¿Cómo está la banda? Aquí Rafa con una reseña escrita de un juego que salió exclusivamente para el Nintendo 64: Mystical Ninja: Starring Goemon.

Mystical Ninja es una de las tantas sagas de Konami y una de las menos conocidas en nuestro continente, donde sólo un puñado de juegos ha visto la luz del día de los tantos que hay en Japón. La historia es básicamente una pendejada; pero está bien, porque fue planeada para serlo. Sencillamente es una comedia… bueno, se supone.

El único juego anterior de la franquicia que vimos en este continente fue Legend of the Mystical Ninja para el Súper Nintendo. Era un juego de plataforma en dos dimensiones bastante divertido. Yo tuve la fortuna de jugar su secuela inmediata para la misma consola (bueno, el Súper Famicon, para los que se quieran poner mamones): Ganbare Goemon 2, que también fue una joya de plataforma en 2D. Cuando supe que iba a salir un nuevo título de Goemon para el Nintendo 64, me emocioné bastante. Lo pude jugar mucho antes de que saliera en México y la verdad, me gustó mucho. Ahora, decidí volver a retomarlo para ver qué tal había envejecido… Así que desentrañemos a este cabrón a ver qué tan bueno realmente es.

La mecánica de juego es de un título de plataforma bastante básico. Imagínense que es como un Zelda, pero todavía más sencillo. Y como en un título de Zelda, viajas a través de varios poblados, hablas con gente que dice pura estupidez, te zapeas a monstruos en las afueras de las aldeas y te rompes la madre con hordas de enemigos dentro de calabozos… Con la diferencia de que todo se lleva a cabo en un Japón de la época Feudal-Robótica-Pendeja.

Empiezas el juego con 2 personajes, y después de un rato se te unen otros 2. Estos son: Goemon, el protagonista del juego, que es el típico héroe cuyo mayor atributo es saber no pensar y romper madres; Sasuke, un Ninja mecánico chaparro… o chaparra – a la fecha no sé si es hombre o mujer; Yae, una chica guerrera que, como buen estereotipo de muchacha de anime, tiene el cabello verde, y, por último, Ebismaru, el más imbécil del grupo quien se supone da el aire más cómico, lo cual logra con sólo correr – es jotísimo.

Aunque los personajes en esencia se manejan igual, cada uno tiene diferentes accesorios y habilidades especiales que los hacen únicos y adecuados para diversas situaciones. Por ejemplo, Goemon tiene una pipa que funciona como un Hookshot y le permite cruzar abismos y puede llegar a convertirse en Súper-Saiyajin (no es broma – la referencia a Dragon Ball está ahí y es cagadona); Sasuke puede reventar paredes con bombas; Ebismaru usa una cámara que revela caminos ocultos y hace vulnerables a fantasmas (que curiosamente explotan como robots), y Yae puede convertirse en sirena y bucear. Digamos que es una forma más bonita de acomodarle varios accesorios y diferentes magias a un solo personaje.

El mundo de Mystical Ninja es algo grande. Entre poblados y calabozos hay una gran variedad de ambientes, todos retacados de enemigos. Aquí es donde comienzas a darte cuenta de que este título es un juego más orientado a la acción y a la exploración, ya que vas a pasártela reventando robots a diestra y siniestra. Sólo encontrarás descanso cuando llegues a un pueblo, donde puedes recuperar energía tragando o durmiendo, comprarle accesorios a tu personaje para que te dure más en la batalla y buscar pistas de lo que tienes que hacer con el adivino más perturbante que hayas visto en tu vida, todo a cambio de una módica cantidad de dinero, el cual difícilmente va a faltarte, ya que vas a encontrar monedas por todos lados.

Los calabozos también están orientados a la acción. Realmente son ambientes extras con algunos enemigos únicos, pero dentro de todo sí los sientes como calabozos, pues tienen detalles singulares y divertidos que les dan su propia identidad. Eso sí: los jefes están de la verga. Las peleas contra éstos son aburridas y monótonas, empeoradas por el hecho de que tienen mucha vida y te tardas en matarlos.

Tu energía se maneja de manera muy similar a la de Zelda. Para empezar, está descaradamente compuesta de corazones. Empiezas con cinco, pero puedes aumentar tu contador hasta veinte, encontrando cuartos de corazón y corazones enteros… ¡Ah, mierda! Tachen eso. Quise decir gatitos de fortuna plateados y dorados… Que es lo mismo… pero más japonés… supongo. La única diferencia es que aquí tienes más de una vida. Si ya de por sí el título es sencillo, con vidas extras es casi imposible que veas la pantalla de Game Over.

Otro problema que tiene Mystical Ninja, de una naturaleza más grave, es la pinche cámara. Aunque se supone que puedes rotarla libremente la mayoría de las veces, tiene la molesta tendencia de a huevo colocarse atrás del personaje… Cierto: es donde normalmente quieres que esté la cámara y la mayor parte del tiempo no hay tanta bronca. Pero en los espacios medio cerrados… Hija de su puta madre; se pone a dar vueltas como rehilete y te pone a hacer malabares con el maldito stick análogo, lo cual a menudo resulta en un putazo de un enemigo o en un clavado a un precipicio. Aunque, volvemos a lo mismo: con todo y este inconveniente, va a estar cabrón que te chinguen todas las vidas.

Hasta ahora, te ha de parecer que el título es una copia de algún Zelda de medio bajo presupuesto. Sin embargo, hay un detalle único que tiene este juego: las peleas de robot gigantes… Sé que esto es de lo más estúpido que has leído hasta el momento, pero no me mandes a la chingada todavía; créeme: estos momentos son muy, muy divertidos. Hay ciertas partes en el juego en las que llamas a Impact – un robot inmenso que es una versión súper-crecida de Goemon, y entras a una secuencia en las que vas patinando por un escenario donde vas destruyendo todo lo que se te pone enfrente. Esta parte en sí es más de adorno, ya que la interacción es muy básica. No llega a ser aburrida, por suerte, porque dura muy poco. Aquí tu meta es desmadrar tanto como puedas para atiborrar tu tanque de energía y municiones antes de llegar al jefe gigante.

A diferencia de los enemigos principales de los calabozos, combatir contra estos tipos es muy entretenido. La vista cambia a primera persona y tienes que ganarle a tu oponente en un combate de uno a uno con el decente repertorio de movimientos que tiene Impact, mismos que culminan con un rayo a la Kamehameha que puedes expulsar cuando tengas la energía de romper madres llena. Es aquí donde es más probable que llegues a ver la pantalla de Game Over, ya que algunos jefes sí están moderadamente difíciles, pues tienen patrones un tanto complicados de contrarrestar, además de que duran mucho (aunque la acción no se hace monótona aquí). Pero igual y te estoy subestimando… En serio: no creo que te acabes las vidas.

Para su época, el juego se veía bien. No era espectacular, pero era un mundo bastante detallado y colorido. La ambientación es especialmente buena. Aunque la mayoría de los escenarios consiste en campos, todos están muy bien diseñados y tienen su propia identidad. Los calabozos están loquísimos y son extremadamente originales. Nada más con decirte que uno es un submarino lleno de obstáculos que consisten en comida tradicional japonesa… Quién sabe qué se habrán fumado los diseñadores al hacer los niveles, pero la neta, se rifaron.

Los héroes principales están bien animados y detallados, así como los robots gigantes. La mayoría de los enemigos son modelos algo básicos, pero están muy bien diseñados y son muy variados, aunque esta diversidad no la llegas a apreciar tan a fondo sino hasta que ya estás adentrado en el juego. La única queja – y muy, pero muy mamona – es que la tipografía que usan en los diálogos está horrenda. Pero el problema realmente no es el tipo de letra, sino el contenido de las conversaciones, y aquí voy a hacer un paréntesis.

Aunque se supone que el juego tiene un giro cómico, tendrá, si acaso, dos que tres puntadas que te harán reír. El resto, muy lamentablemente, da pena ajena. Se trata del mayor problema que tiene el juego: la traducción. Aunque hay que pensar que Mystical Ninja es puramente japonés y está lleno de modismos orientales y que además es muy complicado traducir las bromas al humor al que estamos acostumbrados, no se nota ni la más mínima pizca de esfuerzo de parte de los traductores. Algunos chistes no tienen sentido, pero, peor aún, en su mayor parte, son aburridos y de plano estúpidos. Ya estuvo… cerremos el paréntesis.

El sonido del juego es bueno. Las reacciones de voz de los personajes se escuchan bien y algunas incluso te pueden sacar una risa. Los sonidos de armas y explosiones son bastante básicos… nada realmente memorable, excepto en las escenas de peleas de robots gigantes, donde se nota un poco más de esfuerzo de parte de los compositores. Los personajes en sí no hablan (excepto en la versión japonesa, donde el inicio y el final están completamente vocalizados), pero sus diálogos son acompañados de risas pregrabadas, lo cual es lo que realmente te hace sonreír cuando hay alguna broma más o menos decente.

La música es calidad de primera de Konami, o sea, bien ambientada, agradable y pegajosa. Consiste de melodías con toques de instrumentos tradicionales japoneses bastante bien logradas. Sobresalen las de los calabozos, porque van cambiando conforme avanzas dentro de los mismos, empezando bastante sencillas y añadiendo instrumentos distintos poco a poco que van complementando el ritmo existente. No lo dudes: algunas se te van a quedar en la cabeza, especialmente las vocalizadas como el tema de Impact, que es terriblemente estúpido, pero, ¡carajo! ¡Hasta pone de buenas oírlo!

Mystical Ninja te va a durar unas diez horas si es la primera vez que lo juegas… Quizá menos, porque no está tan complicado. El único extra que tiene es que, si llegas a juntar todos los corazones-gatos, se abre una nueva modalidad que te permite madrearte contra todos los robots gigantes al hilo, que a lo mejor a ratos te pueden entrar las ganas de una pelea a muerte ridícula contra un monstruo mecánico.

Una bronca muy grande es que este juego no ha salido para la consola virtual todavía y quién sabe si algún día lo haga. Por ahora, sólo podrás conformarte con The Legend of the Mystical Ninja para el SNES, pero siempre puedes intentar buscar esta versión en Internet si tu Nintendo 64 todavía está vivo, así como la secuela para el mismo sistema: Goemon’s Great Adventure, el cual, dicho muy al aventón, es acción de plataforma en 2.5 dimensiones, está mucho mejor traducido y está jodidamente difícil; aunque eso no significa necesariamente que sea mejor.

Entonces, ¿qué tal salió el juego después de todo? Pues viéndolo desde un punto de vista más desapasionado, sí tiene sus fallas. Es demasiado fácil y puede llegar a ser monótono a ratos, además de la traducción tan estúpida y esa puta cámara de mierda. Sin embargo, sigue siendo bastante divertido. Además, el diseño es excelente y la música de poca madre, y sencillamente no se vuelven viejos. Si no has jugado nunca un título de Goemon, no es mala idea empezar por éste.

Mystical Ninja: Starring Goemon es marca registrada de Konami Corporation. Esta reseña la realicé después de terminar el juego en mi ya muy defectuoso Nintendo 64. La mejor opción que tienes para conseguir este juego hoy en día es por Internet.