¿Qué onda, banda? Aquí Rafa con la reseña de un juego que está disponible exclusivamente para la PSN del PS3: Flower.

Este título fue desarrollado por Thatgamecompany y distribuido por Sony. La historia es en realidad bastante complicada: narra el relato de Platón cuando, poco después de haber realizado su Alegoría de la caverna, se embarcó en una búsqueda para construir la máquina perfecta: una máquina reseñadora, la cual podría—bueno, ya: eres el pétalo de una flor.

Flower no tiene una historia per se… Pero sí hay algo por ahí escondido que se asemeja a un relato. Como sea, no tiene mucho peso sobre la mecánica de juego, la cual es extremadamente sencilla de comprender y dominar; mas no por ello deja de ser un juego entretenido.

La cosa es muy, muy sencilla: tú eres el pétalo de una flor y—

…Sé como suena, pero créanme: el juego es muy bueno.

Bueno, como iba diciendo, tú manejas al pétalo de una flor. Lo único que utilizas del control en sí es el stick izquierdo, con el cual aumentas y disminuyes la velocidad con la cual tu pétalo viaja a través de los campos; el resto del movimiento lo controlas inclinando el control de un lado a otro para maniobrar.

Tu objetivo es “tocar” a la mayor cantidad de flores que puedas dentro de una de seis praderas, que vienen a ser los niveles del juego. Esto hará que florezcan y añadirán uno de sus pétalos a tu cola. Hay ciertos grupos de flores que tienes que tocar forzosamente, y cuando hagas esto, desbloquearás una nueva parte de la llanura, con todo y más flores que tendrás que seguir tocando hasta llegar al final del nivel.

Aunque los niveles son muy sencillos, cada uno tiene algo que lo hace diferente a los demás, salvo, quizá, los primeros dos. Por ejemplo; en el tercero te encontrarás con unos molinos de viento que te harán viajar a altas velocidades y ahí sí tienes que estar atento para que no se te escape una cantidad bestial de flores, y en el cuarto tienes que iluminar ciertas secciones de la pradera de alguna forma.

Como ven, se trata de un juego muy, muy sencillo donde no corres el riesgo de morir ni que te dañen… Excepto en el nivel cinco, donde hace presencia la cruel tecnología del hombre, con torres electrificadas que te fríen si las tocas; y en Flower – un juego que es protagonizado por la naturaleza, por así decirlo – te lo pintan como si hubieras entrado a Mordor.

“¡¿Dónde están esas malditas flores, puta madre?!”

Pero, ¿saben qué? Funciona. Debido a la temática bajo la que funciona el juego… Bueno, no sientes como si estuvieras en el infierno; sin embargo, definitivamente sientes un cambio a un páramo desolado.

A muchos de ustedes les podrá parecer en principio una idea muy pendeja y sin chiste, pero la verdad es que Flower está tan bien ambientado y es tan único que te atrapa. Para empezar, gráficamente, es un juego que – a riesgo de quedar como el Bob Esponja de arriba – es hermoso. No es complejo y no es realista, por supuesto; pero los prados que muestra son bastante coloridos y llenos de detalle. Cuando te acercas al suelo, puedes ver cada hoja de pasto individualmente, y éste se mueve muy bien cuando pasas por él, pues como vas “montando” una ráfaga de viento, ésta juega con el pasto. Y dicho sea de paso, es padrísimo ver tu cola de pétalos conforme cruzas los campos.

Como ya dije, cada nivel es único y tiene sus propios detalles que harán que te guste más que otro – no por la dificultad (la cual, repito, sólo está en el nivel 5), sino por los detalles específicos y tonos.

Y hablando de tonos, el sonido del juego está poca madre. La música está, en su mayor parte, compuesta por tonadas de piano que son acompañadas por notas de diversos instrumentos que suenan cada vez que tocas una nueva flor. Es relajante y te incitan a que te quedes jugando un buen rato.

Lo único que, quizá, le haga falta a Flower, es durabilidad. Sólo tiene 6 niveles (o por lo menos sólo vi 6 cuando me dieron mi trofeo por acabarlo) y en cada uno te vas a tardar de 15 a 20 minutos en pasarlo… Quizá un poco más si no estás muy acostumbrado a manejar con zangoloteo. Con todo y todo, enfatizo en que quizá le haga falta, porque aun cuando ya lo hayas acabado, este título se presta a que, por ejemplo, después de una matanza desmedida en Dead Space 2, digas: “Como que me dieron ganas de revolotear en el nivel 3”, y te pongas a jugarlo.

Creo que la descripción más acertada que he escuchado de este título es la que dijo Eze un día, y cito: “Flower no es tanto un juego, sino una experiencia”. Por mi parte, ésta es la forma en la que les puedo describir la sensación de jugar Flower en cuentas muy resumidas: siento como si estuviera jugando un corto de Fantasía de Disney. Los colores, los sonidos y la atmósfera general del juego se mezclan y dan el toque perfecto para pasártela a gusto y tranquilo.

Muy honestamente, no veo ninguna razón para no recomendar Flower. Incluso para aquellos que quieren juegos estúpidos y acción desmedida puede resultar como una buena compra para aquellos ratos en los que terminan hasta la madre de tanta sangre o balacera. Es tan distinto y relajado a lo que conocemos que vale mucho la pena, especialmente tomando en cuenta lo barato que está. Así que si tienes PlayStation 3, bájalo. Te va a poner de buenas.

Flower es una marca registrada de Sony Computer Entertainment. Puedes descargarlo de la PSN por un precio de 9.99 dólares (bueno, 10 dólares; para qué nos hacemos pendejos). Esta reseña la hice después de conseguir el trofeo que indica que terminaste el juego y luego de unas 4 horas de juego, aproximadamente.