Cómics 09: Batman: Blanco y Negro

Comenzar a hablar de un superhéroe tan complejo como Batman es difícil. Difícil elegir una historia entre toda su basta y magnífica literatura. Y aun así «Blanco y Negro» es de los primeros libros que me vienen a la cabeza cuando pienso en el Caballero de la Noche.

Un grupo de amigos se reúnen a cenar y durante la velada salta a la conversación una de esas eternas hipotéticas preguntas: ‘Si quedaras varado en una isla abandonada, ¿qué historieta te llevarías contigo?’. La pregunta permitía tirajes largos, de modo que el pobre náufrago hipotético no se viera en la necesidad de tragarse «Watchmen» mil veces hasta volverse loco. Los amigos reflexionan sobre la situación y en algún momento llegan a un consenso: «Creepy», revista de 145 números enfocada en historias de terror.

Porque la vida no es lo suficientemente horripilante cuando estás atrapado en una isla desierta.

«Creepy» era una suerte de ensamblaje de múltiples historias escritas e ilustradas por numerosos y reconocidos artistas, donde se abandonaban a la libertad de conseguir historia de terror tras historia de terror, en un esquema que no resultaba usual por aquellos años. Difícil de imaginar ahora que el recurso de ‘junta un montón de artistas y dales un tema’ se ha vuelto la muletilla del momento.

¡Pero me dijiste que eras original!

Esa conversación, por trivial que pudiera haber sido en el momento, se quedó por años en la memoria de uno de los involucrados en dicha cena, del mismo modo en que seguro todos hemos creído en algún momento que tenemos una ‘idea perfecta para…’. Pero por desgracia (o fortuna) la gran mayoría de nosotros no somos Mark Chiarello, artista de cómics y quien llegara a ser editor de «Batman».

La vida es dura cuando  no se es editor de Batman.

«Batman: Blanco y Negro» nace de la voluntad de este hombre y del deseo de congregar a un cúmulo de figuras clave en la historia del cómic alrededor de uno de los más reconocidos y complejos personajes de todas las épocas. ¿Quién merece un universo polarizado entre la luz y la oscuridad sino Batman? ¿De quién querríamos conocer todos los posibles rincones sino de un hombre ‘normal’ que ha hecho de una máscara su verdadero rostro?

Actualmente la colección «Blanco y Negro» se compone de tres volúmenes, pero el proyecto inicial se concentraba en una sola colección dividida en 4 números. 5 historias por número, 8 páginas por historia. 26 artistas en las historias, 9 artistas para ilustraciones independientes. Lo que el primer volumen prometía no era solamente un curiosa antología para amantes del personaje sino la posibilidad de expandir el universo y la mitología de Batman sin las restricciones usuales de la historieta. Sin pretender grandes tramas, sin necesidad de hilarse dentro de una narración o un discurso. Las 20 historias son 20 ventanas que se asoman fugazmente a Gotham City. La intuición de una historia, el relato de un día, un acercamiento silencioso a un hombre que se mueve entre sombras disfrazado de murciélago. Pocos superhéroes sustentan una mitología tan rica como este Caballero, y pocas colecciones pueden presumir tantos nombres reconocidos como pasión hacia un universo de papel y tinta negra.

La figura de este vigilante se ha construido en gran medida a partir de sus villanos, sobre todo en lo que se refiere al conocimiento más popular (gracias, Hollywood). Conocemos la historia, podemos ver a Bruce al fondo del pozo oscuro y luego verlo renacer enfundado en su nueva piel. Pero luego viene el Joker, Dos Caras, el Acertijo, un largo etcétera. Este círculo de íntimas correspondencias es lo que construye su ciudad y su figura. Un héroe que necesita recordarnos constantemente que no es ‘super’, que la diferencia entre él y los locos que lo rodean es una delicada frontera que siempre amenaza con desdibujarse.

Behind the Scenes.

Muchas de las sagas más importantes giran alrededor de esta necesidad de mostrar que Batman está a la altura, que si su condición humana no le ha permitido ser un superhéroe, sí lo ha convertido en un mito. Y no es que tengan que esforzarse mucho, la historiografía del personaje ha compensado con trasfondo psicológico y tramas excelentes todas las posibles desventajas de no tener superpoderes.

Ellos no te merecen, Batman.

La naturaleza de «Blanco y Negro» permite recuperar aspectos simples de la configuración de este vigilante, la raíz del concepto que construyó al Murciélago en conjunto con la muerte de sus padres: la fijación obsesiva con la presencia del mal, latente en cada esquina de la ciudad oscura sobre la que se alza su sombra. Pero el mal no siempre como un villano enmascarado urdiendo su gran plan, Batman mejor que nadie sabe que el Mal puede ser un ladrón cuya ronda nocturna culmina en la orfandad de un niño.

Con una amplia variedad de estilos y registros, la cuidadosa selección de historias consigue trascender su brevedad conformando una perfecta antología/mitología del personaje. A modo de guiños a las tramas, podemos intuir lo que se esconde detrás de esas páginas.

La autopsia de una chica, en una morgue a solas, va recreando la historia de su última noche. Dos Caras regresa al camino de la cordura a través de una cirugía reconstructiva. Una pareja de ancianos son asaltados en su casa por una pandilla que busca una perla. Un criminal se dedica a asesinar sólo a aquellos ciudadanos que no tengan conciencia cívica. Cuenta la leyenda que si tocas la trompeta del diablo, Él responde a la llamada. En un futuro lejano, una madre duerme a su hijo con el cuento de Batman. Un niño sicario es asesinado por su propia banda. Batman se ve a sí mismo a través de un crimen que le recuerda su pasado. Los conflictos alrededor de un mafioso terminan siempre en un callejón sin salida. Batman y el Joker platican en una sala de espera hasta que los llamen para interpretar sus papeles. Alfred lee una vieja carta de familia. Una mujer le cuenta a su psicoanalista el sueño recurrente que tiene sobre Batman. Un grupo de criminales entra a robar a una casa creyendo que están solos. Un hombre discute con su hijo en un balcón tratando de enseñarle una lección. Un asesino acecha a una familia el día de navidad. Un joven planea el único crimen que cometerá. El secuestro de una chica lleva a Batman sobre la pista de un científico. Durante la Segunda Guerra Mundial, un inventor se verá acosado por espías alemanes. Batman revive el pasado de manera dolorosa. Siguiendo a un asesino de personalidades múltiples, el Murciélago cuestiona sus propias personalidades.

Sin ser siempre la figura central de los relatos, el Caballero de la Noche es la esencia contenida en todas las historias. Él, Gotham City, todas sus criaturas. El vigilante acecha cada rincón de la ciudad, cada pequeño criminal que conforma su oscuridad. Y así, a través de detalles sencillos es que también construimos el laberinto que el personaje lleva dentro: ¿Qué hace Bruce Wayne durante sus cumpleaños? ¿Qué puede hacer un héroe para solucionar problemas familiares? ¿Qué es lo que conforma a Batman? ¿Cómo se manifiestan las tinieblas que constituyen Gotham City?

Cada relato es apenas una respuesta entre tantas preguntas, un acercamiento limitado a un personaje que se ha escondido siempre entre sombras. «Batman: Blanco y Negro» es toda su luz y toda su oscuridad. Sus múltiples posibilidades como héroe y como símbolo.

El nivel de los artistas involucrados, todos de larga trayectoria en el mundo editorial de cómics, es tal que resulta una pena no poder detenerse lo suficiente en cada uno de ellos. Sólo por dar una idea de la selección mencionar a Bruce Timm, figura clave en las producciones animadas de superhéroes; Archie Goodwin, uno de los más largos colaboradores de la mencionada «Creepy»; José Antonio Muñoz, cuya influencia en el arte de «Sin City» ha sido señalada por Frank Miller; Neil Gaiman, quien no necesita introducción de ningún tipo; Klaus Janson, encargado de entintar la serie de «Batman: The Dark Knight Returns»; Andrew Helfer, fundador de la división Paradox Press; Dennis O’Neil, quieren fuera editor de «Batman» durante muchos años hasta su retiro; Brian Bolland, responsable del arte de «Batman: The Killing Joke»; y, redoble de tambores, la antología cierra con broche de oro con una historia de Katsuhiro Otomo, quien tampoco necesita presentación. Y entre los artistas invitados para las ilustraciones aisladas, basta mencionar a Moebius, Alex Ross y Frank Miller.

El éxito del primer volumen dio lugar a los dos siguientes, donde la dinámica cambió para mostrar pequeñas historias alternas de tramas presentes en «Batman: Gotham Knights». Si bien no dejan de ser revisiones interesantes sobre la historia del personaje, sin duda pierden gran parte de la frescura y fuerza del primer conjunto.

La excelente realización del proyecto le ha valido a «Batman: Blanco y Negro» una serie de premios (en su conjunto y de manera individual), una mini-serie animada que adapta algunas historias, ser considerada una de las mejores novelas de la historia de Batman (pueden ver una lista de las mejores novelas gráficas del Murciélago aquí), y el reconocimiento general. Personalmente ha sido uno de los volúmenes del personaje que me ha acompañado desde la infancia y que se ha convertido en uno de los ejes de mi personal relación con este detective oscuro. Encuentro más fuerza en varias de estas breves historias (incluso en viñetas independientes) que en muchas novelas enteras.

Y ésta, no tengo que decirlo, es apenas una de las tantas posibilidades de Batman. Un punto en su enorme y oscuro laberinto.