¿Cómo está la banda? Aquí Rafa con una reseña escrita de un juego que salió exclusivamente para el Nintendo DS: Castlevania: Order of Ecclesia.

Castlevania, junto con Metal Gear, es de las sagas más reconocidas de Konami y de las que más tiempo y seguidores tiene. La historia… Diablos, no sé si debería contárselas, porque si lo hago, les arruinaría la historia de TODOS los Castlevanias, ya que siempre es el mismo cuento, pero con variaciones menores… Ah, chingue su madre: es fin de quincena; Drácula revivió y tú tienes que matarlo. Mis disculpas… ya les fastidié todos los juegos. ¡Qué importa! Vale pito que la historia SIEMPRE sea la misma. El problema es cuando tratan de tomarla en serio. Si quieren que los tomemos en serio, ¡piensen en otra maldita cosa! A ver si MercurySteam puede meter alguna variante chida que realmente valga la pena…

Desde Symphony of the Night, los juegos de Castlevania bidimensionales cambiaron de ser juegos de acción side-scroller a ser “Metroid-vanias”, pues incorporan la fórmula de Súper Metroid, en donde no había niveles sino áreas distintas en un solo mundo gigantesco. SoTN, que fue el primero en usar esta fórmula, fue uno de los mejores juegos de PlayStation. Desde entonces no ha habido un Castlevania posterior que lo sobrepase. Yo estuve a punto de dejar pasar este juego por eso, pero las reseñas que leí sobre el juego me convencieron, puesto que aseguraban que este juego era el mejor en la saga de Castlevania – incluso lo ponían al nivel o más arriba que SoTN (aunque ni mencionaban al Súper Castlevania… Menos mal que no fueron tan pendejos). Entonces, ¿cuál fue el resultado? Pues a ver…

El modo de juego es muy parecido al que se ha manejado desde Symphony of the Night, es decir, tienes que explorar distintos lugares en un mundo enorme. A diferencia de sus predecesores, el Order of Ecclesia presenta más escenarios que sólo distintas áreas del castillo, lo cual es un cambio bueno. No sólo te limitas a los rincones de la casa de Drácula, sino que ahora vas a atravesar montañas, bosques, mares y demás… Sin embargo, el esquema sigue siendo el mismo que en los otros juegos, o sea, hay puntos donde puedes salvar, el jefe del nivel, áreas secretas y cuartos especiales que te tele-transportan de un lugar a otro. El cambio es más que nada visual, aunque con todo y todo sí sientes una diferencia.

Shanoa (la protagonista de esta entrega… una chica tatuada) supuestamente ataca de modo distinto a los otros tipos que han ido a romperse la madre con Drácula, ya que ella usa Glyphs (madres mágicas) que absorbe y materializa sus poderes. Cada vez que ataca gasta magia, pero cuando deja de andar lanzando madrazos, ésta se recupera por sí sola… Bueno, es ligeramente distinto a lo de siempre, a fin de cuentas.

El elemento RPG del juego – presente desde SoTN – está en el equipo que le pones a tu personaje. La armadura y accesorios siguen sin tener mayor ciencia, tanto los que encuentras como los que te dan para que puedas realizar acciones nuevas y avanzar en el juego. Las armas y hechizos mágicos ahora son los Glyphs. Éstos los vas absorbiendo de los enemigos que te vas desgraciando a lo largo del camino. Hay ciertos monstruos que los sueltan y tú puedes tomarlos y usarlos. Viene siendo lo mismo que si encontraras una espada o un hacha, aunque hay algunos que sí son originales, como dos que tres magias. Además, tienes la posibilidad de meterle un tercer Glyph a Shanoa, que es el Glyph pasivo y puedes activar sus efectos a placer. Éstos van desde curarte gradualmente a moverte rapidísimo. Es innegable que hay buena variedad de poderes.

Hablando de magias, los corazones ya no sirven como municiones. Ahora fungen como tu poder mágico real. Éste lo vas gastando cuando haces lo que se llama Glyph Union – un ataque cabrón que involucra los Glyphs que traes puestos para atacar. Cuando no tienes una unión compatible sólo sacas una gran nube blanca de fracaso – hasta podría ir acompañada con un efecto de flatulencia – que hace daño mínimo y te gasta corazones a lo idiota. Pero si tienes una combinación que sí furule, haces magia bastante dañina y a veces muy vistosa. Averiguar cada combinación puede dejarte seco de corazones, pero por suerte hay lugares en los que te puedes rellenar hasta el tope de ellos.

Adicionalmente, puedes tener tres configuraciones diferentes en tu repertorio para tus Glyphs e ir cambiando de una a otra en medio del juego, lo cual es bastante cómodo, ya que te ahorra que te la pases poniendo pausa a cada rato y modifiques tus poderes.

Una cosa que le añade horas al juego son los personajes de un pueblo que vas rescatando a lo largo de tu viaje. Éstos te van encargando búsquedas opcionales que te dan acceso a mejores accesorios, pociones y armaduras en la tienda, así como a una que otra curiosidad. Algunos encargos son bastante pendejos y otros sí están medio cabrones. Es un tipo de variedad que se agradece.

Otro detalle que tiene este Castlevania y que es bastante bueno es que no es fácil. Vamos, tampoco está tan perro como para romper tu DS, pero por lo menos está más cabrón que el SoTN, que es lo más difícil que se ha puesto un Castlevania de dos dimensiones en años. Shanoa es bien pusilánime y sangra como pendeja con cualquier golpecito, además de que los jefes no están regalados. Aunque sí tienen patrones que puedes explotar para cogértelos, bajan un chingo de vida si te llega a caer un gargajo suyo. Te vas a morir varias veces la primera vez que lo juegues. Realmente es un cambio muy bienvenido, ya que constantemente vas a estar con la tensión de tener que encontrar un punto para salvar el juego y recuperar energía, pues las pociones y la comida, si no las compras, son escasas.

Gráficamente, el juego es bueno. Como ya dije, hay buena variedad de escenarios, aunque tienden a ser medio grises, así que no te esperes colores demasiado alegres. Van con la atmósfera de un Castlevania, al menos. Las conversaciones entre personajes están detalladas con arte conceptual de los mismos, el cual no está nada mal. En cuanto a los monstruos, más o menos la mitad son nuevos. La mayoría de éstos se ven y se mueven muy bien, haciendo al título más vistoso. El resto son reciclados de los Castlevanias anteriores.

Los jefes, por suerte, escapan de este problema, ya que todos son muy originales y tienen animaciones buenas y fluidas. Los únicos que no cayeron bajo las garras de la originalidad son, por supuesto, Drácula y la Muerte… pero, siendo justos, si no nos enfrentáramos a estos dos cabrones en un Castlevania, nos sentiríamos timados. La que sobresale en cuanto este tema es Shanoa. No tanto por su diseño – que no es malo, pero tampoco es la panacea – sino por su fluidez al hacer cualquier cosa. Es de los personajes mejor animados en un Castlevania y eso ya es decir.

El sonido tampoco está mal. Los efectos están bien hechos y la actuación de voz es sólida – tanto en inglés como japonés. La música está bien, a secas. Hay dos o tres rolas que están bien buenas y sí se te pegan, pero el resto nada más acompaña bien al juego y hasta ahí queda. Sin embargo, si te pones vivo (y eres un traumadito de la serie), puedes desbloquear el soundtrack del primer Castlevania completito, en toda su grandeza de 8 bits… Un poco arreglados, ¡pero siguen siendo 8 bits!

Para alargarle la vida al juego, éste te presenta un segundo reto en cuanto lo terminas. Esto consiste en volver a jugarlo en una mayor dificultad, con limitante de llegar sólo hasta el nivel 50 o, para los verdaderos masoquistas, sin poder pasar del primer nivel. También te permite, como ya es costumbre en los Castlevanias, jugar con el carnal de Shanoa, lo cual facilita las cosas hasta cierto punto.

Por otro lado, también puedes echarte escenarios especiales en chinga loca para poner tu tiempo y echarte un maratón contra un set de jefes de modo similar. El primer modo también lo puedes jugar en línea contra tu amigo o cualquier cabrón del mundo que esté interesado en hacer lo mismo (buena suerte en encontrar a alguien). Y ya que estamos en conectividad, también puedes abrir tu tienda virtual y vender chucherías que ya no te sirvan al precio que tú quieras… Lo cual viene a ser bastante inútil, ya que todo lo que encuentras en línea puedes conseguirlo dentro del juego, y además – de nuevo – buena suerte en encontrar a algún pelele que tenga puesta su tienda en línea.

Así pues, volvamos a la pregunta que desató todo este análisis: ¿es Order of Ecclesia un juego tan bueno o más que Symphony of the Night?… ¡No mamen! ¡Pero por supuestísimo que no! La mecánica de los Glyphs, que según esto es lo más innovador del título, es sólo un sistema de armas normal disfrazado con la única variante de poder unirlas y usar magia, sin mencionar que la fórmula de exploración sigue siendo la misma. Aunque también padece de este problema, el Circle of the Moon para el GameBoy Advance tenía más originalidad con su sistema de unión de cartas mágicas… Ahora bien, tampoco me malinterpreten: no es un mal juego. Las búsquedas opcionales te alargan la experiencia (si quieres tomarlas) y se siente una mejoría en cuanto a los ambientes, ya que no sólo estás limitado al castillo y – ya era hora – puedes sentir el rigor de la dificultad en este título, cosa que aumenta mucho el factor de diversión. Ah, pero eso sí: olvídate de jugar en línea… todos tenemos mejores cosas que hacer.

En conclusión: si jugaste el Symphony of the Night o algún otro Metroid-vania, te latió la fórmula y tienes ganas de repetir la experiencia con un toque ligeramente diferente, Order of Ecclesia viene muy recomendado, así como para las personas que no lo han probado. Es divertido y tiene buen reto y durabilidad. Pero si ya tuviste suficiente con un juego, entonces mejor piensa en alguna otra cosa, porque Order of Ecclesia viene a ser la misma gata, pero revolcada.

Castlevania: Order of Ecclesia es una marca registrada de Konami Corporation. Esta reseña la realicé luego de terminar el juego en mi Nintendo DS. Este título ya lleva en el mercado un par de años, así que no deberías encontrarlo a un precio muy elevado.