Viernes de No-Cartelera. Y hoy toca una selección engañosa, porque quizás vuelva a estar en algo así como cartelera próximamente. Todo esto es una excusa para hablar de Sion Sono.

Sion Sono desde hace rato que es uno de los directores más interesantes del panorama cinematográfico japonés. A pesar de haber debutado desde 1986, es hasta el 2001 que irrumpe violentamente con su «Club del suicidio» (del que hemos hablado ya desde la perspectiva del cómic del mismo nombre). Desde entonces, pasando por gore de bajo presupuesto hasta violentos dramas más elaborados, no ha dejado de sorprender con propuestas frescas cada vez que uno piensa que ya ha visto todo lo que la hemoglobina japonesa puede ofrecer.

playinhell2«Sí, no sé, quizás podamos usar un poco más de sangre»

Un director que poco antes de que pasaran 6 meses de que su país sufriera un terrible terremoto y tsunami presentó su adaptación de «Himizu» convirtiendo ese escenario apocalíptico en una representación anímica de Japón, sin perder de vista las implicaciones obvias de la violencia en su obra, sin duda es alguien a quien seguir la pista. Y su anunciada última película, «Why don’t you play in hell?», sin duda era algo de esperarse.

playinhell3Un grupo de jóvenes sueñan con algún día poder producir una gran película. La lucha entre dos bandas yakuzas termina con la muerte de uno de los líderes y el encarcelamiento de la esposa del otro. Años pasan. Los jóvenes siguen soñando con su película pero el tiempo no ha pasado en vano. La tregua entre ambas bandas está por llegar a su final y quizás sólo una película pueda representarlo correctamente.

Y que empiece la función.

Sion Sono no había explotado el cine de yakuzas del mismo modo en que otros de sus contemporáneos, como Takashi Miike y Takeshi Kitano, pero sin duda esta primera incursión plena en el género no pudo ser más afortunada. No es sólo ‘otra violenta película de yakuzas’ sino una declaración de amor al cine. Pero no esas declaraciones románticas y tiernas a las que estamos acostumbrados, porque también puede uno amar al cine violento, barato, irracional y surreal. Y si alguien sabe de ese cine es sin duda Sion Sono.

¿Ya están emocionados?

playinhell4Gracias, Sion Sono, funcionó.

Para quienes estén más familiarizados con la faceta más reciente y dramática del director, quizás pueda resultarles un poco extraño el modo en que la comedia se entremezcla tan fuertemente con el drama y la acción. Personajes patéticos y en exceso exagerados pasan de sus versiones más acartonadas a una complejidad exacta para la historia. Un obseso del cine que llevará hasta las últimas consecuencias su deseo de hacer al menos una gran película antes de morir, una joven y rebelde hija de líder yakuza que lo mismo puede luchar contra varios miembros de la banda que cantar una canción sobre pasta de dientes. El ridículo y el exceso de sangre no temen encontraste y aprovechar lo más risible y lo más serio al momento de retratar una lucha de poderes y un deseo de transcender a través de la imagen en movimiento. Esto es el ‘Cinema Paradiso’ de la hiperviolencia japonesa.

playinhell5¿Por qué dejé de usar gifs animados si me encantan?

A pesar de lo que se puede pensar, o de lo que mucha de la hiperviolencia de otras nacionalidades nos hacen creer, no se trata de películas huecas que utilizan el exceso de sangre como único recurso. El discurso que cineastas como Sono, Miike, Kitano o Tsukamoto han ido construyendo aprovecha elementos monstruosos y violentos para representar emociones contenidas de la sociedad japonesa. Y si bien es posible que «Vamos a jugar al infierno» sea de los ejemplos menos críticos de la filmografía de su director, no pasa por alto el juego de espejos que la pasión por este tipo de cine ha ido despertando en el público y en los creadores. El cine dentro del cine son los guiños a Bruce Lee, la tópica trama de yakuzas, los actores que tantas veces han encarnado mafiosos en pantalla y que ahora son mafiosos soñando con ser actores. Recursos de toda la vida y nuevos que se conjugan alrededor de una explosión de emociones e imágenes. Idols, música, fuertes personajes femeninos, obsesos y, no puede faltar, un montón de sangre.

playinhell6Quizás no he mencionado lo suficiente que hay un montón de sangre.

Fue posible disfrutar esta joya en pantalla grande gracias a los fantásticos programadores de FICUNAM (¡Gracias FICUNAM!) y será posible una vez más (al menos para la gente en el DF) durante la Muestra de Primavera de la Cineteca Nacional que inicia la próxima semana. Una oportunidad única de que la sangre te salpique hasta su asiento (sigo esperando cines 4D que implementen eso).

¿Ahora sí ya están emocionados?

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«Jigoku de naze warui» o «Why don’t you play in hell?» o «Vamos a jugar al infierno» es una película japonesa del 2013. Dirigida por Sion Sono («El club del suicidio», «Noriko’s dinner table», «Cold fish») y protagonizada por Hiroki Hasegawa (actor de televisión: «Boss», «Second virgin», «Kaseifu no mita»), Gen Hoshino («Hakoiri musuko no koi», «Saint Oniisan», «Nonko 36-sai (kaji-tetsudai)»), Jun Kunimura («Audition», «Outrage», «Ichi the killer»), Fumi Nikaudiô («Lesson of the evil», «Himizu», «The brain man»), Tak Sakaguchi («Versus», «Shinobi», «Death trance») y «Shin’ichi Tsutsumi» («Suspect X», «Llamada perdida», «Space Battleship Yamato»). Tiene 7.4 estrellitas en imdb, 7.0 en filmaffinity y 82% en el tomatometro.