¿Cómo está la banda? Aquí Rafa con una reseña escrita de un juego que está disponible para el PlayStation 3, el Xbox 360, la PC y para las arcadias (bueno, eso dicen): BlazBlue – Calamity Trigger.

BlazBlue, en pocas palabras, es el hijo de Guilty Gear y como tal, comparte muchas características con su antecesor, por lo que las comparaciones entre ambos juegos son inevitables. Si llegaste a jugar algún Guilty Gear en alguna ocasión, sentirás una atmósfera muy familiar… Pero no por eso vas a ser un maestro de entrada.

La mecánica de juego, como podrías esperar, es bastante poco ortodoxa. Tienes los fundamentos básicos de cualquier otro juego de peleas, pero todo se desenvuelve de una forma bastante rara – incluso quienes sí llegaron a conocer Guilty Gear se van a sentir un poco desorientados al principio. Tienes 4 botones principales, que consisten en ataque débil, medio y fuerte y el Drive, que viene a ser la acción particular de tu personaje y que es el pilar de toda su estrategia. Adicionalmente, hay un par de mecánicas que también son herencia directa del Guilty Gear, como el Barrier Burst (entiéndase Combo Breaker) y el Rapid Cancel (equivalente al Roman Cancel, que te permite hacer combos rompe-bolas de 300 golpes). La diferencia con el Guilty Gear respecto al Barrier Burst es que sólo puedes hacerlo una vez durante un round y si lo haces, tu poder defensivo disminuye considerablemente, así que es recomendable que sólo lo uses si ya no te queda de otra, pues de otro modo sólo es pedir a gritos que te cojan.

BlazBlue tiene 12 personajes, que para los estándares de hoy en día son pocos… Pero eso, la neta, vale pito, porque son completamente diferentes entre ellos. Y no estoy hablando de: “Ahm, es k Ryu y Ken y Akuma son diferentez x k tienen chorriukens diferentez.” ¡NO, PUTAS! No se parecen en nada. Es más: ni siquiera se parecen a personajes de otros juegos, incluido Guilty Gear, salvo si acaso, por una especie de Ryu y Ken que no son tan genéricos como esperarías. Esto también contribuye a que este juego presente el mismo problema que Guilty Gear: no es para jugadores casuales. Tienes que meterle mucho tiempo y dedicación para poder defenderte bien, sobre todo porque aquí los combos que sí hacen algo son bien farolones y necesitan mucha coordinación de tu parte para que no la cagues a cada intento.

Los modos de juego de BlazBlue incluyen el típico modo de arcadia, el obligatorio Versus, entrenamiento, historia y juego en línea, además de contar con una galería y un modo dónde puedes guardar y ver repeticiones de partidas en línea. Como con todo juego de peleas, los modos más importantes son los modos que te permiten pelearte contra otro Gordo Bastardo, ya sea en el mismo sillón o en línea. Éste generalmente funciona bien (al menos mejor que el de Street Fighter IV), aunque a veces sí hay un poco de lag que termina haciendo que te rompan la madre, sin mencionar que la mayoría de la gente que lo juega está bien curtida y si eres un novato, te van a hacer chillar como cerdo.

A comparación del modo de historia de Guilty Gear, el de BlazBlue es infinitamente mejor. La narrativa es mucho mejor y los personajes están mejor desarrollados. Además, puedes tomar decisiones que afectan tu progreso y final, haciendo posible te saltes una que otra pelea sólo hablando. Aquí no te pones a aventar putazos a lo estúpido por las razones más ridículas, como en el título mencionado, dónde te puteabas a un cabrón porque era calvo – y OJALA estuviera bromeando.

Gráficamente, el juego se ve muy bien. Los sprites de los personajes están muy bien definidos y la animación es muy fluida. Los diseños además están muy bien logrados. Todos son personajes medio estereotípicos del anime, pero son memorables y divertidos. Los escenarios están hechos en 3D, con detallitos bidimensionales y son bastante llamativos en general.

El sonido es lo que hace que el juego realmente brille. No tanto por los efectos de sonido, que están bien, pero no son sobresalientes; las actuaciones de voz son geniales y puedes elegir que estén en inglés o en japonés, pero eso tampoco es lo mejor… La música es la que verdaderamente se lleva las palmas. Como en Guilty Gear, es rock pesado muy bien ejecutado. Te prende y realmente te entran las ganas de putearte a alguien. Y va de nuevo: aunque no te guste el juego, te recomiendo que te consigas el soundtrack. Realmente está de huevos.

Hasta ahora tengo entendido que no hay diferencias respecto a las diversas versiones para tal o cuál consola; por lo mismo, sólo puedo recomendar que, si tienes para elegir, te lo consigas para la que tenga el control con el que más cómodo te sientas para los juegos de peleas… Yo personalmente prefiero el de PlayStation 3, pero si a ti te gusta la semi-torta del Xbox 360, adelante; o si tienes un stick, pues mucho mejor.

Si te gustan los juegos de peleas complicados, como – obviamente – el Guilty Gear o el Street Fighter III, no veo por qué no deberías conseguirte el BlazBlue. Es un juego diferente que te va a divertir mucho, incluso en lo que tratas de agarrarle el pedo. Ahora que, si te gustan cosas más sencillitas, como el Mortal Kombat o el Street Fighter IV y te da miedo/hueva pasar mucho tiempo con un juego de peleas, mejor pruébalo antes de comprarlo de lleno, porque si no, igual y terminas rompiendo el disco – y esas madres son bien caras. BlazBlue requiere de demasiada dedicación, porque está bastante complejo. En todo caso, dale una checada. Vale la pena nomás por la música y puede que el concepto te termine llamando la atención.

BlazBlue: Calamity Trigger es marca registrada de Ark System Works. Esta reseña la realicé luego de jugar este título por un mes, aproximadamente, antes de la salida de su secuela. A la fecha, es muy difícil conseguir este juego: es más fácil – y conveniente – que te compres BlazBlue: Continuum Shift, si te interesa. Éste cuesta $40 dólares, aproximadamente.