¿Qué onda, banda? Aquí Rafa con una editorial acerca de los 10 enemigos que más me han impresionado en el mundo de los videojuegos.

El otro día que jugué y terminé Super Castlevania IV como por centésima vez, me puse a pensar en los monstruos que, por X o Y razón, me habían hecho decir: “Ay, cabrón.” A todos, creo, nos ha pasado que un enemigo nos pone los pelos de punta ya sea porque su diseño es terrorífico, porque es bien pinche complicado o incluso porque en ese momento la casa se estaba incendiando; qué sé yo – algo que haya ocasionado que ese oponente haya sido memorable. A eso me refiero con impresionante: no vayan a creer que sólo voy a poner a los monstruos más grotescos en este conteo, porque no va por ahí la cosa.

Como siempre, nada más incluiré a un monigote por franquicia, aunque haya unos cuantos de una misma saga que entrarían en esta lista sin problemas… Sin más, vamos a ver cuáles son estos monstruos, empezando, como siempre, por el número 10.

10. Apocalipsis – X-Men Vs. Street Fighter

Los jefes de los juegos de pelea no suelen ser muy grandes y tampoco muy atemorizantes. Si al verlos sientes nervios, es porque sabes que es un desgraciado tramposo y que seguramente te va a hacer la vida de cuadritos. Pero Apocalipsis en X-Men Vs. Street Fighter tomó la ruta de lo espectacular, empezando por hacerte creer que se trata de otro jefe sin mayor chiste para luego transformarse en una máquina de guerra de proporciones bíblicas.

Lo cierto es que no es un enemigo muy difícil de vencer, pero al momento de verlo, sí me sacó de onda, pues era la primera vez que me enfrentaba a algo tan monstruosamente enorme en un juego de peleas. Más adelante hubo jefes más grandes y más difíciles; sin embargo, Apocalipsis fue el primero que me hizo sentirme realmente chaparro e indefenso.

9. Four Kings – Dark Souls

Creo que es bastante notorio que no me canso de hablar de este juego.

En mi conteo anterior de mis los 10 momentos de esta generación que me parecieron más difíciles, coloqué a TODO el juego de Dark Souls en primer lugar, arguyendo que cualquier momento de aquel juego me parecía mucho más complicado que el resto de los que puse en la lista – y todavía me atengo a ello. Sin embargo, dentro del mismo juego, sí hubo una parte en la cual me las vi negras por varias, varias horas: durante el enfrentamiento contra los Four Kings.

Hijos de su rechingada madre.

Te encuentras con estos espectros en un abismo, donde no puedes ver ni el suelo que pisas. Al principio, sólo sale un fantasma y parece una pelea relativamente sencilla (recalco relativamente); pero nomás tárdate unos segundos y sale otro desgraciado – y luego un tercero… Y así hasta que te hagan pedazos o les restes toda su energía común. Sobra decir que nomás no hallé forma de pasarlos hasta que Eze y Adrián me revelaron el secreto para acabar con ellos: un duelo de voluntades, donde cada segundo que no estuviera atacando era tiempo echado a la basura.

Hacía mucho tiempo que un jefe no me quebrantaba el espíritu tan gacho como Four Kings y por lo mismo se queda con este lugar en la lista.

8. Sephiroth – Final Fantasy VII

Uno creería que este conteo es el lugar menos apropiado para un niño-niña que sin broncas podría estar en el póster de cualquier campaña publicitaria de L’Oreal. Pero en realidad, Sephiroth está en la lista por dos razones que nada tienen que ver con su jeta: en primer lugar, por todo el trasfondo que le dan. Este es un personaje bastante interesante y que hasta puede llegar a caerte bien a momentos. Pero en cuanto la pierde, es una bomba con patas que hace caca todo lo que sienta que le estorba. La trama se desenvuelve de tal forma que hasta puedes sentirte amenazado por este sujeto sin siquiera haberlo visto.

Y la otra razón: Aerith es uno de mis personajes favoritos en el mundo de los videojuegos y – SPOILER, para el que no se la sepa (que si no saben, me extrañaría bastante, porque es uno de los momentos más conocidos en los videojuegos) – cuando Sephiroth la mató, me quedé de a seis. Obviamente, lo odié con ganas y el resto del juego me la pasé esperando con ansias el momento en que pudiera enfrentarme a él para patearle los huevos sin piedad.

7. Lucifer – Dante’s Inferno

Quien haya jugado Dante’s Inferno probablemente estará de acuerdo en que el juego se distingue más que nada por el diseño tan grotesco y espeluznante de sus enemigos y ambientes. Quizá el título no sea tan bueno en cuanto a mecánicas de gameplay, pero el aspecto visual es tan enfermizamente atractivo que impulsa a uno a jugarlo hasta el fin.

Ciertamente hay enemigos más horrendos y asquerosos que el mismísimo Príncipe de las Tinieblas y cosas más perturbadoras que genuinamente me provocaron escalofríos. Pero de Lucifer me acuerdo más que de otro esbirro porque me desternillé de la risa cuando lo vi en su segunda forma, pues – y perdonen la inmadurez – está completamente desnudo y TODO su cuerpo está modelado con sumo detalle… Para el que no me entienda, Don Luci trae lo que juraría es una boa colgando entre las piernas. En pocas palabras, el sentimiento de estupefacción que había tenido a lo largo del juego se fue por el escusado en un remolino de carcajadas.

Es obvio que cuando el Diablo aparece en esta lista por dicha razón significa que soy un idiota. Se los concedo, pero piensen en lo que nosotros respecto a este detalle, puesto que es algo que aquí en 3GB nos gusta imaginar: alguien tuvo que modelarlo; alguien se sentó enfrente de la computadora y lo creó, pixel a pixel, y ese alguien seguramente tuvo una conversación bastante peculiar al llegar a su casa.

– Hola, mi vida. ¿Cómo te fue en el trabajo?

– No estuvo mal. Me la pasé modelando el chosto de Satanás.

6. Kraid – Super Metroid

Ya le hemos echado varias flores a Super Metroid en el pasado. Sinceramente creemos que es el mejor juego que tiene la franquicia y una parte de su grandeza radica en, precisamente, la grandeza de sus jefes – específicamente en su tamaño, y no hay jefe más grande en todo el juego que Kraid.

Te enfrentas contra esta cosa muy temprano en el juego, y a esa altura ya le habrás dado en la torre a unos dos o tres monstruos más difíciles que él. Con todo y todo, cuando entras a su guarida y la música toma un giro más siniestro sabes que esto va en serio; y cuando Kraid se eleva y muestra su verdadero tamaño, puede descorazonar a más de uno. Vamos, a nuestro amigo Octavio (alias El Gracioso) lo puso nervioso incluso al momento de hacer la reseña.

En mi opinión, uno de los jefes más memorables del SNES.

5. Willy – Double Dragon

Si ustedes jugaron Double Dragon, quizá habrían pensado en alguien más intimidante que este sujeto. Está el señor Abobo, que es una mole bigotuda capaz de azotarte por aquí y allá como si fueras una almohada; las momias de Double Dragon III e incluso tu sombra en el Double Dragon II. Todos ellos son enemigos que realmente sí son algo de lo que hay que preocuparse.

Pero Willy tiene algo que ninguno de ellos tiene: una ametralladora. Cuando lo vi por primera vez y observé que cargaba una madre morada entre manos, empecé a ponerme nervioso. Y cuando me dio el primer balazo que me bajó como un tercio de mi vida, supe que la batalla iba a estar cabrona.

De cada tres veces que jugaba Double Dragon, sólo una vez lograba terminarlo, pues en las otras dos ocasiones perecía ante este hijo de la chingada, que me dejaba como queso gruyere.

4. El ColosoGod of War II

Si hay algo que tienen todos los God of War en común es que todos empiezan de fregadazo; pero el que, en mi opinión, tiene el mejor inicio es el segundo. En esta entrega, sin siquiera avisarte, pasas de ser una mole del tamaño de un rascacielos a un pedestre cualquiera. Pero mientras eso pasa, el pinche Coloso de Rodas cobra vida y va a buscarte para ver qué tanto puede golpearte antes de que te rompas.

Sé que quienes jugaron este juego estarán preguntándose por qué está el Coloso en este puesto y no la tercera Hermana del Destino, cuando no cabe duda que aquel que haya terminado el título tuvo pesadillas con aquella visión que va más allá del bien y del mal. Créanme que considere ponerla en la lista – después de todo Lucifer se coló al conteo por menos que eso.

Pero la cosa es esta: el Coloso es el primer enemigo al que te enfrentas. Es la forma del juego de decirte: “Bienvenido, ‘pinchi’ puto. Este viaje va a ser épico y te va a gustar.” Y a ti no te queda de otra que responder: “¡Sí, señor!”

3. Baron Von Blubba

Bubble Bobble es un juego de tiernos dragoncitos que escupen burbujas para atrapar a sus enemigos y, para derrotarlos, las revientan con ellos todavía dentro. Es una perfecta fórmula familiar que garantiza horas de sano entretenimiento para chicos y grandes… Hasta que de pronto se te ocurre quedarte papaloteando más de lo debido en un pinche nivel.

En ese momento, el juego te avisa que si no le picas, te va a aparecer este engendro infernal. La música se acelera y de pronto entra en escena el Barón. Nomás de ver a esa cosa en un juego lleno de frutas y enemigos con aspecto inocente sabes que ya te cargó el payaso, en especial cuando observas cómo empieza a moverse y le valen madres las paredes, techos y demás enemigos. Baron Von Blubba va por ti y no se detendrá hasta que termines el nivel o hasta que estés muerto.

Sólo el miedo de tener que vértelas con esta ballena-fantasma es suficiente para convertirlo en un enemigo extremadamente divertido y memorable.

2. Drácula – Super Castlevania IV

¿Qué? ¿Creyeron que había mencionado a Super Castlevania IV al principio nomás porque sí? Qué poco me conocen…

Esta entrega de Castlevania es uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos y uno que no me canso de jugar por sus mecánicas, su diseño, enemigos, música y efectos sonoros. Es el juego con el que me introduje al SNES y uno de los mejores de la consola.

“Pues estará súper piolas, Rafa,” pensará alguien por ahí, “Pero ese Drácula es un pusilánime.” Estoy completamente de acuerdo: el Drácula de Super Castlevania IV no es de los más difíciles que existen.

No está en la lista por esa razón. En realidad, es por un motivo parecido al de Sephiroth.

Como ya dije, Final Fantasy VII te pinta una enorme atmósfera y una entretenida historia que hacen la idea de enfrentarte a Sephiroth algo que puede ponerte nervioso. Pues el simple viaje hacia la recámara de Drácula representó aquel mismo sentimiento en mí, pero aumentado cinientasmil veces, ya que el título lo maneja impecablemente: justo después de que eliminas a la Muerte, todo se pone en silencio. Pones un pie en el piso del último corredor y las antorchas empiezan a encenderse a tu paso y una melodía misteriosa se hace escuchar. Una vez que llegas al cuarto donde el Conde tiene su ataúd, eres recibido por relámpagos y el suelo tiembla ante la llegada del Vampiro…

Todo eso pasa en un minuto y te sumerge en un ambiente fascinante que perdura a lo largo de toda la batalla. Es más: evoluciona conforme empiezas a ganar terreno. Por eso es que esta batalla contra Drácula es mi favorita y deja en la oscuridad a otros enemigos tan memorables como lo son Granfaloon y Beelzebub de Symphony of the Night.

En fin, después de lo que parece una confesión de amor a Super Castlevania IV, ustedes se preguntarán cómo chingados es que Drácula no está en el primer puesto. Pues la respuesta es:

1. Baby Bowser – Yoshi’s Island

Sí: es en serio. Permítanme que les explique.

He aquí un juego protagonizado por el dinosaurio-mula favorito de todos; los enemigos van de adorables a cómicos y, aunque no es un título sencillo, ciertamente es uno lleno de toques infantiles. El bebé Bowser no es la excepción: cuando te encuentras con este escuincle berrinchudo, su mayor ataque es tratar de caerte de sentón para jugar “caballito”. Vencerlo es pan comido, y claro, su niñera-brujo le proporciona un poco de ayuda con algo de magia, como lo hace con el resto de los jefes. Yo esperaba un Bowser de tamaño respetable – es decir, tan grande como una casa de dos pisos – y algo complicado.

Y cuál fue mi sorpresa al encontrarme con esto:

EN… LA… MADRE.

Nomás de ver que me estaba enfrentando a Godzilla se me cayeron los calzones. No es el jefe más difícil que existe, pero el mero factor de intimidación que me golpeó de sorpresa en un título francamente inofensivo provocó que fallara absolutamente todos mis tiros la primera vez; y conforme yo seguía matando gaviotas a huevazos, el pequeño Bowser se acercaba cada vez más y más, amenazando con hacerme trizas de un pisotón. Y, por cierto, todo esto sin olvidar la música, pues el tema de esta batalla es una de las melodías más ponchudas y notables que existen en los juegos de SNES.

A diferencia de otros números en esta lista, donde se crea una atmósfera antes del enfrentamiento, al gigante Bebé Bowser te lo avientan de chingadazo, sin decir ni agua va. Es increíblemente desconcertante y yo de plano sí me quedé viéndolo con una expresión de pasmo que seguramente daba risa. Es, creo yo, una de las batallas más divertidas y disfrutables de los videojuegos y por eso mismo es que Baby Bowser se queda indiscutiblemente con el primer puesto en este Top 10.

Y ahora viene la pregunta: ¿cuáles son los jefes que a ustedes los han sacado el dichoso “Ay, cabrón”? ¡No olviden dejar sus comentarios!

¡Muchas gracias a la banda del chat por sus consejos para la imagen de portada!