Debo aceptar que mientras más pienso en el paso que va de «Colossal» a «Ella es un monstruo», más me parece un título fantástico. Tiene algo de serie B, algo de irónico y algo de absolutamente exacto para una película que, si le creemos al poster y a la premisa, va de una chica que es un monstruo gigante surcoreano.

colossal2Muero por la secuela en que es un monstruo gigante norcoreano.

Hay algo, además, que hace oportuna a Anne Hathaway para ser ese monstruo. Quizás que es odiosa y adorable al mismo tiempo. O que no nos creemos del todo que pueda ser princesa y monstruo, pero cuando la vemos (como monstruo) es perfecta. Y quizás también es perfecta como alcohólica y como desempleada y como terrible amiga porque, vamos, no puede ganar siempre, ¿no?

colossal3Por otro lado, se sigue viendo exactamente como Anne Hathaway.

Por otro lado, también debo confesar que con todo mi amor por Nacho Vigalondo y los monstruos gigantes, temía que hubiera un cierto límite de lo surreal que la cinta no fuera capaz de cruzar. Desde hace meses que ya sabemos que Hathaway (Gloria, en este caso) regresa al pueblo de su infancia (algo que jamás puede salir bien en una película anglosajona) y, de algún modo, comienza a materializarse como monstruo en el otro lado del mundo (aka Seúl). No es que la premisa en sí no sea delirantemente fantástica, pero ¿qué más podía ofrecernos además de la esperable metáfora sobre las relaciones intrahumanas más allá de las dinámicas monstruosas?

colossal4Al diablo, me quedo con las dinámicas monstruosas.

Y es inusual que la película funcione justo entregándonos lo que ya esperábamos de ella. Obviamente con el sentido de la sorpresa propio de las tramas de Vigalondo. Gloria es una mujer en caos en Nueva York que de pronto se encuentra abandonada por su inglés novio que ya no puede lidiar con su alcoholismo (principalmente) y tiene que regresar al único sitio donde cuenta con una casa hogareña en la que no debe pagar renta (en este caso, abandonada y sin la presencia de padres). En el pueblo se encuentra con Óscar, amigo de la infancia, quien ahora es dueño del bar de su familia y quien le ofrece a Gloria un trabajo mientras pone en orden su vida, o algo así (excelentes decisiones etílicas, Gloria).

colossal5No es necesario saberlo, pero me parece vital considerar que desde hace algunos años Vigalondo (quien también es guionista de todas sus películas) se ha metido bastante en el tema del feminismo, lo que en algunas ocasiones ha llevado a cuestionamientos sobre el hecho de que ninguna de sus películas anteriores fuera protagonizada por mujeres (Julia de «Extraterrestre» es lo más cercano a una excepción, pero es bastante evidente que la atención de la película es robada por sus contrapartes masculinas, muy especialmente por Carlos Areces). En este sentido, Gloria es un maravilloso ensayo sobre lo que es elegir conscientemente un personaje femenino como protagonista para demostrar algo: tenemos una mujer que es evidentemente un desastre, un monstruo en toda la regla, y sin embargo a su manera atraviesa una odisea de autoreconocimiento y reordenamiento del mundo. Todo eso trabajando desde lo mínimo (sus terribles decisiones románticas) hasta lo universal (la parte en la que es un monstruo que destruye Corea).

colossal6La vida de Gloria, como tantas mujeres dentro y fuera de la pantalla, gira alrededor de los hombres y sus propios clichés: Tim, el exnovio que quiere ayudarla pero que parece arruinar más la relación cada que lo intenta, Óscar, el tipo bueno esperando eternamente en el recuerdo (o en un pueblo, en este caso) y Joel, el no muy brillante chico lindo que conoce en el bar. (También está Garth, que es probablemente el mejor personaje, y como tal está surrealmente aislado de todas las cuestiones humanas trascendentes a la trama). Pero, del mismo modo en que Gloria no es simplemente una mujer caótica que no sabe cómo arreglar su vida, tampoco Tim es el exnovio perfecto al que volver, ni Óscar el increíble amigo que siempre está a la espera (ni Joel nada cercano a una posible pareja en ningún nivel realista). Y si hay una metáfora humana en la maravillosa traducción del título en México, es el hecho de que todos somos un poco monstruos.

Y si quieren un spoiler [*spoiler*], les diré que esta crítica debería llamarse (si mis críticas tuvieran títulos más catchy) «Colossal: El infierno de la friendzone». Sabes perfectamente lo que estás haciendo, Vigalondo. [*fin del spoiler*]

colossal7A lo mejor esto es una metáfora del manspreading y yo no lo vi.

Si de por sí soy fan del director, hay que agregar que esta me parece su película más redonda desde «Cronocrímenes» (que es una joyísima, búsquenla). No sólo tiene ese aire desenfadado que lo caracteriza, sino que conjuga a la perfección elementos tan dispares como una trama absurda, monstruos y robots gigantes, dramas humanos, su particular sentido del humor y entrañables personajes. Todo maravillosamente entre el cliché y la ironía.
Una increíblemente agradable sorpresa. Y en cines nacionales. No tienen excusa.

colossal8A menos de que no les gusten los monstruos gigantes. En cuyo caso, no sé qué está mal en sus vidas.

«Colossal» o «ELLA ES UN MONSTRUO» (díganme que no es fantástico en mayúsculas) es una coproducción del 2016 entre Estados Unidos, Canadá, España y Corea del Sur. Dirigida por Nacho Vigalondo («Cronocrímenes», «Extraterrestre», «Open Windows») y protagonizada por Anne Hathaway («The Dark Knight rises», «Interstellar», «Los miserables»), Jason Sudeikis («Horrible bosses», «We’re the Millers», «Saturday night live»), Dan Stevens («La Bella y la Bestia», «The guest», «Downtown Abbey»), Austin Stowell («Whiplash», «El puente de los espías», «Dolphin tale») y Tim Blake Nelson («Hulk», «Lincoln», «O brother!»). Tiene 6.3 estrellitas en imdb, 6.0 en filmaffinity y 80% en el tomatometro. Así que ya saben qué hacer.