¿A quién quieren convencer los posters? ¿A mí? ¿La película más terrorífica que jamás vaya a experimentar? ¿Y ellos qué saben?

evildead2Como pueden ver, la original no aspiraba más que a la originalidad (valga la redundancia) dentro de su género y dentro de su año. Que es un propósito bastante loable, aunque por 1981 nos encontramos también con algunas otras joyitas al caso como «Cannibal ferox», «Scanners», (¡»Rescate en New York»!). Pero en general no sería descabellado pensar que la producción de Raimi, que espero todos conozcan como «Evil dead» antes que como «Posesión infernal» (aunque debo admitir que me gusta pronunciar el nombre con ese tonito propio de título de terror), podría bien haberse quedado con dicho título. Y ello tomando en cuenta que la premisa ahora nos suena como la historia mil veces contada de ‘jóvenes van al bosque y todo sale terriblemente mal’.

«Evil dead», la primera, fue uno de esos fenómenos que en su momento costaron dos pesos pero requirieron mucha creatividad y mucho amor por el gore descarado, y que terminaron volviéndose películas de culto para sorpresa de todos. O no. La historia nos ha enseñado que apostar por el gore descarado suele traer buenos resultados. Uno comienza violando mujeres con árboles y un día, quizás, pueda llegar a dirigir una de las peores trilogías de superhéroes. El sueño americano. Y a todo esto, Sam Raimi tenía apenas unos 22 años cuando la película se estrenó.

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Mientras todos nosotros nos emborrachabamos inútilmente, Raimi ya estaba asesinando a sus amigos y grabándolo.

Eso, claro, fueron los 80. Años locos. Y uno puede creer que lo que consiguieron Sam Raimi y Peter Jackson, a su modo, dentro del género de terror, fue un momento bastante concreto y difícil de repetir. Excepto, quizá, por los japoneses, que no tienen límites.

Aunque siempre nos parezca que el abuso en remakes y precuelas y secuelas infinitas es algo que está llegando al colmo, en realidad lo venimos viviendo desde hace muchos más años de los que nos gustaría creer. Pero al menos en el caso específico de los remakes de terror, el tono que los ha ido marcando ha cambiado, de modo que si bien antes nos encontrábamos con una tendencia adolescente rayando en lo light, como esa terrible «Masacre de Texas» con Jessica Biel, ahora al menos tenemos la promesa certera de un montón de violencia innecesaria.

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Que es, asumo, la razón por la que todos vamos al cine. ¿No?

Aclaremos: No dejan de ser películas con aspiraciones comerciales, así que toda esa violencia también se logra gracias a un maravilloso trabajo de edición y una tendencia entre lo hiperbólico y lo paródico para que la gente pueda también reírse un poco y disfrutar la función. Pero al menos nos queda una pequeña seguridad de que alguien se está tomando en serio la trama. Situación que, me quiero imaginar, preocupaba al menos un poco a Raimi para dejar pasar tanto tiempo antes de permitir este remake (si ya había hasta una obra de teatro musical), que en un principio se suponía iba a dirigir él mismo antes de que la responsabilidad pasara a Fede Alvarez, uruguayo que jamás había dirigido un largometraje pero que tiene en su filmografía cortos con nombres como «El cojonudo».

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Y aquí es cuando confieso que para mí sí fue un incentivo que Raimi no dirigiera este proyecto.

La trama es la típica trama de película de terror, no se llame a engaños. Cinco jóvenes se van a una cabaña perdida a mitad de la puta nada y se los lleva el carajo. Merecido se lo tienen. Quien haya visto la saga original (en especial la primera parte) podrá encontrarse con todos los elementos básicos: cinco jóvenes no particularmente listos, cabaña maldita, libro maldito, espiral de desdichas del carajo. No es que pretendan contarnos nada nuevo, es cómo nos lo cuentan.

evildead6La primera impresión positiva sobre el modo de manejar la historia (una historia que ya mencioné es bastante tópica y de la que no soy en absoluto fan en su versión original) fue el respeto total por lo que compone la esencia de la saga al tiempo que se modifica al ser tomada con seriedad. Es decir, son películas de terror, no es que tengan que ser verosímiles, pero está claro que conforme las propuestas se van complicando en un intento desesperado por innovar en el género, uno cada vez se siente menos identificado con los personajes. ¿Por qué carajos hacen eso? ¿Quién va a pasar un fin de semana a un cabaña claramente maldita a mitad de la nada? Y bueno, los elementos poco serios son precisamente el festín de la película original. Pero esos eran los 80. Ya no nos engañan con el truquito de chicos locos buscando sexo y rockanrol, ya hemos visto mil veces esa cabaña. Así que, «Evil dead», madura un poco y empieza a hablarme claro.

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Ok, estoy escuchando.

El punto fuerte de la película es no perder el piso: saber que, no importa cuánto nos quiera convencer el póster de lo contrario, es un divertimento de terror que ni siquiera llegó en una temporada fuerte. Respeta todos los guiños originales pero sabe que el público espera más y necesita más para que funcione. No teme darle contexto a sus personajes, entre lo tópico y lo individual, pero tampoco teme tirar la mesa y convertirlo todo en una piscina de sangre. Tiene los sustitos de sonido abrupto pero también tiene buenas escenas perturbadoras. Y bueno, tiene una apuesta un poco perdida hacia cierto diseño de arte pero no tiene un solo momento en que desconectes y digas ‘ay, no mames’. Y siendo sinceros, eso es mucho más de lo que el género de terror suele ofrecernos en estos días con sus superproducciones. Se ve que Fede Alvarez sabe de lo que está hablando.

Y también se ve que esto es una película para aquellos que se regodean con el cine de terror-slasher sin importar las consecuencias, ¿no? Tampoco voy a venderles gato por liebre.

«Evil dead» o «Posesión infernal» es una película estadounidense del 2013 dirigida por Fede Alvarez (su opera prima en cuando largometraje, aunque por ahí leí el chisme que lo quieren para dirigir una adaptación de «Dr. Strange») y protagonizada por Jane Levy («Fun size», «Nobody walks»), Shiloh Fernandez («Red», «Deadgirl», esa versión crepusculesca de «Caperucita roja»), Lou Taylor Pucci («Horsemen», «Carriers», «Beginners»), Jessica Lucas («Cloverfield», «She’s the man») y Elizabeth Blackmore («Burning man») (nadie demasiado conocido, vamos). Tiene 7.2 estrellitas en imdb y aunque podría sonar un poco excesivo yo creo que incluso está bien, es un producto muy bien hecho. Sigue en cartelera pero ya en pocos cines y horarios, así que si tienen intención de verla no la dejen pasar.