Nos adelantamos una semana para recordarles por qué no se pueden perder el estreno en pantallas nacionales de la última película del enorme Hayao Miyazaki, «Se levanta el viento».

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No pueden. Fin de la reseña

Cinco años pasaron tras «Ponyo en el acantilado» para que Miyazaki anunciara, una vez más, que se despedía de las grandes pantallas y que para eso nos dejaba un testimonio tan personal y tan glorioso como «Se levanta el viento». Título tomado de un verso de Paul Valery y que marcaría los ritmos adecuados para el seguimiento de la vida de Jiro Horikoshi, el ingeniero aeronáutico que influiría de manera importante en el desarrollo de tecnologías aéreas de Japón durante la Segunda Guerra Mundial.

viento3Todo empieza con un sueño, parece querer decirnos Miyazaki, cuando nos encontramos con un Jiro pequeño que sueña con ser piloto de aviones. Miope desde joven, sabe que ese sueño no puede ser realizado y entonces se vuelca en la creación de los mismos. El sueño de volar se manifiesta de un modo tan fantástico como literal, pasando de los sueños en los que Jiro conversa con el diseñador aeronáutico italiano Caproni, y mientras que toda su vida parece girar alrededor de ese anhelo. Construir un avión perfecto, elevarse por encima de la tierra y posiblemente de la historia. Mientras Japón atraviesa un periodo histórico convulso, trágico, las intrigas políticas parecen ser apenas un pasillo más de ese laberinto por el que Jiro se mueve siguiendo únicamente a sus propios diseños. Un terremoto cambiando su vida, y la de muchos, para siempre. El hundimiento en un conflicto que nadie parece entender por completo. La historia de amor. ¿No son todas partes lógicas de ese mismo sueño que iniciaba con un ‘se levanta el viento, hay que intentar vivir’? Es quizás ese el avión perfecto que busca incansablemente Jiro, y el testimonio de vida y pasiones que Miyazaki de un modo ha legado al mundo a través de sus películas.

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Alejándose de la línea usual de sus producciones anteriores, que oscilan entre la aventura épica y la fábula íntima, «Se levanta el viento» resulta una película más madura, más realista y probablemente mucho más personal del hombre que se ha ido dibujado desde siempre detrás de sus imágenes. Reconociendo en ella muchos elementos que han formado parte de sus declaraciones (tanto creativas como individuales), pareciera que Miyazaki, un pacifista acérrimo, busca dejarnos la paz y la guerra. Los aviones, los sueños fantásticos, la historia precisa. La visión de un Japón convulso que desde los años 20 busca un camino y quizás se pregunta si ha valido la pena. No es difícil ver a Miyazaki o a su legado a través de Jiro, ese joven soñador, quizás a veces cegado, pero que busca justamente levantar el vuelo. Quizás, tercamente, a toda costa.

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La película es también una maravilla técnica y narrativa, si acaso todavía puede algo sorprendernos de este excelente creador. Con un delicado cuidado en las imágenes, hasta los más pequeños detalles son capaces de cautivarnos y transportarnos en el tiempo, llevándonos hasta fuertes momentos históricos como el terremoto de Kanto, o los entresijos de la Segunda Guerra Mundial. Mostrando una vez más las capacidades de la animación para transmitirnos los sentimientos más fantásticos pero también los más crueles, los más difíciles. Consiguiendo que esos trazos que se vuelven personajes puedan representar toda la fuerza y todo el dolor de un ser humano y de un momento histórico preciso.

Si alguien podría dudar que una película de animación tan madura (o seria, en contraposición a lo que Miyazaki nos tiene acostumbrados) o enfocada al tema de la aviación (que seguro no será la pasión de muchos) pudiera resultar un revés en una filmografía prácticamente perfecta, no se toma demasiado entender por qué es justamente ésta su despedida y el testimonio final de alguien que ha vivido siempre de acuerdo a sus principios.

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Que igual si decides que siempre-no-es-tu-despedida, eres bienvenido de vuelta!

Además de ser, indudablemente, de las mejores animaciones de los últimos años (y seguramente de las mejores películas en general), resulta una emotiva pieza clave en una larga carrera creativa que ya ha tenido más que suficientes aciertos. Es también una dolorosa declaración de amor a los sueños, y a los sentimientos que nos deja a veces mirar atrás sabiendo que los hemos logrado a costa de qué.

Y si encima está la oportunidad de disfrutarla en pantalla grande, que no es cosa de todos los días, es prácticamente imprescindible.

Es una pena que los festivales y distribuidoras  no estén mostrando el mismo entusiasmo por otro enorme animador japonés que también parece despedirse con su última producción, muy cercana a «Se levanta el viento». Y es que mucho podemos decir también del otro pilar de Studio Ghibli, Isao Takahata, y yo moriría por ver «The Tale of Princess Kaguya» en cines.

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Sólo vean esta maravilla de poster.

Así que mientras se preparan para «El Planeta de los Simios: Confrontación», no olviden que tienen otra cita pendiente en cines este próximo 24 de Julio.

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«Se levanta el viento» o «Kaze tachinu» es una película japonesa de animación del 2013. Dirigida por Hayao Miyazaki («El viaje de Chihiro», «Princesa Mononoke», «Mi vecino Totoro») con las voces de Hideaki Anno (director de «Neon Genesis Evangelion», actor en «Death Kappa» y «Funky Forest»), Miori Takimoto («Sadako 2 3D», «Perfect blue» [serie], «My wife is ninja») y Mansai Nomura («Ran», «Onmyoji», «The floating castle»). Tiene 8 estrellitas en imdb, 7.3 en filmaffinity y 89% en el tomatometro. Así que ya saben.