La mayoría de los videojuegos suelen presentar una fantasía de poder a los jugadores, ya que generalmente manejamos a un héroe más grande que la vida misma, podemos eliminar ejércitos enteros o, cuando menos, somos algún ser especial que posee algo que lo hace destacar del montón. Sin embargo, hay mucho más allá de esta experiencia base que nos permite explorar otros escenarios más complejos y con repercusiones un tanto terrenales, pero que son igualmente catastróficas.

Los juegos de estrategia nos presentan muchas formas para atraparte, y una de las más adictivas es la de administración de ciudades o países; y creo que son pocos los que llegan al nivel de complejidad que tiene Victoria 3, un título de Paradox Interactive que acaba de salir en la PC.

Algo interesante de esta entrega es que nos pone en un periodo histórico bastante específico: la época victoriana, pues una partida abarca desde 1836 hasta 1936. Esto quiere decir que tendrás 100 años para cumplir tus objetivos, mismos que deberás elegir al inicio de la partida: hegemonía económica, cultural, sociedad igualitaria, dominio total o sandbox, porque también hay un modo abierto en el que puedes hacer lo que se te dé la gana.

Debido a que la acción se desenvuelve a inicios del siglo XIX, podemos tomar control de muchos países que eran considerados como tales en aquella época. Claramente, la gente de Paradox Interactive hizo una buena investigación del estado geopolítico del periodo, y por ello, existen muchas opciones para jugar y convertirte en el administrador o entidad que controla todo tras las sombras. De hecho, no sólo te encargas de colocar graneros, minas o edificios burocráticos, sino que también manejas a las cabezas políticas, administrativas y militares de la nación.

Por ejemplo, el presidente que esté activo podría no tener el favor de la gente por algún escándalo en el que se haya visto inmiscuido, por lo que será tu deber engrasar las ruedas de la maquinaria del sindicato de trabajadores o el clero para que las cosas se apacigüen; o si la situación de plano pinta para revolución, quizás sea buena idea convocar unas elecciones de emergencia.

Esta es la idea central de Victoria 3: administrar a toda tu población, misma que se divide en diversos grupos con diferentes intereses y necesidades. Dependiendo de tus objetivos, tu misión será complacer a dichos sectores de población y básicamente manejarlos como tu soporte para establecer tu agenda. Suena más fácil de lo que realmente es, porque hay muchos factores que constantemente están en fluctuación y que pueden convertirse en piedras en tus zapatos.

Los campesinos, por poner otro ejemplo, son un grupo de población relativamente estable, pero si tu sociedad comienza a progresar estableciendo nuevas leyes y principios, como la educación básica, las necesidades del conjunto evolucionarán con el progreso de tu país. Tiene lógica que cuando tus ciudadanos de más bajo nivel comienzan a educarse, sus necesidades cambiarán y se darán cuenta que la situación en la que se encuentran no está tan padre, y por ello, complacerlos para que estén contentos y no inicien una revolución será más complicado. En Victoria 3 aplica perfectamente el dicho de “mientras más progreso, más problemas”.

Afortunadamente hay medidores individuales que denotan si tu economía está en orden, si tu gente está bajo control, la cantidad de influencia que tienes e incluso qué tan bueno es tu órgano burocrático para lidiar con las emergencias. Siento que Paradox hizo un trabajo loable en representar los factores que influyen en una partida en una interfaz relativamente concisa y fácil de navegar; y aún así, es de las más complicadas que he visto en un videojuego de este estilo y seguramente pasarás por alto varios factores durante tus primeras partidas. Sin embargo, reitero, es una base sólida que espero mejore con parches y expansiones futuras.

Como notarán, el enfoque es particularmente importante sobre el aspecto social de tu país, y por lo mismo, el apartado militar se maneja de una forma algo extraña en este juego, ya que no tienes control directo de batallones o ejércitos. Más bien, lo que debes hacer es encargarte de que tus tropas tengan los recursos necesarios para salir victoriosos, es decir: que tengan un general competente a la cabeza; que haya edificaciones militares en la zona en cuestión, y que exista algún tipo de ayuda internacional en caso de que tus relaciones con otros países se presten a ello. De ahí en fuera, no te quedará otra cosa que esperar por el resultado. Este no es un simulador militar, o al menos lo que tiene de ello es muy pobre.

Otra cosa que también me dejó un poco decepcionado es que, durante las partidas que pude jugar, el manejo de diversos países me pareció sumamente similar. Incluso ocurren los mismos eventos emergentes, aunque estés del otro lado del mundo. Pienso que a Victoria 3 le faltó darle más identidad a cada región. De igual forma, la inteligencia artificial de las otras naciones puede ser un tanto errática: pueden obsesionarse con un aspecto particular, aunque éste los lleve a su destrucción o, caso contrario, puede ocurrir que agresiones diplomáticas o económicas les valgan madres. Hasta cierto punto, esto puede darle sabor a las partidas, pero sí me parece que hay que bajarle un par de rayitas al caos.

Pese a sus problemas, en general siento que Victoria 3 hace un buen trabajo para hacerte sentir que todos los elementos del juego están interconectados, desde el estado de tus grupos de población hasta las situaciones que están llevándose a cabo en países distantes que pueden afectar tu economía de forma directa. El entramado es complejo y, por lo mismo, requiere de un tiempo y varias partidas para que te acostumbres a él. Es probable que tus primeros pasos en esta experiencia sean de fracaso, y pese a que tiene tutoriales decentes, es imposible que abarquen todos los escenarios que pueden darse.

A nivel visual, es una experiencia agradable. Ver cómo tu país evoluciona su infraestructura y esta es representada en el mapa es sumamente satisfactorio. Adicionalmente, los diversos filtros que puedes aplicarle son bastante claros, de modo que podrás tener sin problemas la información necesaria en temas económicos, administrativos y militares. Lo que sí deben tomar en cuenta es que, en cuestión de recursos, sí es un título algo demandante. Aunque no es necesario que este tipo de experiencias tengan FPSs constantes, consideren que sí hará sudar a su PC. Por fortuna, el juego viene en español para que puedas comprenderlo lo mejor posible.

Bueno, banda, podría estar aquí explicándoles los dimes y diretes de la experiencia Victoria 3, pero dudo que sea necesario. Únicamente quiero que se vayan con la idea de que es un juego atrapante e interesante que, si bien tiene algunos problemas y limitantes, es un éxito para Paradox Interactive, al menos a mi ver. Es de los juegos más complicados que he jugado en un rato y tiene mucha carne para los curiosos que deseen abordar un título como este. Quizás quienes se sientan más defraudados sean los fans hardcore de este tipo de experiencias debido a las bronquillas que mencioné. Dicho esto, recomiendo que le den una checada cuando puedan. Podría mantenerlos enganchados por un muy buen rato.