Porque no sólo de manga vive el hombre. Y si vamos a empezar a hablar de cómic anglosajón hay ciertos nombres indispensables. Con ustedes, presentamos: La trágica comedia o la cómica tragedia de…

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Ni siquiera puedo empezar a escribir sobre «Mr. Punch» sin emocionarme. Ya no digamos de Neil Gaiman, quien ni siquiera necesita una introducción, ya que es uno de los mejores y más prolíficos autores de fantasía de nuestros tiempos (yo quisiera decir ‘de todos los tiempos’, porque lo será, pero tendré que esperar a que el tiempo nos dé la razón). Si la mayoría lo relaciona directamente con su labor como escritor de cómics no hay que olvidar que también es escritor de novelas (no gráficas, pues), guionista de cine y productor/organizador de proyectos teatrales y musicales. Se le identifica sobre todo por su trabajo con «Sandman» (hablando de obras maestras del cómic) y «Coraline» (por ser un referente más popular gracias a la película), pero sin duda el punto más alto de su trabajo lo ha conseguido casi siempre en colaboración con Dave McKean, su artista fetiche y el ilustrador de todas nuestras pesadillas desde «Arkham Asylum».

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Cuántos bellos momentos me has dado, Dave.

Lo más bonito de todo es que su historia conjunta se resume en algo como: Dave McKean quiere ser artista de cómics, nadie le da trabajo (voy a tener que culpar a los 80 de eso, ¿ya vieron ese Joker? ¿en qué universo no le darían trabajo inmediatamente?), conoce por casualidad a Neil Gaiman y éste lo invita a que ilustren un par de historias juntos («Violent cases» y «Black orchid»). Y vivieron felices para siempre.

mrpunch8«Mr. Punch» o «La trágica comedia o cómica tragedia de Mr. Punch» (maravilloso título) se publica en 1994, aunque a Gaiman le tomó cinco años el proceso de investigación sobre la tradición inglesa de Punch, personaje de una obra clásica de marionetas conocida como «Punch & Judy». Como si las marionetas no fueran suficientemente siniestras por sí mismas, basta ver lo que un guión de Gaiman con ilustraciones de McKean puede hacer por ellas.

«Punch & Judy» es una obra que viene desde la tradición de la ‘comedia del arte’ italiana. Tiene una trama bastante simple y aunque está dirigida principalmente a un público infantil, parte de unas raíces que, como los cuentos de hadas originales, son bastante oscuras. En gran medida la obra se puede resumir como que Punch, el protagonista, tiene como encargo cuidar del bebé que tiene junto con Judy, al que descuida de manera preocupante. Al verse enfrentado por su mujer él opta por sacarla del camino y así consecutivamente con todo aquel que se le va presentando (médicos, policías, cocodrilos, jueces, demonios).

Oh, y por ‘sacarlos del camino’ me refiero a asesinarlos a golpes.

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Nada personal.

El protagonista es un hombre inmerso en un caótico viaje de vuelta a su niñez, reviviendo recuerdos que apenas consigue ordenar, con una nueva visión, pero condicionados por la mirada de niño con la que los vivió. La historia de cada uno de sus abuelos, el nacimiento de su hermana más pequeña, el tiempo que tuvo que pasar alejado de su casa cuando se enfermó. La infancia nunca es lineal, nunca es precisa, y en ese conjunto de recuerdos desordenados el primero que aparece es una fantasmagórica presentación de la obra de «Punch & Judy» en una playa al amanecer, a la que había ido a pescar con uno de sus abuelos.

mrpunch10A partir de ese momento, la figura de Mr. Punch, todo lo que simboliza dentro de la obra, como personaje, como concepto, se vuelve la clave para interpretar la historia personal del hombre/niño protagonista, la cual se va contando de forma paralela a la obra, encontrándose y desencontrándose en muchos momentos. Sin quedar claro para nosotros lo que tampoco puede quedar claro del todo para él. Y es en ese espacio incierto donde surge Mr. Punch, donde surge la obra teatral como reinterpretación de ese universo cerrado, para darnos un pequeño guiño detrás de bambalinas sobre lo que quizá está sucediendo. O quizás no.

En la pequeña novela convergen varias de las obsesiones usuales de Gaiman llevadas a su máxima expresión: los recuerdos de la niñez, una realidad a la que es imposible acceder o entender del todo, una atmósfera onírica, folklore clásico (inglés), elementos fantásticos infantiles en sus facetas más oscuras, el universo infantil visto en contraposición al universo adulto. Es, probablemente, la historia donde más presentes y evidentes son estos elementos, dentro del caudal confuso de una historia que no puede terminar de contarse, y al mismo tiempo es de sus obras donde mejor son retratados y examinados. La reflexión constante del personaje, atrapado entre sus dos tiempos (es, finalmente, un adulto contando la historia de un niño), sobre la memoria, la infancia, la imposibilidad de precisar un recuerdo, es lo que construye la columna vertebral del relato.

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Se dice que «Mr. Punch» es una de las obras más íntimas de Neil Gaiman. Por lo que cuenta, parte de su inspiración comenzó a partir de la historia de un tío suyo, jorobado, de quien descubrió cierto misterio siendo ya adulto y no pudo evitar relacionarlo con la obra de «Punch & Judy» (la marioneta de Punch es, entre otras cosas, un jorobado, al igual que uno de los tíos del protagonista en la novela gráfica). Es de suponer que éste es tan solo uno de los puntos de encuentro entre la biografía del autor y la del personaje, dada la capacidad del escritor de convertir en fantasía hasta los hechos más concretos.

mrpunch4Es difícil hablar mucho más sobre «Mr. Punch», dado que es un texto ambiguo, abierto, que invita a leerse y adentrarse en él. Consigue sin duda uno de los efectos que se propone: ser como un sueño, que cuando hablas de él pierdes parte importante de lo que fue soñarlo. Es imposible transmitir del todo la sensación que produce su lectura sino se experimenta de primera mano.

Neil Gaiman considera este cómic su obra más conseguida y yo no podría estar más de acuerdo. Desde la historia en sí misma, la delicada elaboración de su caótica estructura, la sutileza con que se cuida de no ser nunca lo suficientemente explícito, la intromisión de guiños culturales, literarios, personales. El equilibrio que consigue es inmejorable y sin duda no podría haberse logrado sin la indispensable participación de McKean en el plano visual. Siendo ya un artista consumado despliega aquí todas sus posibilidades y entremezcla la ilustración, la pintura, la fotografía y todos sus recursos estilísticos en una serie de composiciones únicas.

¿Nunca se han preguntado qué hubiese sido de «Sandman» si hubiera sido ilustrado en su totalidad por Dave McKean (recordemos que él sólo se encargó de las portadas de los tomos)? Aunque probablemente se hubiera tomado mucho más tiempo entre publicaciones. Yo también me pregunto por qué para el Vertigo Tarot (un juego de cartas de tarot de la línea Vertigo, con ilustraciones, obviamente, de McKean) no utilizaron a Mr. Punch para representar la carta de The Fool (se pierde un poco en la traducción española de ‘El Loco’) cuando él es la encarnación última de este arcano. Como pueden ver a su izquierda, en la carta se muestra John Constantine quien, debatiblemente, también está un poco loco.

La novela, además, ha inspirado a otras expresiones artísticas basadas en ella. Como fue una adaptación del texto (hecha por el propio Gaiman) para ser transmitido por radio en un programa de una hora con música de Dave McKean (¿qué no hace ese hombre?) y Ashley Slater. También tuvo una adaptación teatral en forma montada por la Rogue Artists Ensemble en el 2008, que si bien parece de un poco dudosa calidad, igual hubiera matado por ver.

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Y esa es sólo una de las razones por las que querría poder teletransportarme y viajar en el tiempo.

Finalmente, el grupo musical Future Bible Heroes le escribió una canción para incluirse en el disco «Where’s Neil when you need him?» que, sí, es un proyecto de canciones de artistas como Tori Amos, Rasputina, The Crüxshadows, entre otros, dedicadas a la obra de Neil Gaiman. Porque él se lo merece. Y «Mr. Punch», claramente, también.