Estoy seguro que no fui el único que quedó completamente sorprendido al saber que Microsoft se había echado para atrás con sus políticas del DRM. Si bien esto era algo que muchos especulábamos (y esperábamos) que pasaría, no creímos que el cambio se diera tan pronto. Y en verdad es curioso que diga “tan pronto” cuando, en cierta forma, ya es tarde.

Consideremos el asunto desde el anuncio de la consola. Nos presentaron al Xbox One de una forma bastante… particular. He aquí un aparato que se usa para jugar videojuegos en cuya develación al mundo apenas y se habló de ellos. Obviamente, muchas personas no vieron esto con buenos ojos (incluyéndome entre ellos). A esto súmenle una introducción extremadamente torpe e inconsistente de las restricciones que regirían la consola y tienen como resultado quizá una de las peores presentaciones que ha habido de un producto de esta índole.

Uno pensaría que pusieron especial cuidado en incluir todas las cosas más detestadas por la comunidad de video jugadores mundial en su aparato. Cosa curiosa, porque la meta de Microsoft debe ser la de convencer a la gente que su producto es superior y dar la impresión de que se preocupan por los intereses del consumidor.

Esto nos lleva al asunto de las relaciones públicas. Ante el revuelo, la cólera y hasta ante las genuinas y pacíficas dudas que se suscitaron en los Inter webs, la compañía pareció seguir meticulosamente todos los pasos necesarios para ser todavía más odiados. Declaraciones desinformadas e inconsistentes, una actitud de flagrante retirada ante las interrogantes que a veces hasta caía en la agresión… Es casi como si hubieran seguido un manual.

Ed_Ya_la_cagamos

…Hmm. Así que sí existe. La diferencia es que Microsoft aún no era mandatario electo.

Microsoft se hizo tan mala fama que Sony no tuvo más que acertar el golpe de gracia durante el E3 con sus mofas que, reitero, le hicieron ganarse a la gente y salir como triunfador e incluso me atrevo a decir, héroe del evento, con todo y la muy superior presentación de los juegos del Xbox One (una presentación que, por cierto, debía quedar súper piolas, porque, de lo contrario, la cosa se hubiera puesto mucho peor para la gente de Microsoft).

La gente tiene el poder de moldear el mercado, especialmente cuando manifiesta sus preferencias con morlacos. Sony debió haber iniciado esta carrera de preventas con un golpe contundente, pues de lo contrario, yo dudo que Microsoft hubiera recurrido a esta medida extrema.

Es claro que este cambio de enfoque recuperará a varios de los seguidores que perdió durante el experimento. Sin embargo, repito, yo opino que esta atención al público se dio tarde. ¿Por qué?

Pues las razones realmente ya las di.

La actitud de Microsoft para con la gente que demandaba respuestas ya dejó una imagen muy manchada de sí mismos. Las caras públicas de la compañía ya han sido desdeñosas y distantes. Eso deja una impresión muy negativa que no se borra fácilmente. Tan difícil es obviarla que durante el E3 mucha gente se concentró en lo negativo del sistema que en sus bondades.

Esto es algo que ya hemos comentado varias veces y muchos de ustedes, me parece, están de acuerdo: el E3 es el lugar donde sacas tus mejores armas; donde debes tirar la casa por la ventana. Y si bien, en cuanto a videojuegos para su sistema, Microsoft no escatimó en gastos, debió ver también por su imagen, la cual urgentemente necesitaba ser restaurada en el acto.

Esto se traduce a un serio problema que enfrentan ahora: a pesar de que sí existen varias personas que están más que dispuestas a perdonar todo el desastre que han representado las últimas semanas para el sistema, hay muchas otras más que no piensan olvidarlo y ambos grupos tienen razón. Después de todo, una vez que pierdes la confianza de alguien, es sumamente difícil recuperarla, pero desechar las políticas tan restrictivas que presentaban era lo mejor que podían hacer. Hay gente que podrá ver esto como un acto de cobardía e inconsistencia; no obstante, la meta de Microsoft es, repitiéndolo por enésima vez, ganar dinero, y tomar la medida que tomaron no puede empeorarles la situación, sino lo contrario, fue una decisión correcta, más que nada porque no había (o al menos eso pienso yo) otra decisión correcta.

En todo caso, el instante ideal para tirar el DRM a la basura quedó atrás. No tuvieron mejor oportunidad para “redimirse” que durante el E3. Si lo hubiesen hecho durante esta convención magna, el daño que sufrieron hubiera sido menor – porque, definitivamente, en el momento que anunciaron todas estas características restrictivas, solitos se dispararon en el pie, haciéndose una herida que no va a sanar completamente en un muy buen rato, por lo menos no en etapas tempranas de este inicio de generación.

En esta nueva carrera de consolas, Sony ha comenzado con una ventaja, dando la imagen de ser “la compañía buena”, mientras que Microsoft deberá trabajar muy duro para convencernos de que no son “los villanos”. Por mi parte, francamente, espero que hayan aprendido de estos errores y logren ponerse de pie para ofrecer mucho más del contenido tan poca madre que ya nos han presentado. Así, la competencia se pondrá realmente dura y ambas compañías tendrán que trabajar mucho para ganar nuestra atención, cosa que, como siempre decimos, sólo nos beneficiará a nosotros.

No queda más que desear que Microsoft tenga suerte y mejore sus relaciones con su público y sus fans, puesto que, como se han comportado hasta ahora, ésta es la imagen que en lo personal tengo de ellos:

Don_Matrick