Seguimos cada vez más rápido de una saga a otra del hiperbólico y extravagante manga de JoJo’s Bizarre Adventure. Después de las emocionantes aventuras de Josuke Higashikata en «Diamond is Unbreakable» (aunque lo cierto es que Josuke no era necesariamente lo más emocionante de su saga), la línea argumental gira dramáticamente hacia Europa, aunque en cuestión de temporalidad no cambie demasiado: Koichi Hirose, el enano mejor amigo de Josuke, recibe un encargo de (mi amado) Jotaro Kujo de ir a Italia a buscar a un chico llamado Haruno Shiobana, sin más detalles. Koichi no lo sabe (ni lo sabrá), pero ese Haruno, a quien nosotros conoceremos a lo largo de los 155 capítulos como Giorno Giovanna, es hijo de Dio Brando cuando utilizaba el cuerpo de Jonathan Joestar.

vento2Qué italiano.

Todo esto es lo de menos. Aunque el universo de JoJo se va enriqueciendo exponencialmente entre cada entrega, éstas siguen siendo autoconclusivas e independientes de que el lector conozca a profundidad cada uno de sus detalles. Lo único necesario es aceptar que cualquier cosa, por descabellada que parezca, puede ser parte cotidiana de un mundo que a cada capítulo sostiene orgulloso el adjetivo ‘bizarro’ (en su acepción inglesa) de su título.

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Si Koichi funciona sólo como conector e introducción al joven rubio que robará su maleta en el aeropuerto, la historia pronto se enfocará completamente en Giorno y el descubrimiento de las particularidades de su stand, motor argumental del manga desde su tercera saga. Giorno tiene a Gold Experience, capaz de convertir objetos en organismos vivos, y un objetivo muy claro: entrar en la mafia italiana Passione y derrocar al líder. Como su origen podría indicar, Giorno es una extraña mezcla entre Dio y Jonathan: rubio platinado con pose de malvado (y ansias mafiosas) guiado por un noble deseo y con cierta vocación shonen de líder. Pero, si algo sabemos de las mafias italianas aunque estén pobladas de idols japoneses, es que no es fácil entrar a ellas y mucho menos moverse libremente como espía. Giorno se incorporará al grupo de Bruno Bucciarati, compuesto por aquellos que han sido flechados y también poseen un stand, que incluye a Pannacotta Fugo, Narancia Ghirga, Leone Abbacchio y Guido Mista. Si la extraña mezcla de palabras italianas utilizadas como nombre tiene su encanto, éste se completará con un toque musical en una saga en que todos los stands están relacionados con bandas, álbumes o similares: Sticky Fingers, Purple Haze, Aerosmith, Moody Blues, Sex Pistols. Y apenas estamos empezando.

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Aunque la estructura de la historia nos remite muy fácilmente a la tercera saga, donde se van encontrando a una serie de enemigos de manera temática y aumentando gradualmente de nivel, lo que buscaba Hirohiko Araki en esta ocasión era cambiar la sobredosis de testosterona shonen (figuras hipermusculosas aludiendo directamente a grandes guerreros que luchan por ser el mejor) por un aire justamente más idol, que él identifica de algún modo extraño con la moda italiana. Aunque el estilo visual todavía no ha cambiado demasiado, es obvio que las figuras de los personajes son más delicadas y el arte incluso tiene un tinte homoerótico en varios momentos (que aquí parece asociar extrañamente con el honor de la mafia italiana). Así, «Le Bizzarre Avventure di GioGio», es un retrato de una Italia muy ficticia en la que el autor parece más concentrado en los atuendos de sus personajes que en la historia misma.

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Y es que Araki ya no tiene que esforzarse en ello, es claro que su capacidad de hacer que un grupo de hombres se pelee en todos los niveles cósmicos es excelente, y aquí además empieza a aprovechar todavía más el concepto de los stands para dar espacio a los poderes más rebuscados y extravagantes. Pero esto en contraposición con una historia que en muchos momentos es de lo más anticlimática, y creo que en gran medida tiene que ver con que Giorno no es un personaje protagónico especialmente fuerte. Y no por su construcción como personaje en sí, sino porque en ningún momento logra convencernos de que pertenece por mérito propio a la familia de los JoJo. Si en ocasiones anteriores se habló de otros personajes, como Jotaro, que se perdían entre los secundarios, esto era por la excelente construcción de todo el grupo, mientras que en este caso, aunque se nos dice que Giorno es increíble y deslumbrante y super líder, raramente lo vemos como tal en sus acciones o intervenciones (aunque, por otro lado, Gold Experience sea un excelente stand). En muchas ocasiones, incluso, Bucciarati parece mucho más protagonista y sin duda es más carismático.

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Aunque entre sus 17 volúmenes el cómic llega casi a las 3,000 páginas, la historia se siente mucho más ligera. Quizás porque desconocemos al villano principal hasta bien entrada la historia y porque las batallas se suceden en episodios aislados en los que conocemos sobre todo los poderes más disparatados. Al final deja la sensación de haber sido casi un divertimento en espera de otra saga buena, que por el momento tendrá que esperar un poco.

vento4Ay, ¿a quién quiero engañar? Si sólo veo sus trazos y me emociono.