Parece inevitable que ante cada nuevo anuncio del remake de un clásico (que han llegado en los últimos años de manera torrencial) uno vuelva a preguntarse si es eso verdaderamente necesario. ¿Es necesario hacer un remake de «Suspiria», una cinta que funciona a la perfección como giallo en los años 70? Una película en que el horror es en exceso bello y en que la identidad del asesino se ve casi opacada por sus bellas y sangrientas obras. ¿Es Luca Guadagnino, mejor conocido como director de un romance homosexual, el más indicado para adaptarla?

Ahora, tras el reciente visionado (ni tan reciente, porque se me cruzó una enfermedad antes de esta reseña) la respuesta parece insospechadamente clara: todo ha valido la pena.

Susie Bannion es una joven estadounidense que viaja a Alemania para ingresar a una famosa escuela de danza. Es aceptada tras la renuncia de una de las alumnas y pronto se convierte en un importante miembro de la compañía. Pero cosas extrañas suceden en el edificio y alrededor de las personas.

La trama, así resumida, representa a las dos versiones de la cinta. Una propuesta básica que en el caso de la de 1977 daba introducción a una estructura muy típica del giallo, género predecesor de los slasher. A diferencia de la versión hollywoodense, donde se seguían en cadena los asesinatos y se primaba el sensacionalismo, el giallo italiano siempre buscó ofrecer algo más. En el caso del cine de Argento, el plus era una escenografía y fotografía preciosa, una iluminación casi sobrenatural, un contexto también sobrenatural y una recreación preciosista de la tortura (cómo olvidar la maravillosa escena con alambre de púas). Técnicamente un remake podría ofrecernos lo mismo pero con los efectos actuales, pero claro que, en la réplica, no podría darnos mucho más. Y es precisamente donde la fortuna de esta adaptación se presenta: toma una historia y se replantea cómo podría haber sido desde otro punto de vista.

Susie Bannion es una joven amish estadounidense que viaja a Alemania durante el turbulento Otoño Alemán de 1977 para ingresar a una famosa escuela de danza. Pese a la resistencia inicial, sus habilidades corporales convencen rápidamente a las maestras, incluyendo a la enigmática Madame Blanc, y es aceptada gracias a la renuncia (y desaparición) de una de las alumnas. Aunque Susie quiere concentrarse únicamente en su amor por la danza, su única amiga, Sara, parece convencida de que la desaparición de su amiga Patricia no es únicamente una cuestión política, y pronto comienza a sospechar que hay algo más oscuro escondiéndose entre las paredes de la escuela de danza.

«Suspira» de Guadagnino es mucho más maravillosa de lo que hubiera podido imaginar. Es lo que debería ser todo buen remake: la reimaginación de una historia, su reinvención. Las imágenes repetidas son apenas sueños y lo que vibra es la pasión por los elementos principales (danza, muerte y brujería) pero de una manera única. En algún lado había leído ya que el director era un fan declarado de Dario Argento (incluso vi una foto de él más joven con una playera de «Suspiria») y su visión/tributo lo refrenda al hacer toda una declaración de amor a una cinta de terror tan icónica. A todo lo bello que ya nos había entregado la versión de 1977 se agrega una nueva y oscura belleza, con una coreografía impresionante, una música más que adecuada (a cargo de Thom Yorke) y una historia y un reparto poderosamente femenino. Si Dakota Johnson es una sorpresa demasiado sorpresiva, Tilda Swinton se posiciona nuevamente en un estadio superior al de cualquier otro actor de hollywood. Y qué decir de Angela Winkler y de Jessica Harper.

Pese a lo que puedan haber leído de si no es tanto una película de terror, me parece que conviene recordar que el horror viene en varias formas y no siempre tiene que implicar saltos y sonidos estridentes. Aquí tenemos una buena dosis de pesadillas, sangre y brujas. El horror por lo femenino, en un empaque precioso e insondable.

«Suspiria» (voy a ignorar para siempre ese increíblemente poco apropiado subtítulo de «El maligno») es una coproducción entre Estados Unidos e Italia del 2018. Dirigida por Luca Guadagnino («Call me by your name», «I am love», «A bigger splash») y protagonizada por Dakota Johnson («Cincuenta sombras de Grey», «The social network», «Black mass»), Tilda Swinton («We need to talk about Kevin», «The Grand Budapest Hotel», «Snowpiercer»), Angela Winkler («El honor perdido de Katharina Blum», «El tambor de hojalata», «Ediths Tagebuch»), Mia Goth («Ninfomanía», «A cure for wellness», «The survivalist») e Ingrid Caven («Ludwig, réquiem por un rey virgen», «El mercader de las cuatro estaciones», «El asado de Satán»). Tiene 7.1 estrellitas en imdb, 6.5 en filmaffinity y 65% en el tomatometro. Incomprensible. De haberla visto antes, sin duda habría entrado en mi top del año pasado.