Mucho hablar de superhéroes pero ¿qué pasa con los anti-héroes? Esos personajes que se mueven peligrosamente en los límites de la moral y la ética en un mundo donde los superpoderes han inclinado ya la balanza en favor de algunos. Y si ya antes hemos hablado algo sobre Gotham, un particular y oscuro universo donde no se necesitan precisamente superpoderes para poner el mundo de cabeza, no podía ser en ningún otro lugar del mundo DC donde apareciera Hitman.

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Cosas de todos los días en Ciudad Gótica.

Tommy Monaghan aparece por primera vez en la revista «The Demon», dedicada a otro posible anti-héroe, Etrigan. El cual, quizás sabrán, es un demonio de los mismísimos infiernos, con una fantástica tendencia a hablar en verso, y que suele aparecerse de vez en cuando por Gotham. Monaghan es por entonces un sicario irlandés que trabaja de manera independiente, con tan buena suerte que está por asesinar a un hombre que en dos segundos se vuelve presa del robusto demonio que vemos en la imagen superior. Producto de ese desafortunado encuentro Monaghan queda al borde de la muerte pero sobrevive quedándose además con un demoníaco recuerdo de su atacante: la capacidad de ver cualquier cosa, por oculta que esté, y de leer los pensamientos de las personas. Porque así funcionan los encuentros infernales, al parecer.

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Sí, tener super-visión no es tan fantástico como a veces creemos.

Monaghan no puede sino apreciar las increíbles ventajas de estos superpoderes en el mercado de los asesinos a sueldo y decide tomar el poco original nombre de Hitman. Y ahí empieza la leyenda. El personaje vuelve a colarse en un cómic ajena en las épocas de la serie «Contagio» de Batman (¿recuerdan? buenos tiempos), teniendo además su lógico primer encuentro con el vigilante por excelencia de Ciudad Gótica. Porque no puede haber un asesino irlandés con superpoderes dando vueltas por allá sin que nuestro hombre murciélago se interese en el caso, ¿no?

hitman4Hasta entonces Hitman, creado por Gareth Ennis y John McCrea durante los años que se dedicaron a «The Demon», había soltado un par de detalles sobre su construcción como personaje, y oscilado en los límites de un estilo visual descuidado, oscuro y a veces desproporcionado que sin duda ayudaba a retratar ese sucio mundo por el que se movía. Tres años después de haberse encontrado por primera vez con ese demonio que cambiaría su vida, Monaghan comienza a ganarse la vida regularmente en su propio cómic. Y con justas razones. Hitman, pese a mostrar una cara distinta de Gotham, donde no siempre se inmiscuyen los sospechosos comunes que ya conocemos, es claramente un personaje que pertenece a esa oscuridad en sus propios términos. Un asesino a sueldo pero también un hombre que, pistola en la mano y consciencia justa, no tiene que rendir cuentas a nadie. Un hombre extraordinario dados sus superpoderes pero que no sobresale de manera desigual en una sociedad donde la norma es el caos y el desequilibrio. Si Monaghan ha aprovechado un nicho en el mercado de sicarios dedicado a aceptar trabajos para asesinar super-tipos, no lo hace desde la desventaja de unos poderes que le resuelvan la vida. Vistas y pensamientos claros, pero nada de eso va a conseguir un trabajo si Monaghan no tiene una buena estrategia y una pistola a la mano. Casi podría decirse que es justo.

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Los 14 primeros tomos (además de sus dos primeras apariciones) cubren las sagas «A rage in Arkham», «Ten thousand bullets» y «Local heroes», los cuales sirven para introducirlo adecuadamente en su universo pero también para representar sus particulares en la justa medida. De Etrigan a Batman se puede decir que se va calentando para su primer encargo serio dentro de la serie, que es asesinar al Joker, a lo que se dedicará en los tres primeros tomos de la serie contando con algunos pequeños obstáculos. Después, las rencillas generadas en su trabajo lo llevarán a enfrentarse a la mafia y a la policía. Para finalmente mostrarnos que en el mundo de los superhéroes hay más que sostener aviones o salvar al mundo de amenazas alienígenas. Toda la super-corrupción no puede sino encontrarse en el sitio más oscuro de DC y tiene que irse a estrellar de cara con Monaghan.

hitman6Entre muchísimos disparos, granadas, hamburguesas gigantes, y encuentros de poker o billar entre sicarios, Hitman muestra las implicaciones de la cotidianidad en un mundo donde los superhéroes son cosas de todos los días. Un sicario que hace bien su trabajo pero que no está cerca de ser un super-villano o una verdadera amenaza para nadie, que no siempre puede cobrar sus trabajos, que apuesta compulsivamente y que claramente aprovecha su capacidad para leer el pensamiento para conseguir citas. Con un humor negro y un exceso de sangre y miembros mutilados, la serie de «Hitman» muestra una perspectiva irreverente de ese super-universo tan acostumbrado a los hombres con traje que no siempre van a verlos con admiración. Por sus páginas abundan los super-héroes de cuarta, los que se dicen héroes pero aprovechan sus mallas para su propio beneficio, los científicos locos que aspiran a ser superhéroes o lo más cercano, los borrachos que se disfrazan con capas. Después de todo, Ciudad Gótica no es sólo encuentros entre Batman y el Joker, ni todos los superhéroes son el niño más brillante de la clase.

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Pero, sobre todo, Hitman es un personaje increíblemente carismático dando su particular toque a un mundo tan oscuro como Gotham, y enseñándonos con su muy particular humor y modo de vida, que ni siquiera a los superhéroes hay que tomárnoslo demasiado en serio. O quizás que hay más cosas en ese universo que las super-luchas.

Y bueno, el cómic se publicó durante 61 tomos, así que es probable que en otro momento volvamos a encontrárnoslo por este espacio.