A los estudios Laika les ha tomado sólo cuatro películas posicionarse como una de las propuestas más interesantes en el panorama de la animación actual. Y no es difícil ver por qué: tan sólo con la calidad de su stop-motion, apadrinado en su primera película por nadamenos que el director de «El extraño mundo de Jack», sumado a una serie de historias en muchos casos inesperadamente interesantes, sólo han anticipado con más emoción cada siguiente proyecto. Con «Kubo», ni siquiera es que necesitáramos mucho, porque todos amamos a los samuráis, ¿no?

kubo2Ok, quizás no todos.

Si la fiebre por Japón ha hecho que el anime y sus variantes permeen toda la cultura popular, la historia y el arte de «Kubo» nos recuerda por qué la fascinación por ese lejano oriente nos atrapó desde hace muchos años. A modo de folklor, empezamos la película con una mujer y su shamisen atravesando por un mar violento para salvar a su único hijo. El bebé, desprovisto de un ojo y arropado por una túnica, crecerá para convertirse en un joven que cuide de su madre casi fantasmal, toque a su vez el shamisen, dándole vida con su música y sus historias a unas mágicas figuras de origami, y tenga prohibido encontrarse fuera de su refugio por las noches. Tres reglas que no deben romperse y que una noche convertirá una de sus trágicas historias en realidad: la del samurai, su padre, que fue perseguido y asesinado mientras buscaba las tres partes de su armadura, salvando trágicamente a su familia y dejando ese viaje inconcluso para que lo termine su hijo. Kubo, quien difícilmente puede dar final a sus propias historias, tendrá que recorrer a la fuerza un camino para encontrar el final de la suya. Una que lo lleve a conocer realmente a su familia (los lados más bellos pero también los más oscuros), su leyenda y el mundo al que no tenía permitido adentrarse.

kubo3Una historia con reminiscencias clásicas pero un humor y un mensaje muy actual, «Kubo» (cuyo título original incluía cuerdas y no búsquedas samuráis) logra conjugar lo mejor en cada uno de sus aspectos. Empezando por un arte inmejorable en la técnica y en el diseño. La recreación del Japón antiguo es visualmente preciosa e impresionante. Y si la calidad del stop-motion de Laika ya nos había convencido desde producciones atrás, las evidentes mejoras logran darle el toque adecuado de travesía épica a este viaje fantástico. Tiene, además, los méritos técnicos de ser la película en stop-motion más larga hasta la fecha (con 1 hora 41 minutos de duración) e incluir la más grande marioneta stop-motion construida (porque no podíamos esperar menos para un Gashadokuro).

En el aspecto argumental, tenemos una historia que logra utilizar maravillosamente elementos del folklore y la cultura japonesa sin buscar construir exactamente una historia clásica. Tenemos la resonancia del nombre de Hanzo (padre de Kubo y sin duda referencia al samurái Hattori Hanzo), las leyendas del reino de la luna, dos preciosos personajes con toda la pinta de yokais y toda la recreación lírica de la tradición oral japonesa; pero por otro lado tenemos un mensaje muy fundamentado en un concepto universal de las dicotomías (todos loskubo4 ‘dobles’ que tienen lugar en la historia: las dos cuerdas, los padres, el día y la noche, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte, etc) y los núcleos que aluden a la familia (tres reglas que no deben romperse, tres piezas de la armadura, tres preguntas, tres personajes realizando la travesía, etc) buscando constantemente un equilibrio antes que una resolución épica.

Con un único aspecto que personalmente me parece un pequeño tropiezo en la trama (el modo en que se desarrolla la relación entre la simio y el insecto me parece un poco forzado en un punto), la película resulta en general maravillosa y perfecta. Uno se encuentra tan atrapado por esos escenarios y esos movimientos tan bellos, que se deja guiar por la historia como muchos de los personajes: como flotando. Difícil precisar cuál de los elementos me gustó más: las texturas, la música, los escenarios-origami, la leyenda detrás, alguno de los villanos, la bella forma en que se resuelve todo. Vale la pena quedarse hasta el último minuto porque ni la última escena ni los créditos animados en 2D tienen desperdicio alguno.

kubo5Los bichos lunares.

Se agradece en exceso que ahora sea tan relativamente fácil encontrar funciones en el idioma original, porque por algo los personajes fueron pensados con esas voces y en más de una ocasión resultan obviamente perfectas (por ejemplo, es la primera vez que Matthew McConaughey presta su voz para una película animada). Si tuviera que elegir, diría que sin duda mis favoritas son las de Rooney Mara y Ralph Fiennes como los villanos de la historia, imprimiendo sentimientos muy diferentes a sus interpretaciones.

¿Es necesario decir más? Con todo y las Dorys perdidas por ahí, ésta pinta para ser la película animada del año.

Y para botón: una increíble canción.

«Kubo and the two strings» o «Kubo y la búsqueda samurái» (titulada en España un poquito más apropiadamente «Kubo y las dos cuerdas mágicas») es una película animada estadounidense del 2016. Dirigida por Travis Knight (director de Laika, pero es su opera prima al frente de una película) y con las voces de Art Parkinson («Dracula untold», «San Andreas», «Love, Rosie»), Charlize Theron («Mad Max: Fury road», «Monster», «En tierra de hombres»), Matthew McConaughey («Dallas buyers club», «Interstellar», «Mud»), Rooney Mara («Carol», «Side effects», «La chica con el tatuaje de dragón»), Brenda Vaccaro («Johnny Bravo», «Cowboy de medianoche», «You don’t know Jack»), George Takei («Star Trek», «Mulan», «General hospital»), Cary-Hiroyuki Tagawa («Pearl Harbor», «Hachiko», «Mortal kombat») y Ralph Fiennes («El gran Hotel Budapest», «La lista de Schindler», «El paciente inglés»). Tiene 8.3 estrellitas en imdb, 7.6 en filmaffinity y 97% en el tomatometro. Y es una joyita para no perderse en pantalla de cine.