¿Qué tal terminó su año cinematográfico? Yo no puedo quejarme. Y aunque me quedan algunas resoluciones específicas para éste, aquí va lo mejor de mi 2018.

«Hereditary«, Ari Aster

Pienso en «Hereditary» y me cuesta creer que se estrenara apenas el año pasado. Y que fuera la opera prima de su director. Aunque las grandes joyas de terror siempre son contadas, hemos tenido la suerte de disfrutar de increíbles estrenos en los últimos años. Entre los que sin duda esta producción brilla de manera especial. Así como las revisitaciones sobre sus temas después del visionado aportaban nuevas ideas y perspectivas, pensar en ella a lo largo de estos meses le ha dado una nueva dimensión e incluso diría que me ha hecho disfrutar de los momentos que me desconcertaron al principio. Hay un equilibrio tan perfecto y tan único en sus distintos aspectos que resulta fantástico ver cómo se va desenvolviendo.

¿Es necesario decir algo más? Lo mejor de mi año sin dudarlo.

«Isla de perros«, Wes Anderson

Con todo y que era de Wes Anderson, dudé un poco de si iba a disfrutarla antes de verla, porque en general no tolero las películas de animales que hablan. Y tampoco soy especialmente amante de los perros. Pero, supongo, que tampoco era especialmente amante de los zorros y ahí está «Fantastic Mr. Fox». Wes Anderson debería ser garantía de todo. Por si el encanto de sus tramas y su desarrollo no fuera suficiente, la animación es brutalmente bella y excepcionalmente buena. Si han podido disfrutar de esos videos de detrás de cámara y el modo en que pueden transformar cualquier material en una épica japonesa de perros al rescate, sin duda creerán que cualquier cosa puede ser bella en este mundo.

Como muchas otras películas del director, muero por volver a verla, y eso que no soy muy aficionada a repetir cintas, ya que hay todavía tanto cine por ver. Pero éste es tan bello.

«Won’t you be my neighbor?», Morgan Neville

La verdad es que aunque la premisa sonaba ya a mi tipo de documentales, no tenía particular razón para creer que me encantaría una revisión biográfica de Fred Rogers, presentador de un programa infantil que jamás he visto. Pero esa es la magia de los documentales. Con una duración de más de 30 años, «Mister Rogers’ Neighborhood» se convirtió un clásico de la televisión no sólo por la ventaja de haber aparecido casi desde sus inicios, sino por tener una conformación compleja y cuidadosamente planeada para el público infantil, incluso con perspectivas que eran bastante adelantadas para su época. Todo ello es producto casi directo de Fred Rogers, su creador, protagonista, guionista y largo etcétera, y su certeza de que tenía una misión que cumplir en la vida de los niños. El documental lo va desenvolviendo a través de su obra y de distintas presentaciones y nos lo revela como un increíble ser humano, algo que aparentemente era en todos los aspectos de su vida.

Además de los méritos de producción necesarios, como un buen hilo que vaya guiando la historia, la edición y selección de materiales de una muy amplia fuerte y la intervención de muchas personas relacionadas con el programa o que han estudiado su impacto, sin duda el documental brilla en gran medida porque su sujeto de investigación es brillante en sí mismo. Es, algo que no siempre es fácil encontrar por más que vendan santos actuales con tanta frecuencia, una persona genuinamente buena y que atrapa, pese a la distancia de su vida y aún más de su producción, mientras lo vamos conociendo.

Que no los disuada el no conocer el tema de antemano, que muchas veces es el mejor origen para ser atrapado por un documental.

«The tale», Jennifer Fox

La película trata es un tema de lo más complicado y delicado, y lo resulta todavía más si consideramos el origen de su propia historia. Laura Dern, esa increíble actriz, es Jennifer. Jennifer Fox, directora, guionista y protagonista, mujer dedicada prácticamente a los documentales que a sus más de 50 años se encuentra con una historia corta de su infancia referente a su primer amor. Nosotros la vemos en la ficción, minimizando el impacto que este descubrimiento generó en su madre, adjudicándolo al hecho de que se trataba de un hombre mayor. Un hombre mayor que ella parece no ver tenía más de 40 años cuando ella tenía apenas 13 y con quien se enredó por intermedio de su maestra de equitación, también muchos años mayor que ella.

El cuento que se dice a sí misma son todas las reconstrucciones: la de un pasado en que ella activamente se permitió vivir un amor libre, los recuerdos que ha ido manipulando y que tiene que reajustar ante la evidencia de que las cosas no fueron exactamente como recordaba, los personajes que se han quedado atrapados en ese pasado y a quienes ya no puede recurrir más que dentro de su propia ficción para tratar de entender lo que estaba sucediendo. Todas esas Jennifer (la mujer resuelta que no le da importancia a lo que encontró, la bella adolescente, la niña tímida, la hija queriendo escapar de un hogar, la pareja que no quiere siquiera mencionar la posibilidad de haber sido abusada) se suceden en un intento de reconstrucción que tiene varias capas de realidad, y en el que no podemos evitar también insertar a la directora, aunque nunca la veamos directamente, queriendo entender, queriendo preguntarle a sus personajes, más ficticios que nunca, cómo es que eso sucedió.

«Blackkklansman», Spike Lee

Nunca he sido muy fan de Spike Lee y la premisa de su nueva película me generaba sentimientos encontrados. Por una parte, suena totalmente hilarante que un agente afroamericano lograra infiltrarse en el Ku Klux Klan, y el hecho de que esté basado en una historia real sólo lo hace aún mejor. Por otro, temí que si lo enfocaba con ese ritmo pesado que he sentido en otras de sus películas, probablemente podría terminar cansándome antes de que consiguiera entrar realmente en la historia. Por otro lado, también está Adam Driver y me encanta. El resultado, para mí, fue increíblemente inesperado: una película ágil, con un humor certero que no demerita en absoluto la gravedad de los tiempos representados y de la situación a la que puede llegar (y/o la situación a la que se ha llegado actualmente).

Como parte de un año especialmente productivo (tanto en cantidad como en calidad) para las producciones afroamericanas, la cinta brilla por su excelente realización, su oportuno tema pese al tiempo transcurrido (la historia sucede a finales de los 70) y el modo en que conjuga todas sus facetas. John David Washington es un protagonista excelente y sin duda no necesita la fuerza de su apellido (es hijo de Denzel Washington) para destacar. Y el resto del reparto no se queda en absoluto atrás, entre los que para mí destacan Laura Harrier que parece ha crecido muchísimo desde «Spider Man: Homecoming», y Topher Grace que es un perfecto David Duke.

«Shirkers», Sandi Tan

Cuando me recomendaron «Shirkers» (en Netflix la encontrarán como «La película perdida») no me imaginaba que podría gustarme tanto. Es cierto que ya su premisa es bastante surreal, pero el modo en que eso puede volverse todavía más surreal y más maravilloso era difícil de imaginar. Sandi Tan era una adolescente cuando ella y sus amigas, Jasmine Ng y Sophie Siddique, grabaron un extrañísimo thriller/road trip en Singapur guiadas por George Cardona, supuesto director estadounidense. Eran inicios de los años 90, Sandi era también guionista y protagonista, mientras Jasmine y Sophie se encargaban de todo lo referente a la producción y hacían maravillas para su corta edad y el contexto cinematográfico nacional. La cinta se volvería una historia de culto en el país, aunque no por las razones que sus creadoras querrían: terminada la monumental grabación George Cardona desaparecería con todo el material para no volver a ser visto.

Más de 20 años después Sandi Tan es una novelista y crítica de cine frustrada que siente que toda su vida ha ido al revés: has una gran película a los 16, estudia cine después, olvídalo todo luego. Cuando un día la llamada de la ex esposa de Cardona revivirá recuerdos y, más aún, imágenes, de lo que podría haber sido una de las más grandes cintas de la historia de Singapur.

Si sólo explicarla de manera general ya suena como una maravilla de historia, cada uno de los detalles que vamos conociendo en el documental se agrega a una puesta en escena inesperada, mágica y tan dolorosa como poderosa. Lo que debió haber sido una gran película (y pese a lo poco que vemos, no hay duda de que lo hubiera sido) se convierte en la reconstrucción de un pasado mágico pero doloroso, en una lucha contra la frustración y en un intento de querer entender y querer estar en paz con una historia que no salió en absoluto como lo esperaban. Ese viaje, ese otro road trip surreal es también increíble y también único.

«The guilty», Gustav Möller

Hablando de cintas que uno no pensaría en encontrar en tops de lo mejor del año (aunque se podría considerar cuánto me gustan los thrillers), «The guilty» podría parecer sencillamente un thriller policial danés con la particularidad de que se desarrolla todo por teléfono. Ya sé que están pensando en esa película de Colin Farrell, pero les juro que esto es mejor. Asger Holm se encuentra trabajando en la línea de emergencias de Dinamarca y por su comunicación con algunas personas (no las que están pidiendo apoyo por alguna urgencia, se entiende) nos damos cuenta de que ese no es su lugar y claramente no lo disfruta. Hay un juicio pendiente y una vaga promesa de ‘regresar a las calles’, que ‘es lo que a ti te gusta’. De modo que no es precisamente el servidor más amable por teléfono. Y aunque su actitud no cambia del todo, su noche da un giro bastante inesperado cuando recibe la llamada de una mujer que al principio parece dar respuestas medio incongruentes hasta que se da cuenta de que no puede hablar libremente porque se encuentra secuestrada.

También pensé que tomaría un rumbo como esa película en que Halle Berry atiende un número de emergencias, pero lo que hace Gustav Möller con su historia es mucho más sutil y mucho más brutal. Por una parte considerando que jamás vemos nada fuera del pequeño recinto donde Asger trabaja y que todo el desarrollo de la trama tiene que darse por medio del diálogo. Un diálogo excelentemente bien construido para mantenernos en vilo, para desarrollar a profundidad a los personajes y para destrozarnos cuando sea necesario. Maravilla de película. Y también es una opera prima, algo que no deja de dar gusto de algún modo.

«Blindspotting», Carlos López Estrada

Como había comentado, este año aparecieron mucho más producciones sobre cuestiones afroamericanas de lo que habíamos visto antes. Y entre ellas sin duda destaca «Blindspotting» por su particular posición (y tal vez porque, al ser comedia, fue mucho menos sonada) (aunque ey, Obama la incluyó también en su top). Dirigida por un chicano, escrita y protagonizada por un afroamericano y un hispano que son también ‘amigos de toda la vida creciendo en Oakland’ como sus personajes en la película.

Collin está en sus últimos tres días de libertad condicional y lo único que quiere es no arruinarlo todo y regresar a la cárcel. Trata de mantenerse de bajo perfil pero no ayuda que su mejor amigo, Miles, parezca tan dispuesto todo el tiempo a meterlos en problemas. Cuando ya ve tan cerca su preciada libertad, una noche manejando de regreso al centro donde reside antes del toque de queda se topa de golpe con lo que tristemente es una realidad para muchos afroamericanos: enfrente de él ve como un policía balea a un joven corriendo sin ninguna arma. Esta situación no sólo le traerá pesadillas sino que lo hará reflexionar sobre todo a su alrededor, incluida su amistad con Miles, quien gusta de imitar un estilo de vista a lo gángster sin detenerse a pensar cuánto los distingue el color de su piel.

Sé que no suena como comedia y es cierto que el tono de humor no destaca por encima de la cuestión social, pero no deja de ser un componente importante que se entremezcla con la trama policial y la compleja discusión sobre raza, que tiene lugar casi sin que lo veamos venir. Es de esas películas que disfrutas en su momento, sobre todo porque la química entre los dos protagonistas es increíble, y luego te quedas pensando en ella mucho tiempo más y vas descubriendo varias cosas que no parecían tan evidentes. Me parece maravilloso que también la cuestión de raza se vaya abordando de modos más complejos y mucho menos esquemáticos.

«Annihilation», Alex Garland

Todo mundo hablaba de «Annihilation» a principios de año y yo llegué muy tarde a la fiesta. Lo cierto es que tampoco esperaba demasiado de la película, aunque la premisa sonara bien y fuera el mismo director que «Ex machina» (y guionista de «28 días después», no tengo perdón). Seguro es Natalie Portman la que me hace dudar, nunca puedo tomármela demasiado en serio. Tampoco aquí, pero por suerte muchas más cosas brillan por encima de ella en esta joyita de ciencia ficción.

Lena es una bióloga cuyo marido, militar, no regresa de una misión ultrasecreta y empieza a ser presionada para darlo por muerto. Cuando un día lo encuentra misteriosamente de regreso en casa, ambos terminan en la base militar donde empezó su última misión: un meteorito chocó en la zona de un faro (al parecer en Estados Unidos) y creó un campo alrededor de él al que han nombrado ‘the shimmer’. El campo ha ido creciendo con el tiempo y ninguno de los que se han adentrado en él han regresado. Ni siquiera lo que parece ser Kane.

Aunque es cierto que la idea podría parecer algo común para el género, el verdadero punto de arranque es lo que vamos a encontrarnos dentro de ‘the shimmer’. Lo que sucede dentro de ese otro mundo, tan sospechosamente parecido al anterior, es la verdadera y poderosa fuerza de la película. Condimentada con unas excelentes actuaciones y unas bellas o terroríficas escenas.

«Black Panther«, Ryan Coogler

Y bueno, algo superheroico tenía que colarse por acá. Yo sé que se habló mucho de que no era una producción particularmente original y que si repetía la historia de «El rey león» y un largo etcétera, pero después de todo este tiempo (y aunque esté entrando resbalándose al top) yo sigo creyendo que es una excelente producción que aprovecha muy bien sus particularidades para entregar una gran cinta de acción. Y a estas alturas ya suena a cantaleta pero yo sí estoy convencida de que la representación es importante y que como producto cultural ofrece mucho más de lo que podría haberse esperado. Yo la disfruté mucho como el blockbuster que es, me emocioné con sus secuencias de acción y me cautivaron sus cuidados detalles de producción, así como varios de sus personajes (de hecho, probablemente, de los mejores personajes femeninos de películas de Marvel). Así que, Wakanda Forever, y a ver qué más nos tiene todavía por ofrecer este universo.

Y ahora el top de lo mejor que vi durante este año que no fueran estrenos.

«Ran«, Akira Kurosawa (1985)

«I walked with a zombie«, Jacques Tourneur (1943)

«Pompoko«, Isao Takahata (1994)

«Three billboards outside Ebbing, Missouri«, Martin McDonagh (2017)

«Ritual«, David Bruckner (2017)

«Call me by your name«, Luca Guadagnino (2017)

«Pyewacket«, Adam MacDonald (2017)

«Cold in july«, Jim Mickle (2014)

«Female trouble«, John Waters (1974)

«You were never really here«, Lynne Ramsay (2017)

«Loving Vincent«, Dorota Kobiela & Hugh Welchman (2017)

«Distinto amanecer«, Julio Bracho (1943)

«Strawberry shortcakes«, Hitoshi Yazaki (2006)

«Hairspray«, John Waters (1988)

«Dos mujeres«, Vittorio de Sica (1960)

«Yo serví al rey de Inglaterra«, Jirí Menzel (2006)

«El tercer asesinato«, Hirokazu Koreeda (2017)

«El tambor de hojalata«, Volker Schlöndorff (1979)

«Paris, Texas«, Wim Wenders (1984)

«Tenebre«, Dario Argento (1982)