«Liga de expedicionarios de bolsillo»

De alguna manera u otra, mi generación conoce qué es Pokémon. Lo que empezó como un simple RPG con enfoque en el Cable Link de Gameboy, eventualmente terminó siendo un monstruo del merchandising, engendrando muchos spin offs, incluyendo un exitoso Trading Card Game que se sigue jugando hoy en día, un crossover con la serie Nobunaga’s Ambition y hasta un título de peleas con el apoyo de la gente detrás de Tekken.

Se podría decir que Pokémon es una de las seres más mainstream con las que contamos en la actualidad. Los personajes han logrado mantenerse vigentes y de alguna manera se han convertido en íconos de la cultura popular. No obstante, una sub-serie que siempre ha sido de nicho es la de Mystery Dungeon. Si bien, Pokémon llegó a América a mediados de los noventas con sus versiones Rojo y Verde, la serie Mystery Dungeon hizo su aparición diez años después por parte de ChunSoft en la Nintendo DS, un equipo desarrollador poco conocido fuera de Japón.

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Para ponernos un poco en contexto, necesitamos saber que este equipo se dio a conocer gracias a un juego llamado Torneko’s Adventure: Mystery Dungeon, en donde establecieron su particular estilo de juego. Si bien el género es RPG, Torneko’s tenía un enfoque hacia lo Roguelike, es decir, juegos en donde vamos desbloqueando numerosos calabozos que se van generando “sobre la marcha”, dándole a los jugadores una experiencia diferente en cada partida. Además de esto existen algunas reglas, como el que los niveles de experiencia se resetean cada que uno supera un calabozo, existe la necesidad de comer para no desfallecer durante la expedición y la muerte del héroe signifique perder todos los artículos obtenidos.

Si bien, el concepto es sencillo, también es bastante entretenido y requiere de mucho pensamiento estratégico. Aplicar la formula a Pokémon pudo haber sido una tarea bastante sencilla si nada más hubieran metido a los personajes, utilizado locaciones conocidas y su inconfundible música, pero lo que hizo ChunSoft va más allá de eso. Con ya varias entregas a sus espaldas, la serie llegó a su segunda iteración del 3DS este año, multiplicando exponencialmente el contenido y de paso complaciendo a los fanáticos que queríamos una aventura difícil que recompense al jugador preparado.

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Como es de imaginarse, a lo largo del juego tomaremos el control de un Pokémon y podremos construir un equipo compuesto de tres miembros y tomar varias misiones. Dentro de los calabozos nos encontraremos con varios Pokémon enemigos, a los cuales tendremos que vencer para avanzar a los siguientes pisos. El juego cuenta con 720 especies de Pokémones, cientos de habilidades y 18 tipos (o elementos). Cada calabozo tiene un set específico de estas bestias, pero esto no significa que haya poco reto. De hecho, en muchas ocasiones te darás cuenta que los Pokémon contrarios son más fuertes que tú y que tienes que trabajar realmente como equipo junto a tus compinches para salir avante, un aspecto jugable que no era tan común en los anteriores juegos de la franquicia.

Una de las mayores diferencias respecto a la línea principal de los juegos de Pokémon es que aquí nosotros asumimos el rol de una de estas bestias, por lo cual tendremos la oportunidad de hablar con los de nuestra especie y conocer un poco más de la personalidad de los protagonistas, claro está, más allá de sus típicos rugidos o incoherentes diálogos en donde solo repiten su nombre. En iteraciones anteriores, había que realizar un test de personalidad que determinaba que Pokémon íbamos a ser; esto se eliminó en posteriores entregas por un sistema en el cual simplemente escogíamos nuestro favorito. En esta ocasión se ha conservado el test, pero cuando nos dice la opción que nos toca, se puede elegir entre todos los starters de la serie, incluyendo a algunas sorpresas como Pikachu o Riolu. La libertad a la hora de seleccionar es bienvenida, pero como también hay que optar por un compañero que nos seguirá a lo largo de todo el juego, no está mal crear un vínculo, todo sea por entrarle con la mentalidad de asumir el rol, aunque obviamente esto queda a preferencia del jugador.

Los calabozos invitan mucho a la exploración, ya que a pesar de que nuestro objetivo es llegar sanos y salvos a las escaleras para avanzar, existen muchas bifurcaciones que nos llevarán a encontrar items y otras cosas útiles. Para hacer las cosas más interesantes, cabe la posibilidad de que los enemigos evolucionen al vencernos, que caigamos en trampas que nos infrinjan estados negativos, cambios de clima que cualquier jugador competitivo reconocerá como elementos que pueden cambiar el rumbo de la batalla y otras artimañas que harán que pienses dos veces antes de seguir ciegamente, pues como mencione anteriormente, la muerte significa perder todo lo que traigamos encima.

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Respecto a los calabozos, existen 120; algunos de ellos se extienden por varios pisos, pero los que son de la historia principal nunca se exceden de los 15 niveles, de manera que no se hacen cansados, además de que si compramos cierto item, podemos guardar en cualquier momento sin consecuencia.

Una de las quejas más persistentes en anteriores entregas era el sistema de reclutamiento. Me alegra que en esta ocasión se implementó un sistema llamado Connection Orb, el cual es como una especie de “red social” con la cual vamos conociendo a diferentes aliados que a su vez nos pasan “contactos” de sus conocidos para que podamos irlos metiendo a nuestro equipo. Las condiciones que se requieren para que se unan a nuestro equipo son distintas y pueden ir desde simplemente vencerlos constantemente en los calabozos hasta realizar misiones específicas para ellos. De esta manera podemos armar fácilmente un equipo balanceado y a la vez probar varios equipos, ya que todos los miembros reciben experiencia.

La dificultad ha sido aumentada considerablemente, lo que quizás pueda alejar a varios, pero la verdad existen muchas formas de mitigarla. Muchos de los personajes que podemos reclutar están varios niveles arriba que nosotros y llamarlos para las misiones complicadas puede ser crucial. Adicionalmente hay unos brazaletes a los cuales podemos equiparles gemas que nos confieren ventajas, como que nuestros ataques sean dobles, poder ver todo el mapa apenas llegar a un piso o de plano ignorar ciertos tipos de daño. Probablemente el mayor problema reside en lo “random” que pueden llegar a ser los calabozos, pues en ocasiones sufriremos de emboscadas o las famosas “Monster Houses”, en donde hay una cantidad excesiva de enemigos, pero esto no es nada que no se pueda manejar llevando los items adecuados, utilizando la “Mega Evolución” o abusando de cosas como el veneno.

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Hay un elemento multijugador que nos permite mandar un código en caso de que nuestro equipo sea vencido para que otro jugador nos reviva, pero la verdad es que esta poco desarrollado y resulta poco menos que anecdótico.

En comparación a sus predecesores, Pokémon Super Mystery Dungeon tiene menos horas de juego y puede ser terminado en unas 30 o 40 horas. No obstante, como casi regla general del género, esta cifra puede duplicarse si se busca tenerlo todo.

La presentación es uno de sus puntos fuertes, ya que cada uno de los Pokémones esta rendereado en un vistoso 3D que es muy descriptivo en sus detalles. En un principio esto me decepcionó, pues me gustaba más la onda artesanal de los sprites, pero poco a poco aprendí a agarrarle cariño a los modelos nuevos que resultan bastante expresivos. Por el lado musical hay alrededor de 8 horas de contenido que recoge casi todos los temas habidos y por haber de la franquicia, de manera que tampoco hay nada de qué quejarse.

De la historia preferiría no comentar mucho pues es inesperadamente profunda y emocional. Las primeras horas pueden ser molestas, ya que tenemos a nuestro clásico héroe con amnesia y por si fuera poco tenemos que asistir a una escuela diariamente, pero a los pocos capítulos esta monserga se desecha para dar lugar a un misterio que tendremos que ir desenredando a lo largo de los episodios. Para mí, la conclusión fue satisfactoria y me llego a tocar el corazón en un par de ocasiones.

Pokémon Super Mystery Dungeon es un RPG muy entretenido y aunque no llegará a las listas de mejor juego del año de los medios más grandes, es sin duda una forma interesante de adentrarse al mundo de Pokémon o volverse a enamorar si ya estabas harto de los títulos tradicionales.