«Ratatouille» quizá sea mi película favorita de Pixar (en muy cercana competencia con «WALL·E»). Conjuga muchos de los mejores elementos que el estilo del estudio ha desarrollado a lo largo de los años: es divertida sin ser en exceso infantil, es dramática sin destrozarte el corazón en los primeros minutos (gracias, «Up»), tiene animales sin que sean demasiado caricaturescos, tiene una clara moraleja que sin embargo te crees por completo. Y es una oda sutil y evidente a grandes pasiones: desde la romántica imagen de París hasta el particular amor por la comida. Y yo amo la comida.

ratatouille2Aquí, Remy preparando unas quesadillas.

Si poner a una rata que sueña con ser un chef no es el modo más drástico de mostrar que todos tenemos sueños que parecen imposibles, al menos hace un gran esfuerzo. Remy es, obviamente, la rata negra de la familia y su propia naturaleza le jugará en contra desde el inicio, ya no digamos una raza físicamente superior y las dificultades propias de una cocina. Alfredo Linguini también es alguien a quien sus sueños colocan en esa misma cocina, aunque sus obstáculos son de naturaleza muy distinta. Este *inesperado pero fortuito encuentro* será el motor que dé inicio a una increíble historia que sin duda se caracteriza porque todos sus personajes parecen tener problemas mentales.

ratatouille3Si uno cambia a las ratas por voces en la cabeza, la película sigue funcionando. Más o menos.

Es también, un poco inusualmente para el público más infantil, una película sobre grandes pasiones y grandes egos. Aunque representado de manera general por sus protagonistas, casi todos los personajes van replicando una serie de problemas humanos que sin duda se esconden detrás del más sencillo ‘sigue tus sueños’. ¿Son el chef Skinner y el crítico Anton Ego (te amo, Anton Ego) simples villanos? Sí y no. Sus motivaciones, así como las motivaciones que llevan a Linguini a mentir y dejar que una rata controle su vida, pueden no ser tan simples como parecen. Así como el hecho de seguir sus sueños, no justifica enteramente que Remy rechace todo lo que ha sido. ratatouille6

Es probable que sus protagonistas-ratas no hayan ayudado demasiado con la venta de mercancía (y todos sabemos que habrá «Cars 3» porque los cochecitos se venden muy bien), pero sin duda se trata de una cinta que demuestra todo lo que es capaz de ofrecer el estudio (todas las grandes promesas que representó durante mucho tiempo) sin sacrificar ni uno sólo de sus aspectos. Una proeza que sin duda llevan años sin repetir, probablemente desde «Toy Story 3» (otra saga que mantiene un punto todavía más perfecto entre sus dos públicos).

Además, personalmente me parece que la película cumple con dos poderosos detalles que, aunque aislados, representan no sólo las posibilidades de una historia sino las posibilidades del cine: tiene una frase y una escena que no dudaría en poner entre mis favoritas de toda la vida. Ambas aluden a la comida, pero también a su aspecto más social y humano. Una es sin duda el desafortunado encuentro entre Linguini y Ego.

Es una pena no tener a la mano la versión en español de esta escena, donde la frase de «A mí no me gusta la comida, me encanta la comida» tiene una fuerza particular en la poderosa voz del recientemente fallecido Germán Robles.

La escena también involucra a Ego (oh, enorme personaje) y nos muestra en breves segundos cómo la imagen es capaz de transmitirnos una sensación (visualmente inaccesible, como es el sabor) a través de las emociones. Traduciendo de manera casi tangible la sensación de hogar.

Todos los spoilers.

La verdad es que no siempre me aventuro en los DVDs (y otras tecnologías más actuales) animados, pero debo decir que los extras de «Ratatouille» son fantásticos. Desde un vistazo a las implicaciones de animar a ratas y otras cosas, hasta un adorable video que hará, obviamente, que ames un poco más a las ratas.

La película, previsiblemente, ganó el Óscar en el 2008, aunque tenía poca competencia ese año. Y pese a ser una tradición bastante usual para Disney y Pixar, es cierto que una de sus competidoras, «Persépolis», está mucho mejor considerada actualmente en la historia de la animación. Ya nos tocará hablar de ella, o de su cómic.

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«Ratatouille» es una película de animación estadounidense del 2007. Dirigida por Brad Bird («Los Increíbles», «El gigante de hierro», «Misión imposible: Protocolo fantasma») y Jan Pinkava («El juego de Geri», «Windy day»), y con voces de Patton Oswalt («Young adult», «Magnolia», «The king of Queens»), Lou Romano («Los Increíbles», «Up», «Monsters Inc»), Peter O’Toole («Lawrence de Arabia», «The last emperor», «Lion in winter»), Ian Holm («El Señor de los Anillos», «El quinto elemento», «Alien»), Brian Dennehy («First blood», «Romeo + Juliet», «Arrest & Trial»), Janeane Garofalo («Mystery men», «Dogma», «Wet hot American summer»), Peter Sohn («Buscando a Nemo», «Monsters University», «Los Increíbles»), Brad Garrett («Everybody loves Raymond», «Hasta que la muerte nos separe», «Buscando a Nemo») y Will Arnett («The Lego movie», «Mi villano favorito», «Ninja turtles»). Tiene 8 estrellitas en imdb, 7.3 en filmaffinity y 96% en el tomatometro. Y bueno, seguro es muy fácil de encontrar.