico y el director de la orquesta ya se estaban despidiendo antes de la falla crítica. Que nos hayamos quedado sin nuestra rola (o rolas) extras da coraje, pero no es para que lo desquitemos con la orquesta que tocó soberbiamente y que merecen un gran reconocimiento, en vez de los abucheos con los cuales los despedimos. Si nos hubieran corrido a la mitad, ahí sí hay razón para encabronarse; mas no fue lo ocurrido y hay que saber apreciar el esfuerzo de los músicos.

En fin; fuera de este pequeño desperfecto, el concierto estuvo increíble. Quienes no hayan podido ir, pues no se descorazonen, porque seguramente ya habrá otras oportunidades. Y si tú fuiste de los que asistieron y se llevaron las manos a la boca cada vez que la orquesta interpretaba una de las rolas que te llegaban al alma y te tuviste que aguantar las lágrimas para no quedar como un pendejo enfrente de tus cuates… A huevo. Qué bien que pudimos disfrutar de este gran espectáculo.