No hay prisa, pero antes de que James Cameron nos la arruine con el live-action, vamos a hablar de Alita.

«Battle Angel Alita», un manga que duró la primera mitad de la década de los 90, fue una historia con bastante éxito dentro del género de la ciencia ficción y sus particularidades cyberpunks. Todo ello, en grandísima medida, debido al encanto cuasi lolicon de su protagonista.

alita2¿Cómo resistirse?

Aunque no es sólo el explícito título quien se encarga de enfatizarnos su protagonismo en todo momento, a mí me gusta ver al contexto antes que al personaje. De hecho en algunas compilaciones recientes el manga da inicio con un one-short independiente que nos transporta años después de que el arco central concluya, a un futuro desértico de revoluciones robóticas que no necesitan justificarse en este llamado Ángel de la Muerte.

alita3Una vez que la civilización ha aspirado a llegar al espacio, las diferencias entre los estratos se han vuelto infranqueables. Sobre la superficie se extiende Scrapyard, una ciudad basura construida a partir de los desechos, habitada por híbridos entre lo humano y lo cibernético, condenados a perpetuar su existencia mundana. Sobre ellos flota magnífica Tiphares, la ciudad flotante, la ciudad real. Nadie en el Scrapyard sabe bien lo que sucede en ella, tan sólo que se mantiene gracias a los trabajos que ellos realizan para sostener sus lujos. Saben que es inaccesible, que se entretienen a costa de ellos.

El Scrapyard, tanto como sus alrededores, son mundos improvisados y caóticos llenos de rincones oscuros e historias difíciles. Entre todas esas historias es que se encuentra la de Alita, que inicia cuando su metálico cuerpo mutilado es encontrado por el doctor Ido y es reconstruido, aunque entre todo el daño permanece perdida su memoria.

alita4Si en un principio puede parecer que el interés principal de Alita es recuperar su memoria, esta cuestión parece más bien un modo de introducirnos a un personaje en blanco pero lleno de particularidades, sólo que no sabemos de dónde vienen. Ni ella tampoco. Pero sobreponiéndose a esa primera dificultad irá involucrándose en la vida regular del Scrapyard y, dadas sus capacidades excepcionales, conociendo las implicaciones más profundas y oscuras de esa vida superficial que parece condenar a tantos otros seres a la tragedia. A través de esos hilados arcos argumentales es que vamos conociendo nosotros un mundo tan basto y lleno de posibilidades como el que Yukito Kishiro creó para esta serie, y al que no le faltará ninguno de los grandes tópicos de futuros distópicos con robots. Tenemos todas las variantes de la hibridación entre razas, el existencialismo cibernético, deportes extremos de vida o muerte, un montón de batallas, mundos ideales e inaccesibles, científicos locos, situaciones en el límite de la moral de las nuevas leyes, clonación, revoluciones, y muchos elementos más que al construir ese universo realmente van construyendo la historia. Aunque en muchos puntos pueda parecernos que la gran cantidad de detalles no siempre reciben toda la atención que merecerían, esas pinceladas al aire suelen bastar para imaginar todo lo que falta por mostrar de los rincones del Scrapyard. Un mundo que partiendo de un concepto bastante tópico, resulta muy bien construido y lleno de increíbles personajes.

Alita, quien sin duda es bastante conveniente como protagonista, puede por momentos ser el principal problema. Siguiendo una de esas estructuras en que el personaje prima por encima de la trama, a veces no molestaría si se hiciera un poco de lado para dejar florecer a todos los otros elementos que se inscriben detrás de ella. Pero hay una preocupación casi obsesiva en hacer evidente que es un gran personaje que no siempre terminamos por creerlo. Y es también que el manga aparece en un momento que cierto *empoderamiento* (cómo me molesta esa palabra) de la figura femenina llevaba a diseñar heroínas demasiado hiperbólicas, demasiado perfectas. Aquí juega a su favor su condición de robot pero el intento de psicología de personaje que le diseñan parece preocuparse mucho más por ser cool que por ser verosímil. De ese modo tendremos que Alita es capaz de pasar de la más inocente ternura, desde la trama más románticamente shojo, a la violencia más desgarradora sin que haya siempre una justificación real. Y no es esa la única variable de extremos en los que cae. Una situación que hasta llega a resultar un poco extraña siendo que el diseño de todos los demás personajes, mucho más moderados en sus apariciones, es excelente en casi la totalidad de los casos. Vamos, que hay personajes que pueden aparecer en dos capítulos sin tener una sola línea de diálogo y que consiguen ser increíbles personajes.

alita5Por ejemplo…

Todo eso se le puede perdonar, en cierta medida, en favor de un universo tan bien construido y un buen ritmo al saltar de un episodio al otro, haciendo que incluso su larga extensión (9 tomos que juntan poco más de 2000 páginas) resulte entretenida  sobre todo en sus detalles. Se hecha un poco de menos que no ahonde en cuestiones como la ética y existencialismo robot, pero ya su contemporánea «Ghost in the shell» cubriría de sobra ese vacío.

alita6Su tono casi siempre moderado tiene algunos visos de erotismo (Alita siempre está sexualizada pero hay algunos momentos sin nada de censura) y de violencia (pasando por sus representaciones casi cómicas, las muy explícitas y las únicamente insinuadas). Y el estilo que va definiendo Kishiro hacia los últimos tomos es bastante estético y cuidado, sobre todo si tomamos en cuenta algunos problemas de proporción que podían encontrarse en los primeros capítulos.

De hecho, teniendo un tan buen arco final y apenas unas últimas secuencias un poco ambiguas y fugaces, resulta sorprendente saber que el mangaka tuvo que terminar apresuradamente la historia ante una serie de problemas nerviosos que tuvo por aquellos años. En el año 2001 vuelve a retomar a su personaje, ahora en la saga «Battle Angel Alita: Last Order», para darle el final que quería. Y prolongarlo hasta el infinito, porque la serie sigue a día de hoy y ya lleva 18 tomos.

James Cameron dice que no tiene prisa por empezar la producción de «Alita: Battle Angel» (uy, qué original título) pero que es un hecho que en algún momento sucederá. Nosotros tampoco tenemos prisa.

alita7«Mafalda, el papel es tuyo»